Cádiz CF
José Mari se vuelve a pasar de frenada
Las expulsiones del roteño en Gijón y ante el Tenerife le han costado muy caro al Cádiz CF
José Mari es un hombre clave en el Cádiz CF, primordial en las alineaciones de Álvaro Cervera y siempre que no está sobre el campo su equipo lo echa de menos. El roteño es el equilibrio perfecto para el equipo, pero si hay otro jugador con el que el capitán cadista se encuentra plenamente ese es Garrido. Sin el vasco, el Cádiz CF sufre, pero José Mari bastante mal.
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Dos veces han expulsado al mediocentro del Cádiz CF este año. Y las dos con roja directa y en jugadas similares. Y absurdas. El primero en saberlo y asumirlo es el propio José Mari, por eso mismo le debe sentar tan mal como a su entrenador. La razón es sencilla. Sus entradas, duras y a destiempo más allá de la interpretación del trencilla de turno, son evitables. Muy evitables.
Pero puede que haya un motivo por el que José Mari se pasa de frenada. Al menos, en estas dos expulsiones que ha sufrido en esta segunda vuelta. El motivo no es otro que el Cádiz CF, en el momento en el que el roteño ve las rojas, iba a remolque del equipo contrario. Este factor hace que los de Cervera pierdan el control del balón, del juego, del campo y sean dominados sin querer serlo, es decir, descolocados, desestructurados, por lo que su presión suele ir a remolque, a destiempo. Es entonces cuando se crea el caldo de cultivo imprescindible para que los hombres del centro del campo pierdan el sitio, se vean superados y cuando no tienen otra que irse al suelo para tratar de contener las embestidas de los rivales. Es tanto el descontrol que el roteño suele desorientarse de tal manera que no cae en la temeridad de pasarse de frenada en una zona del campo no entrañable de peligro. Y claro, eso debe enfadar mucho a su entrenador y por descontado que a él el primero.
La primera vez que ocurrió fue el pasado 21 de febrero en El Molinón, donde el Cádiz CF caía por 1-0 en un partido en el que los de Cervera tuvieron que jugarlo con uno menos desde el minuto 64 después de que José Mari se llevara por delante -con disculpas incluidas del jugador cadista- a Pedro López. La expulsión no fue ni protestada dada la peligrosidad de la entrada del centrocampista amarilla. Entonces ya perdía el Cádiz CF, pero sin duda esa expulsión supuso el rejonazo de muerte a un equipo que perdió toda confianza en una posible remontada que nunca llegó.
La segunda ha sido este pasado sábado en Carranza y la situación ha sido tan similar que hasta puede resultar idéntica. Otra vez José Mari entraba a destiempo, se pasaba de frenada y aunque en este caso la expulsión fue más sorprendente puesto que no pareció excesivamente peligrosa, lo cierto es que el roteño vuelve a pecar de una inexperiencia que no tiene ya que entra demasiado fuerte y al tobillo, aunque haya balón de por medio, en una zona libre de peligro. La consecuencia de su expulsión ante el CD Tenerife fue si cabe peor que las que hubo en Gijón, donde el Cádiz CF ya perdía y enfilaba la recta final del partido. En esta ocasión, con la roja de José Mari el partido puede decirse, a razón de las sensaciones que despertó el equipo amarillo, murió. Los hombres de Cervera se quedaron sin su guía y la responsabilidad que le cayó a Bodiger en ningún momento fue asumida por el francés dadas las circunstancias.
Los problemas suelen traer soluciones. Estaba cantado que la participación de Augusto Fernández debía ser cuanto antes, pero entre la lesión de Garrido, la expulsión de José Mari y la irregularidad de Edu Ramos y Bodiger, es más que probable que el argentino se estrene con la camiseta amarilla este martes en el Martínez Valero de Elche. No puede decirse que José Mari no tenga experiencia para evitar este tipo de acciones que le ha costado muy caro al Cádiz CF, pero las tablas del ex del Atlético y Celta, entre otros, garantizan a Cervera que no deberán sufrir más expulsiones del tipo 'made in José Mari'.