Fichajes
Darwin Machis y Théo Bongonda, dos formas muy distintas de llegar al Cádiz CF
El belga aterrizó la pasada temporada con una actitud apática, sin implicarse al cien por cien, mientras que el venezolano ha empezado muy motivado su segunda etapa en la Tacita de plata
Darwin y Théo, Théo y Darwin. El primero llegó a Cádiz en el año 2019 para una cesión de seis meses en los que se convirtió en el buque insignia del equipo, que por aquel entonces peleaba por entrar en el playoffs de ascenso a Primera. Se marchó de una forma no deseada, sin poder participar en los últimos compromisos de liga por tener que jugar con la selección de su país. Ahora, tras jugar en Granada CF, FC Juárez y Real Valladolid, ha vuelto al Cádiz en calidad de cedido hasta final de temporada.
El segundo aterrizó en la Tacita de plata en el verano del año 2022. Lo hizo como el gran fichaje del verano, un jugador con experiencia en España, había jugado en el Celta. En Vigo se le habían visto destellos de calidad, y se confiaba, y mucho, en su potencial. Cuatro goles importantísimos, sobre todo el doblete ante el Real Valladolid, convirtieron al belga en uno de los jugadores más queridos por la afición. Un año después de su fichaje, Théo Bongonda ha sido vendido al Spartak de Moscú.
Es muy probable que el día de mañana Darwin quiera salir del Cádiz como lo ha hecho Théo, siendo un futbolista respetado por la hinchada, marcando goles decisivos, alguno de muy bella factura, y ayudando a su equipo a lograr el objetivo.
El futuro de Darwin en el Cádiz es una incógnita, como cualquier aspecto que esté por llegar en la vida, pero el inicio de esta segunda etapa si está siendo bastante diferente a los primeros meses de Theó Bongonda.
Recapitulemos. El 26 de agosto del año pasado, el Cádiz CF anunciaba a través de un comunicado en su página web el fichaje del congoleño, quien llegaba procedente del Genk, de la liga belga. En teoría se trataba de una grandísima oportunidad para el jugador, que tenía 26 años por aquel entonces. Una nueva ocasión para demostrar que podía ser un jugador para la élite, que tenía hueco en Primera división.
Sin embargo, la actitud mostrada por el jugador en los primeros meses como jugador del Cádiz distaba, y mucho, de lo que se esperaba de él. Bongonda llegó al vestuario de El Rosal apático, sin ganas, reconociendo incluso que él no quería jugar en el Cádiz y mostrándose bastante molesto con su propio representante.
Durante el primer tramo de la competición se vio a un jugador individualista, con acierto de cara a gol, como demostraba ante el Atlético de Madrid, pero muy intermitente, sin constancia ni regularidad. Incluso el propio cuerpo técnico se sorprendía del cambio que daba el futbolista cuando el equipo jugaba en casa a cuando lo hacía como visitante.
Pasaron los meses, y a partir de febrero el jugador comenzó a dar otra versión sobre el verde, sobre todo en casa. Con Brian Ocampo, Guardiola y Roger como compañeros en la delantera, Bongonda se sentía cómodo, el equipo volaba en casa y ganaba de manera contundente y holgada a rivales que por aquel entonces podían ser considerados directos como Mallorca o Girona. Las lesiones en la plantilla afectaron al juego del equipo, y también al belga, que tuvo alguna actuación muy destacable como en el triunfo en el Villamarín, pero sobre todo, el día en el que se puso la capa de superhéroe, en el importantísimo triunfo ante el Valladolid en casa.
Bongonda no está en el Cádiz, a pesar de la buena oferta desde Moscú, porque Bongonda no quiere seguir en Cádiz. Se marcha a una liga con menos intensidad, en la que recibirá el balón al pie y a un equipo que jugará (casi) para él.
Darwin, extramotivado
Dicen que las segundas oportunidades nunca fueron buenas, que le pregunten a Darwin que en su segunda etapa en Granada descendió. Aunque el jugador está decidido a demostrar que dicho refrán es incierto.
El venezolano ha llegado con muchísima motivación al club , con muchas ganas, y presentando una actitud que ha sorprendido gratamente en la planta noble del estadio Carranza.
Darwin Machis, que sabe que en los primeros meses no tendrá la competencia de Brian Ocampo, está convencido de que este va a ser su año, y lo demuestra en los entrenamientos.
A sus espaldas lleva dos descensos consecutivos, primero con el Granada y el pasado curso con el Real Valladolid, por lo que esta temporada con el Cádiz le motiva especialmente.
En su primera etapa en el submarino amarillo, aunque fuera en Segunda división, el jugador metió ocho goles y dio una asistencia. Ahora, sabe que el Cádiz es su último tren en Primera división, por lo que afronta una de las temporadas más importantes en su trayectoria deportiva.
Théo y Darwin, Darwin y Théo. Dos formas diferentes de aterrizar en Cádiz, dos formas de encarar una temporada en Primera división.