Cádiz CF - FC Barcelona

Messi, un sueño efímero pero real

El astro argentino llegó a aprobar su cesión al Cádiz CF en el verano de 2005 de no poder jugar en el Barça aquel año

Messi, en la disputa del Trofeo Carranza 2005, en la final Barcelona-Sevilla. L: V.

Alfonso Carbonell

Fue en el veranodel 2005 y el Carranza, mitad de verdad, mitad de cachondeo, llegó a corearle durante la celebración de aquel Trofeo 'Messi quédate' a raíz de una información aparecida recientemente en el que no se descartaba la posibilidad de que el entonces pibe argentino de 18 años pudiera jugar este año cedido en el Cádiz CF, que acababa de ascender a Primera División de la mano de Víctor Espárrago y su segundo, Luis Soler, clave en una negociación con poco recorrido pero con cantidades ingentes de ilusión.

El joven jugador argentino ya brillaba con luz propia pero una normativa igual le impedía jugar esa temporada en el FC Barcelona , club al que había llegado desde muy pequeño desde Rosario. Y es que el Barcelona contaba con tres extracomunitarios (el brasileño Ronaldinho, el camerunés Eto'o y el mejicano Márquez), el cupo máximo, y el argentino tenía la condición de asimilado, todavía sin la nacionalidad española. Existía serio riesgo de que los rivales en Liga denunciaran esta situación y sancionaran a los azulgrana con la pérdida de puntos. Así que en el club catalán barajaron la posibilidad de una cesión a un equipo de Primera División donde disfrutar de minutos hasta alcanzar la nacionalidad.

Para colmo, unas declaraciones del astro en ciernes durante su concentración en el hotel jerezano de Montecastillo avivaron una llama a la que Antonio Muñoz, presidente del Cádiz CF, no cesaba de darle vida. No era para menos, el argentino podía solucionar la papeleta en la delantera, que entonces se debatía entre Uche y el Cacique Medina. Aquella historia ya se conoce como acabó. El delantero africano se quedaba en el Recreativo, que a última hora incrementaba en 100.000 euros su traspaso para enfado de Muñoz, que se decantó finalmente por adquirir los derechos del uruguayo ariete del Nacional que celebraba los goles tirando flechas.

Más allá de ello, el Cádiz CF, que para colmo acogía como anfitrión del Trofeo ese verano al FC Barcelona, lanzaba su caña sobre la perla argentina, que regalaba los oídos al cadismo. Y lo hacía, además, apoyándose en la conexión argentina de Luis Soler, entonces segundo entrenador del Cádiz y actualmente director deportivo del Aucas de Ecuador . «Tenía buena relación con varios jugadores del Barça, aunque a Messi no lo conocía personalmente. Sabía que Leo tenía problemas para jugar», dice a CANAL AMARILLO desde Ecuador Soler, un apasionado del Cádiz CF.

En aquella primera semifinal del Trofeo que midió al Cádiz CF con el FC Barcelona, Soler no pierde la ocasión de dirigirse a la 'pulga'. «En el campo, durante el calentamiento, le comenté que si no podía jugar en el Barça, le hacíamos un hueco en nuestra plantilla. No es una tontería. Éramos junto al Betis el único equipo que todavía no tenía agotado el cupo de extracomunitarios . Le confesé que iba a tener continuidad, que jugaría casi todos los encuentros. Nuestro Cádiz CF de entonces era un grupo sólido pero le faltaba brillo arriba y Messi podía marcar diferencias», confiesa el argentino sobre un once que comenzó jugando esa temporada con Oli como delantero centro, Pavoni en la mediapunta y Sesma y Enrique como extremos.

La respuesta que le dio Messi no sonaba mal. «Puede ser una posibilidad. Cádiz es una ciudad muy linda y me gustaría jugar aquí».

Ante esto, Soler se frotaba las manos como no puede ser de otro modo. «Lo vi entusiasmado con la posibilidad. Messi pudo ver ese día la ciudad, y sabía como era la afición, apasionada, parecida a la argentina. Estuvimos hablando de su Rosario natal, y entendió que el Cádiz CF era una vía de escape a su situación. Nos quedamos con esa promesa», recuerda el técnico.

Pero el sueño cadista se esfumó a los pocos días en los que Messi consiguió jurar la Constitución española resolviendo de un plumazo los problemas de Frank Rijkkard, que no dudó en contar con el rosarino desde el primer día. «Me desilusioné con ese final. Porque esa historia la viví yo personalmente», dice Soler.

Las gestiones de Luis Soler segurían con el padre de la estrella, Jorge, pero la noticia de que Messi había conseguido el pasaporte español por todos sus años anteriores pasados en España impedieron que la conexión argentina siguiera fluyendo por el bien de un Cádiz CF que aquel año casi logra la permanencia de manos de otro argentino, Lucas Lobos, pero en este caso su llegada no fue del todo temprana. A Soler aún le queda el fastidio por no poder contar con Messi porque, asegura, «el Cádiz CF era su principal opción. Ese año contábamos con muchos sudamericanos en la plantilla que le hubieran ayudado en la adaptación. Fue una lástima porque Carranza hubiera alucinado con él».

Este sábado el astro argentino, ya con 33 años, vuelve a Carranza . Esta vez no oirá nada salir de una grada que estará vacía, tan vacía como dejó el corazón de muchos que aquel verano, durante unos días soñaron con muchos motivos de realidad para poder hacerlo.

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