Joaquín
El día que Joaquín ahogó Carranza
El bético 'mandó' al Cádiz a Segunda con un gol que dejó al estadio gaditano sumido en el silencio
En el partido de ida, Manolo Pérez empató de penalti en el Villamarín ante la mirada de Joaquín y Assunsao, que se vengaron en Carranza meses después.
Era el 8 de abril de 2006 y se jugaba en el estadio Ramón de Carranza el derbi Cádiz - Betis correspondiente a la jornada 32. Quedaba poco, muy poco de Liga y el submarino amarillo se encontraba buscando oxígeno para seguir respirando en una elite de la que caería unas cuantas jornadas más. Y en parte, por culpa de Joaquín.
En aquel año, el último en Primera con Víctor Espárrago, el Betis también se encontraba en peligro, si bien algo menos apretado que un Cádiz que comenzó muy bien la temporada para ir poco a poco decayendo hasta depender en exceso de la que fue su gran estrella ese año, mejor dicho, ese medio año. Y es que Lucas Lobos llegó como aire fresco en aquel mercado de invierno.
Precisamente, un gol desde los once metros del argentino tras un penalti de Melli a Jonathan Sesma en el 68' le daba vida al equipo entrenado por Víctor Espárrago. El ex del Gimnasia y Esgrima de La Plata adelantaba al Cádiz para felicidad y esperanza de una afición que invocaba al dios del cadismo para repetir esas milagrosas rectas finales de Liga que se dieron tiempo atrás y con Irigoyen en el palco.
El 1-0 le daba un empujón a las aspiraciones gaditanas de llegar con mucha vida a los siguientes encuentros, pero fue precisamente un error de Lobos el que motivó que Joaquín Sánchez anulase muchas de esas esperanzas. Una victoria de los gaditanos le acercaba a la salvación en dos puntos, en cambio, el empate le dejaba a cuatro y con un sabor de boca agrio, demasiado feo.
Moría el partido cuando Lucas Lobos condujo un balón hacia el área contraria- 1-0 en el marcador y el reloj marcaba em minuto 88. Entonces ni había VAR ni se le esperaba. Y por supuesto, los descuentos no eran la eternidad que lo son ahora. Vamos, que el partido estaba muerto y el cadismo ya se veía con los tres salvadores puntos en el bolsillo cuando el argentino, en vez de llevarse el balón al córner para perder tiempo con la clase y el ingenio que él tenía, decidió fallar en su elección y quiso buscar el segundo en vez del banderín de saque de esquina. Se equivocó. Perdió el balón y dio paso a la tragedia en casa.
El Betis, raudo y veloz, activó de nuevo el balón y lo consiguió devolver a campo contrario sacando petróleo con una falta que botaba en el 89' Assunsao y remataba de cabeza y casi que en la línea de gol el jugador portuense , que celebraba el gol como lo que era, el de la permanencia para ellos.
En aquel encuentro, Serra Ferrer, entrenador entonces del Betis, probó con Joaquín por la banda izquierda y lo cierto es que el de El Puerto se mantuvo muy activo durante todo el partido consiguiendo al final un premio que abocaba al Cádiz a los infiernos del descenso.
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