Cádiz CF

Cervera ya ve su fin de ciclo

El técnico del Cádiz CF, al que le queda un año de contrato, deja abierta la puerta de salida

Ya lo veía el año pasado, pero se la jugó. Y la verdad es que le ha salido bien. El Cádiz CF ha vuelto a cumplir con sus objetivos. Y no se confundan, más allá de los palmeros del club y repartidores de carnets a través de redes sociales, el objetivo de este Cádiz CF desde hace ya un año es mucho más que la permanencia. El objetivo de este Cádiz CF de Cervera, pese a Cervera, es el que acaba de cumplir. Y ese no es otro que llegar a las últimas jornadas con el caramelo de un posible ascenso al alcance de las manos. Y sí, se ha vuelto a conseguir aunque a diferencia del año pasado, que también se cumplió, este año se llega a la última jornada sin depender de sí mismo por culpa, entre otras cosas, de un mercado invernal lamentable y solo salvado por la cartera dejada por Cordero y Pina, que fue la que pagó la cesión de Machís por encima de clubes con más presupuesto pero más plantilla como Málaga, Granada u Osasuna.

El caso es que Cervera ha vuelto a cumplir con nota sus expectativas, pero más allá de las equivocadas e irreales redes sociales, la verdad verdadera es que el juego del equipo aburre hasta la saciedad a la mayoría de los aficionados que no ven jugar a su equipo desde hace un mundo. Y ya no es verlo jugar a algo aburrido, no, es verlo jugar algo que no se sabe qué es. No es normal que ayer Carranza fuera un crepitar de cáscaras de pipas mientras en el césped el equipo se jugaba su pase a jugarse un ascenso a Primera División. Sí, sí, lean bien. Un Ascenso a Primera División. ¡A PRIMERA DIVISIÓN!

Es cierto que el árbitro ayudó a que el clima se calentase en la grada , pero es hasta cierto punto lamentable que el equipo, jugándose lo que se estaba jugando, volviera a salir al campo como lo ha hecho prácticamente todos los primeros tiempos en esta segunda vuelta, es decir, a contemporizar, a ver pasar el tiempo, a sestear. Inadmisible. Por supuesto que no se duda de la actitud de los jugadores, pero algo pasa y cuando no se sabe muy bien qué es solo queda una solución: mirar al banquillo, donde está el entrenador.

El castañazo ante el Extremadura no es cuestión de un mal día. Nada más lejos. Este tropiezo -ante un equipo que ya no se jugaba nada- se ha dado en infinidad de ocasiones esta temporada, pero todo ha seguido igual y muy poca autocrítica se ha hecho dentro de un equipo que siempre ha sacado pecho por lo realizado en el pasado. Tanto y tanto han conseguido que los José Mari, Cifuentes, Garrido y compañía se han olvidado de mirar al futuro.

Cualquier advenedizo que pase por aquí podría preguntarse que no entiende este clima enrarecido alrededor de un equipo que, pese a cumplir el objetivo con creces, fue despedido en el que pudo ser su último partido de la temporada en Carranza con una sonora pitada. Pero hay argumentos que lo explican. Y mucho.

El primero de ellos, y del que el propio Cervera es bien consciente, es que el entrenador ya ha llegado a su techo. Por segundo año consecutivo no ha conseguido levantar a un equipo que daba claros síntomas de estar cayéndose por su propio peso desde que comenzó a perder en Pamplona, donde recibió un severo correctivo que le puso a su nivel, a comienzos de año. El juego, si es que lo hay, es infumable. Lo ha sido en Carranza y lo ha sido en muchos partidos a domicilio donde muchos cadistas, a excepción de los palmeros, han admitido haberse quedado sobado en el sofá de su casa antes de acabar el mismo. Y ojo, igual hasta se acababa empatando. A todo esto se le une las declaraciones de un entrenador que no ha entendido el incremento lógico de la ambición tanto en un sector importante de la grada como de la propia directiva.

No se discute, ni los más críticos ni mucho menos los palmeros de las redes, el tremendo trabajo que ha realizado Cervera, merecedor si se quiere de una puerta en Carranza, una estatua o lo que se invente el rey del marketing Manuel Vizcaíno , con quien el técnico tampoco comparte mucha afinidad. Eso se da por hecho, pero repetirlo una y otra vez, como las continuas loas a los jugadores, que apenas contactan con la afición a través de las infladas redes sociales, suelen llevar al engaño de encontrarse que, a las malas, todos esos halagos se convierten en inciertos cuando de repente Carranza explota en una pitada mayúscula. Ya se sabe, el halago debilita.

De todo esto se lleva percatando hace tiempo Cervera, que ya el curso pasado se quejaba de ese ambiente de exigencia tras acabar de ascender desde Segunda B. Pero a la larga, el técnico ha ido perdiendo la razón en ese discurso. Porque no. No puede decir así por así que a este equipo se le están pidiendo cosas que no debería cuando entre sus filas tiene a Machís, Álex Fernández, Sergio Sánchez o Aketxe, jugadores 'top' de Segunda con nóminas 'top' de Segunda.

Como no puede ser de otra manera, la rueda de prensa tras la derrota ante el Extremadura fue tensa. Qué menos. Y fue ahí donde Cervera transmitió lo que es un secreto a voces desde hace ya varias semanas que el club le ha ofrecido la renovación pero se ha querido esperar a que acabe la temporada. //  Al ser preguntado si seguirá al frente del equipo, con el que le queda un año de contrato, fue de lo más esquivo."No sé si será mi último partido en Carranza, no puedo responder a eso porque no lo sé". O sea, que si incluso teniendo un año de contrato ya firmado responde que no lo sabe, la cosa parece encaminada claramente hacia la puerta donde pone salida.

Ofertas no le van a faltar y su salida sería un acierto desde el punto de vista profesional. De entrada, saldría del Cádiz CF por la puerta grande y dejándola abierta de par en par para un futuro. Y en cuanto a su destino, si quiere seguir entrenando y no pegarse un año sabático, ya tiene sobre la mesa el interés de equipos como el Almería o el Oviedo. De momento, y como esto es fútbol, habrá que esperar a que acabe la Liga sin olvidar que los milagros existen.

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