Cádiz CF

A grandes problemas, grandes soluciones

La baja por lesión de Brian Ocampo en su mejor momento coincide con la vuelta de Sobrino, un extremo que aporta muchísimo dentro del orden defensivo del equipo

sobrino, ante el rayo.

Alfonso Carbonell

El miércoles por la noche se conoció la fatal noticia. Brian Ocampo podría haberse lesionado para los próximos dos meses debido a unas molestias que había padecido en el entrenamiento matutino en su menisco. El jugador uruguayo sintió algo extraño en su rodilla y aunque acabó el entrenamiento, se fue para su casa con una preocupación que volvió a dar la cara el jueves. Y el viernes. Y causó baja. El club, en intento de restar importancia, engañar al rival o a saber, publicó una imagen del jugador durante los primeros minutos del entrenamiento. Pero las molestias seguían estando. Quizás, la lesión no vaya a ser tan grave, pero lo que era más que seguro es que el extremo sería baja ante el Rayo Vallecano tal y como confirmó Sergio en la rueda de prensa previa al encuentro y celebrada en la mañana del viernes.

Atrás las especulaciones, Sergio pasaba de ir con falsas informaciones y le dejaba claro a su colega Iraola que ante el Rayo Ocampo ni estaría. Y se puso manos a la obra a la hora de elegirle un sustituto para el siguiente encuentro en casa ante un conjunto con Isi Palazón y Alvarito García como cuchillos partiendo desde la banda izquierda y derecha respectivamente.

En las quinielas había varios, comenzando por Alejo y terminando por Álex sin olvidarse del que fue al final, Rubén Sobrino. Sin duda, la entrega, la solidaridad defensiva del manchego y la rapidez para los contragolpes le hicieron vencedor a un futbolista capital en el equipo cuando a este le toca trabajar como un obrero. Porque Sobrino otra cosa no, pero correr por el equipo es un fuerte en el que él va sobrado.

Además, pocos días atrás, y coincidiendo con la derrota ante el FCBarcelona en el Nou Camp, a Ocampo se le dejaron ver sus vergüenzas en el primer gol con el que once azulgrana se adelantaba en el marcador. El charrúa vio como su compañero Arzamendia era una vez y otra vez sobrepasado por Ferran y nunca fue a la ayuda del paraguayo tal y como quedó comprobado en las repeticiones del gol que retrataba a un extremo determinante en ataque pero que a veces desconecta en defensa. Y ahí, en eso de desconectar en defensa, Sobrino nunca peca.

Por lo tanto, y viendo la categoría del rival y a la espera de un encuentro con mucho trabajo, Sergio se decantó finalmente por Sobrino. Y no se equivocó. Si el Pacha Espino secó a Isi Palazón fue sin duda en parte a la gran colaboración que tuvo de Sobrino.

Este Cádiz CF rema conjuntamente en la misma dirección. A los grandes problemas, Sergio está viendo grandes soluciones. Sobrino puede ser un caso, pero hay más dentro de un vestuario en el que todos van a la una.

Las circunstancias de Sobrino han cambiado algo desde que la Liga ha vuelto a jugarse después de la disputa del pasado Mundial en Catar. Sin duda, el extremo manchego ha perdido notoriedad en beneficio de dos fichajes veraniegos que han despertado tras una primera vuelta pasada en el anonimato.

Tanto Théo Bongonda como Brian Ocampo han irrumpido con fuerza en el once titular y no han hecho más que potenciar la subida de nivel del equipo que también ha significado la llegada de Roger Martí, Sergi Guardiola y Gonzalo Escalante. Tres fichajes que bien podrían ser cinco si se considera el despertar al tiempo del uruguayo y el congoleño.

Una de las buenas noticias de este equipo es que los suplentes también están dando el callo a pesar de su paso por el banquillo. El ejemplo de Rubén Sobrino es clarísimo, pero también podría decirse lo mismo de otros compañeros que han perdido protagonismo en las últimas jornadas.

Sin duda, nunca hay que alegrarse de bajas en el vestuario, pero llegadas a ellas, es elemental que jugadores antes importantes y que han perdido relevancia vuelvan a sentirse importantes en el organigrama del equipo.

Sobrino siempre ha sido de la confianza de Sergio González, que desde su llegada lo alejó del área donde lo acercaba equivocadamente Álvaro Cervera para hacerle propietario de un carril que este pasado volvió a hacer suyo debido a la lesión de su compañero.

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