Cádiz CF

Comienzan las despedidas

Víctor Chust dice adiós a través de las redes sociales tras un año de cesión mientras que Salvi recibe el cariño de sus compañeros después del desdén mostrado por su expresidente

El Pacha levanta a hombros a Salvi mientras José Mari pide a la grada atención para su amigo.

A. C-

Ha llegado el turno de las despedidas más o menos formales, que ya se sabe que eso ahora toca más en las redes sociales que en actos oficiales, que por otro lado el Cádiz CF apenas ha celebrado dado que su presidente no es muy partidario de celebrar un ascenso.

El caso es que dos jugadores de los que no seguirán el año que viene vistiendo de amarillo ya se han despedido de la afición después de que se haya conocido que uno se va al Rayo y el otro aspira a cotas mayores tras interesar a escuadras tan importantes como la Lazio o el Manchester City. En todo caso, Víctor Chust, aún tiene que resolver el año de contrato que le queda con el Real Madrid.

Pero lo primero es lo primero y lo primero es despedirse. Y eso es lo que ha hecho Chust empleando para ello sus cuentas personales en internet. «¡Gracias y hasta pronto, cadistas! Ha sido apasionante recorrer junto a la marea amarilla todos los campos de Primera División. Gracias por el respeto y por el cariño, por mostrarme siempre una cara amable. Jamás olvidaré la oportunidad y experiencias vividas en un club que ha sido familia. ¡Os merecéis siempre lo mejor, Cádiz CF».

El valenciano vuelve ahora al Real Madrid, que según ha informado algunos medios de la capital facilitaría su salida por una cantidad cercana al millón de euros.

Y si Chust ha estado poco, el que se ha pegado media vida de amarillo es su compañero Salvi Sánchez, que ha firmado por el Rayo Vallecano para los próximos tres años. Esta semana, el que ha sido su presidente se refería a él con indifirencia y hasta incluso intentó ponerlo a los pies de los caballos de una afición que si no lo idolatra por entero dado su rendimiento en el campo sí que lo respeta debido a su honradez sobre el campo, que a muchos importa más que un simple centro.

El caso es que parece claro que a Vizcaíno le gusta más despedir por todo lo alto a un argentino con pasado celtiña y colchonero y que vistió poco menos de un año la elástica amarilla -Augusto Fernández e llamaba- que rendir los honores que se ha ganado un obrero de esto (fútbol) y de lo otro (andamios).

De Salvi dijo en la Cope que «firmó hace tres meses con un equipo porque se pensaba que el Cádiz iba a descender». Esas fueron las palabras de un presidente que, eso sí, y con la misma indiferencia, le deseo lo mejor allá donde vaya. Qué menos.

Pero como para cualquier futbolista, lo más importante no es el aprecio que dejen en las altas esferas, sino abajo, en el césped, en el vestuario. Y si el sevillano Vizcaíno no le ha abierto la puerta grande del club sí que se la han abierto sus compañeros, con esos con los que ha sudado, llorado y reído todos estos años. Por no hablar de la afición, que lo despidió por todo lo alto el día que el Cádiz CF jugó su último encuentro en Carranza ante el Madrid y en donde el sanluqueño no pudo reprimir sus lágrimas. Y si aquellas imágenes fueron inolvidables, qué decir de las que se vivieron con la alegría de la permanencia en Mendizorroza, donde el capitán José Mari se dirigió a la afición señalando el nombre de Salvi en su camiseta para recordar a todos lo importante que había sido en todo lo conseguido todos estos años. Acto seguido, fue manteado por todo el equipo en clara señal del cariño que deja.

También se ha podido ver varias palabras de cariño en redes sociales que han brotado de sus compañeros. Así, Carlos Akapo en una stories de Instagram dejaba una fotografía de Salvi con el mensaje «Salvador, te voy a echar de menos. Qué grande eres».

Otro como el Pacha Espino se despedía con un «gracias Salvi por cómo me trataste desde el primer día. La gente buena se merece cosas buenas, acá vas a tener a alguien que te va a extrañar. Sé feliz guacho».

Ni que decir tiene que otro con el que ha bregado muchos de estos últimos años, el madrileño Álex, también ha querido recordarlo con varias imágenes adjuntas a un texto en el que se lee: «Leyenda de este club. Ejemplo para todos. Has dejado una huella imborrable en Cádiz, tu casa, te voy a echar mucho de menos. Os deseo lo mejor a ti y tu preciosa familia».

Poco o nada tiene que demostrarle su paisano José Mari, que pese a ello no ha dudado en escribirle públicamente que «se te quiere y va a ser muy raro… lo sabes».

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