El madridismo, bajo el recuerdo de Chéryshev

Era el 3 de diciembre de 2015 y el Madrid de Rafa Benítez jugaba en el Ramón de Carranza un trámite copero ante un Cádiz en Segunda B que por entonces vestía Hummel y lo entrenaba un tal Claudio Barragán. Ya estaba Manuel Vizcaíno como presidente, que había comenzado a pelearse con su socio Quique Pina. El sevillano veía que la temporada regular no iba muy bien puesto que el equipo no daba la fiabilidad necesaria para conseguir el objetivo del ascenso. No había llegado el mercado de invierno y a Vizcaíno le faltaba dinero para recomponer la plantilla.Para colmo, su problemática endémica con Pina le había dejado sin director deportivo puesto que Jorge Cordero había dado la espantá debido a que se sentía un hombre del murciano.

Pero la suerte se alió con el Cádiz y en el bombo le tocó el gordo con el Madrid.Lleno en Carranza y la taquilla y el dinero de la tele para fichar y pagar las nóminas, que ya andaban en peligro. Para colmo de bienes, a Benítez y a Chendo les da por alinear indebidamente a Chéryshev. Y en Cádiz. La radio se chiva y Carranza es una fiesta. Cachondeo a tope pese a un partido que se jugaba estando muerto mientras ganaba el equipo blanco.

Acaba el encuentro y Vizcaíno dice lo que el cadismo quiere escuchar . Impugnará el partido porque la razón y la ley le asiste. Fiesta confirmada y pase de ronda. El Madrid es pasto de las bromas y el Cádiz se medirá al Celta en octavos. Eso sí, en Madrid no hace nada de gracia y de eso aún se acuerdan por allí. Este domingo toca jugar allí.