Getafe Cádiz
Las dos caras del Coliseum en Primera
Las dos últimas visitas del conjunto gaditano al estadio madrileño acabaron con dos finales muy distintos
el cádiz ganó el curso pasado en getafe.
Una fiesta y un entierro. Así acabaron las dos últimas visitas del Cádiz al Coliseum Alfonso Pérez de Getafe cuando ambos equipos militaban (como militan) en Primera División.
La última que se recuerda es la mejor de las dos puesto que sucedió la temporada pasada y el conjunto de Álvaro Cervera iba como una moto. Sucedió exactamente el 10 de abril de este mismo año y el encuentro se encuadraba en la jornada 30 . Enaquella ocasión, los jugadores amarillos encarrikaron casi que definitivamente la permanencia con una victoria genial en un partido jugado a la hora de la siesta y que aburrió a los más entusiastas. Eso sí, el gol en propia meta de Timor a favor del Cádiz le daba los tres puntos al equipo gaditano, que se encontraba a pocas semanas de firmar la salvación de forma matemática.
Mucho peor fue unos años atrás. Concretamente en la temporada 2005/06, la penúltima en Primera. Espárrago era el entrenador de un Cádiz que se presentaba en el Coliseum Alfonso Pérez en la jornada 37, la penúltima también.
Oli y su consejo no atendido
En aquella ocasión al Cádiz le quedaban dos balas que tenía que no desaprovechar y esperar errores de terceros. La prmera era en Getafe y debía ganar. La última era en casa y tenía que ganar al Málaga, algo que se consiguió (goleando además) pero ya no servía para nada porque antes se había perdido en Getafe. Y eso que las cosas no empezaron nada más para los de Espárrago. Lucas Lobos adelantaba a los amarillos antes del descanso para ilusión de un equipo que se metía de lleno en la lucha por la permanencia antes de que el balón comenzara a rodar de nuevo en las segundas partes de todos los campos, donde se precipitó la ruina.
Entre otras cosas todo empezó a torcerse en Getafe, en un partido donde coincidían dos delanteros que jugaban su último partido como futbolistas. Uno iba de amarillo, Oli. El otro de azul, Craioveanu. Pero había una diferencia. El asturiano se jugaba la vida con el Cádiz. El rumano no. El primero podía retirarse con un descenso mientras que a su colega le habían preparado una fiesta de despedida ya que el 'Geta' estaba matemáticamente salvado jornadas antes y no se jugaba nada. Y no hay nada peor que una fiesta en casa sea fastidiada por unos invitados poco educados .
los jugadores del cádiz lloraron sobre el césped del coliseum tras descender.
De esto se coscó Oli, que por entonces ya era suplente y calentaba en la banda para salir a intentar remontar un partido que se puso 2-1 (finalizaría 3-1) en el 80 con gol del excadista Pachón.
El veterano jugador se dirigió no pocas veces al fondo donde estaban los seguidores amarillos, que hasta el minuto 69 que Pulido empataba el partido dedicaban desconsideraciones gratuitas al anfitrión Craioveanu, que justo había salido al campo dos minutos antes del empate de su equipo. Por cierto, vaya tres cambios del entonces entrenador del equipo azulón Bernd Schuster . El alemán sacó a toda su artillería con los arietes antes mencionados más el también excadista Dani Güiza.
Volviendo al hilo, Oli, que al final se quedó sin salir (los cambios del Cádiz fueron Varela, Fernando Morán y Estoyanoff) pero quiso arrimar el hombro convenciendo a su afición para que se dedicase a vitorear a Craioveanu y así crear un clima propicio de entendimiento con un equipo y una afición que no se jugaba nada. No lo consiguió y más allá de que lo hubiese hecho o no, el Cádiz descendió.
Tampoco le fue bien al Cádiz en Segunda en sus dos últimos encuentros. Dos temporadas antes del ascenso en Chapín, y con Jose en el banquillo, caía 3-2 en el Coliseum . Mismo resultado que años después, con Cervera ya, obtendría en un partido de infarto que acabó perdiendo en los últimos minutos tras un penalti de Cifuentes.
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