Cervera sigue haciendo chapús a la espera de una reforma

Según El habla de Cádiz de Pedro Manuel Payán, un chápu es: «Entre albañiles, obra hecha a poca costa y sin ninguna solidez, y sólo para cubrir las apariencias». Y eso, llevado al fútbol y tal cual, es exactamente lo que viene haciendo desde hace unas cuantas jornadas el entrenador del Cádiz CF, Álvaro Cervera.

A la falta de un fondo de armario de garantías y por culpa de una planificación deportiva nefasta, el técnico cadista se está viendo forzado a retocar su once con la introducción de parches que ya por la continuidad que están teniendo no se ven como tal. Pero la evidencia dice que estos chapús tienen una fecha de caducidad.

Desde que se lesionó José Mari, Cervera está apostando en el centro del campo por Fali, un central que no jugaba en la medular desde que estuvo en el Nàstic a las órdenes de Vicente Moreno. El valenciano se está defendiendo como puede pero no se le puede pedir temple y manejo del balón en determinados momentos de los partidos porque de sobra se sabe que no es su fuerte. Hace poco, el propio jugador admitía que le cuesta pensar qué hacer con el balón por falta de oxígeno y es que cuando lleva varios años jugando como central sufre ahora de lo lindo cuando recuerda que en el centro del campo se corre el triple.

Que Cervera no mueve su banquillo hasta una vez llegado el minuto 80 más o menos lo dice todo. Fue significativo ver hace dos jornadas, ante el Levante, como tenía que sacar a Salvi a pierna cambiada para no atacar y sí defender. Y es que otro chapú estaba dando la cara. En este caso Jairo, que llegó con la etiqueta de multiusos en verano y para ser el suplente de Espino sin ser lateral izquierdo. De ello se dio cuenta rápidamente el Levante de Paco López, que volcó buena parte de su juego por la banda de De Frutos, que lo tuvo muy fácil ante un Jairo desbordado y al que tuvo que ayudar en la segunda parte Salvi en detrimento de Perea.

Ese sufrimiento de Jairo no pasó desapercibido para Cervera, que al siguiente encuentro bajó al filial para hacer uso de Marc Baró , que bastante hizo en su debut en Primera ante todo un Jesús Navas y con la poca ayuda de un hombre de ataque como Álex Fernández.

No se terminan ahí los chapús de Cervera. Otro ejemplo claro fue el día frente al Levante, donde prefirió la valocidad de Iván Alejo para la punta del ataque antes que la irrupción de Malbasic o Álvaro Giménez, dos hombres que no terminan de dar la talla en los minutos que han tenido.

Y si los anteriores han visto alteradas sus posiciones en algunos partidos, qué decir del comodín de Cervera, Álex Fernández, el mayor daminificado de la irrupción de la dupla Negredo-Lozano. El pelirrojo no para de buscar su sitio y aunque es uno de los fijos en el once, no es menos cierto que está bajando su rendimiento de manera notable.

Todos estos chapús no hacen más que albergar dudas sobre el rendimiento del Cádiz CF en la segunda vuelta. Quedan pocos días para hacer fichajes y la reforma que necesita el cuadro de Cervera no llega. Según las cuentas, quedan unos 14 puntos para acariciar la permanencia con toda la segunda vuelta por delante. Parece cerca, pero jugar con fuego sería una enorme irresponsabilidad de un presidente que no ha conseguido siquiera dar salida a muchos de los jugadores que son prescindibles para su entrenador.