Cádiz CF
Fede San Emeterio, el obrero que arregló el muro
El jugador cántabro hace balance de una temporada en la que disfrutó del «éxtasis» de la permanencia aunque no olvida la lesión que le retiró de la competición faltando cinco jornadas
Parecía que su continuidad iba a ir de la mano de la de su compañero Rubén Alcaraz, por el que el Cádiz CF pagó un millón de euros al Valladolid tras el ascenso y para hacerlo de su propiedad, pero finalmente no ocurrió igual y Fede San Emeterio, una vez concluida su exitosa cesión en el Cádiz CF regreso a Pucela, equipo que también militará esta próxima campaña en Primera División tras conseguir el ascenso con Pacheta de entrenador, ese mismo que tenía en el banquillo a dos jugadores que le dieron la vida al conjunto gaditano desde el primer día que se enfundaron la elástica amarilla.
Esta semana ha pasado por la web del Cádiz CF Fede San Emeterio, y lo ha hecho para recordar estos meses que estuvo vistiendo los colores del equipo gaditano. Para los más olvidadizos, decir que San Emeterio vino como petición expresa de Álvaro Cervera , que a comienzos de año y poco antes del duelo fatídico en El Sadar, seguía siendo el técnico del Cádiz CF.
Así pues, el futbolista cántabro se convirtió en el primer fichaje invernal de una escuadra que terminaría de reforzarse con Alcaraz, Luis Hernández, Idrissi y Lucas Pérez. Se pensaba, además, que la continuidad del mediocentro en el Cádiz CF estaba cantada dado que lo representa un hijo de José María del Nido, y ya se sabe la conexión que esta familia tiene con el presidente del Cádiz CF Manuel Vizcaíno. Pero al final ha sido que no. Puede, incluso, que la opinión de Sergio haya pesado en esta decisión y finalmente haya preferido la creación que aporta Alcaraz y buscar en el mercado a los sustitutos de dos obreros del fútbol como son Jonsson y el propio Fede San Emeterio.
Aunque ya no pertenece al Cádiz CF, lo que está claro es que para San Emeterio, estos meses en Primera han sido un privilegio que ha terminado con final feliz a pesar de que él ha terminado la temporada en la enfermería por unas molestias en la rodilla que le privaron de jugar en los últimos partidos.
Su balance es «muy positivo porque se ha conseguido la permanencia que es lo que todos queríamos. Sufriendo hasta el final, pero así lo hemos disfrutado incluso más», dice con absoluta dosis de razón.
A la hora de escoger su mejor momento va un poco más allá que la mayoría de sus compañeros, que se quedan con Vitoria a secas- Él matiza un poco más ese mismo instante en el que «en el último partido cuando pita el final, aunque especialmente cuando pita el final en Granada ya que dependíamos de ese partido. Fue un momento de éxtasis, de felicidad absoluta y me quedo con eso» .
Tiene claro el peor. «Personalmente, la lesión. En las últimas 4 o 5 jornadas la rodilla no me ha permitido poder jugar, ni siquiera estar involucrado en la dinámica de entrenamientos. Me ha tenido apartado y para mí es el peor momento», señala un futbolista que hasta ese momento estaba siendo indiscutible desde el primer día en el que Sergio debuta en Carranza ante el Espanyol y pone a San Emeterio como guardia y custodia de un equilibrio que a bases debía romperse debido a las exigencias del guión. De hecho, supuso una anécdota para la historia que su primer partido tuvo que ser en Pamplona y a las órdenes del entrenador que lo pidió pero justo en su primer día en Cádiz contrajo e coronavirus y tuvo que aislarse en el hotel mientras veía por la tele y desde Cádiz como sus nuevo compañeros perdían ante el Osasuna y el club se cargaba al día siguiente a su gran valedor.
Eso sí, si no pudo contribuir desde el campo, sí que lo hizo desde fuera y haciendo vestuario. De hecho, no se perdió 'in situ' el encuentro de Mendizorroza. Por eso mismo, vibró con la afición y le da las gracias por «el desplazamiento a Vitoria, pero especialmente por todo lo anterior, por los recibimientos en casa. Si lo hemos conseguido ha sido gracias a ellos porque nos han hecho creer y nos han llevado en volandas hacia el objetivo, hacia la permanencia».
Fede San Emeterio busca ahora sitio en el Valladolid después de haber cumplido con nota su obra en el Cádiz CF, equipo que lo fichó para que diese solidez y equilibrio a un muro defensivo que estaba totalmente resquebrajado por el desgaste de tanto peso. Y en sus primeros partidos con Sergio, vamos que si lo logró. Hizo de mezcla y gregario para sus compañeros y le dio al ritmo del equipo, desde su buena colocación y nervio a la hora de tapar huecos, una velocidad que para nada tenía acostumbrada. Quiso el destino que cuando su rodilla dijo basta José Mari, ya a tono gracias a la participación de San Emeterio, apareciera como el gran jefe de obra que es.
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