Cádiz CF

Getafe 3-2 Cádiz CF (Crónica) Que la dureza de la derrota no cambie el camino

Los de Cervera caen en el minuto 93 tras un magnífico encuentro lleno de esfuerzo y oportunidades para ganar

Alfonso Carbonell

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Los jugadores del Cádiz acabaron desolados.

No pasa ni media, pero qué faena. Qué carita se le queda a uno. Qué lástima. Qué injusto incluso. Así no, hombre. Así no. Como duele así. Porque justo antes de que el Cádiz arrojase su piel de cordero para enseñar el lobo que lleva dentro y presentar sus credenciales al ascenso, llegó una desafortunada jugada en la que Cifuentes picó el anzuelo dando la posibilidad al Getafe de ganar con un penalti cuando lo más justo hubiera sido tablas tras un auténtico partidazo entre dos claros candidatos a pelear por el ascenso. Porque el Cádiz CF salió desde el principio con esa idea, la de ganar, la de arrinconar a un duro rival que nunca se dejó maniatar. El camino sigue siendo bonito y la derrota de ayer no debe cambiar la moral de la tropa, que tiene que volver pletórica de orgullo.

Ni dos minutos habían pasado cuando Álvaro García ya hacía una de las suyas por su banda y mandaba un centro envenenado al área de Alberto que fue interceptado por la defensa local. Ese primer ataque tan solo fue una señal de lo que planteaba el Cádiz CF, salir a por el partido. Así de sencillo. Ortuño de cabeza probó los guantes del meta local Alberto y poco después Salvi se internaba por su banda para buscar las cosquillas de la zaga azulona, Cinco minutos, cinco situaciones de gol. Buena carta de presentación.

Y seguía el Cádiz CF. Un gran pase de Rubén Cruz habilitaba a Álvaro García pero el utrerano, en vez de disparar, buscó el pase de la muerte a Ortuño que fue rechazado por la defensa getafense. Entre medias de tantas jugadas, se pudieron ver varios resbalones de los jugadores cadistas, que no se sintieron cómodos con los tacos y se iban al suelo continuamente al tacto con el césped, mojado por la lluvia.

El Getafe aguantó esos primeros minutos y reaccionó consiguiendo darle la vuelta al calcetín. El primero que lo intentó fue Molina, que con un chupinazo probaba a Cifuentes. Poco después fue Emi Buendía el que lo hizo y el arquero rechazaba de nuevo. Y si antes fue Cifuentes el que se interpuso a Molina, al rato fue Brian el que tapó un lanzamiento seco del hambriento Molina, que menudo jugadorazo está hecho. Tan hambriento estaba el ex del Betis que a la siguiente que tuvo no falló. Y la tuvo gracias a un desafortunado resbalón, ¡el enésimo!, de Sankaré y que lo dejó completamente solo ante Cifuentes, al que superó por encima con su izquierda.

Pero la madurez de este Cádiz CF hace que se comporte como un equipo grande al que no le importa demasiado que le cambien el guion. Ya no. Claro que importa, obvio, pero la mentalidad sigue siendo la misma y los de Cervera volvieron a hacerse cargo del dominio del partido. Los amarillos presionaban en campo contrario y robaban balones cerca del área visitante. En una de ellas, José Mari cayó en falta. Y de ahí llegó un libre directo lejano de Brian con el que sacó un saque de esquina tras un acertada estirada de Alberto. El saque de esquina lo botó Salvi al corazón del área, donde emergió como un gigante el dictador del aire, Kalifa Sankaré, para empatar con un cabezazo ejemplar que hizo inútil la estirada de Alberto.

Pero el Getafe reaccionó tan bien como antes lo hizo el Cádiz CF. Conscientes de su necesidad de victoria, los de Bordalás volvieron a la carga. Antón quiso sorprender a Cifuentes, que con sus puños envió a córner. Pero quien sí lo hizo fue a la media hora Emi Buendía con un golazo de rosca, no sin la colaboración anterior de José Mari y Salvi, que apenas mostraron resistencia ni maldad en un balón dividido.

El encuentro, para el espectador neutral, estaba precioso. Sobre el césped dos púgiles repartiéndose mamporros y casi que poniendo la carita sin importar el golpe. Y otra vez el Cádiz CF se fue a por el empate y casi lo encuentra en una jugada calcada al 1-1 pero esta vez el remate de Sankaré fue a las manos de Alberto al estar muy tapado esta vez.

Atacar entrañaba peligro y en una contra majestuosamente llevada por Jorge Molina estuvo el Getafe cerca de asestar una nueva puñalada pero felizmente para el Cádiz CF, el lateral Peña se equivocó en su idea de devolverle el balón a Molina en el justo momento donde allí esperaba Aridane.

Apenas habían pasado ocho minutos de la reanudación cuando el Cádiz CF se quedaba sin José Mari, que pisaba mal y se notaba ipso facto que algo no iba bien. Miedo. Pedía el cambio y entraba Eddy. Las cosas se ponían feas. Pero Cervera siguió moviendo el banquillo y daba entrada al debutante Imaz, que sentaba a Rubén Cruz.

Pudo empatar Salvi en una inmejorable ocasión. Otra vez, los gaditanos aprovechaban un error en la salida de balón gracias a su presión pero el sanluqueño, en su intento de superar por arriba a Alberto se equivocaba. Al rechace no llegó bien Ortuño e Imaz tampoco acertaba con su zurda ante una portería repleta de defensas azulones.

La ocasión fallada no mitigó el empeño de los cadistas. Álvaro García se inventaba un regate para meter un pase al área que enviada córner por la defensa local. El centro lo botó Aketche en lo que era el primer balón que tocaba como jugador cadista. El segundo que tocó, ¡bueno lo que pasó con el segundo…!

Golazo de Aketxe

Porque el árbitro sacaba fuera una mano de Cata a un lanzamiento de Álvaro García y para el borde del área que se acercaba el vasquito. Abdullah saltó por encima para engañar y Ager desenfundó su zurda a lo Maradona y envió la bola donde viven los ángeles y donde nunca un portero puede llegar. Jamás.

El empate no cambió nada de lo anterior. Tanto locales como visitantes siguieron fijando su vista en la portería rival y nadie parecía sacar la bandera blanca tras una gran batalla. Fue el Getafe, más necesitado de puntos, el que intentó llevar la iniciativa, pero no por ello el Cádiz CF guardaba sus armas. De hecho, fue el Cádiz CF el que pudo marcar el tercero tras un gol anulado a Ortuño por posición muy dudosa tras un despeje de Damián a disparo de Alvarito, que previamente había recibido un gran pase bombeado de Addullah. La reacción del Getafe la puso Molina, pero su disparo seco se fue desviado.

No había descanso. Nadie lo quería. Todos querían ganar. El partido moría pero sus futbolistas parecían máquinas. Una de ellas era Brian Oliván, que se fue al suelo para impedir el pase de la muerte de Portillo a Molina con el descuento ya en el reloj.

Todo parecía que se iba al empate final pero en el último minuto del añadido llegó una jugada fatídica para el Cádiz CF. Cifuentes dudó en salir y Aridane no pudo despejar como Dios manda a la espera de la salida contundente de su portero pero que nunca llegó. El canario dejó el balón muerto para que Gorosito metiera la pierna lo justo para engañar a Cifuentes y quien sabe si al colegiado. El penalti, eso sí, es de manual. Y Jorge Molina no falló desde los once metros dejando al cadismo una carita digna, pero sumamente triste. Hay que seguir. Y con la cabeza muy alta. Porque que quede claro . Este Cádiz CF no debe dar un paso atrás. Moral intacta, imagen mejorada y la rabia multiplicada. Esto sigue.

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