Cádiz - Valencia

(2-1) Sufrir para respirar y seguir viviendo

El Cádiz suma tres puntos vitales para acercarse a la salvación tras un segundo tiempo en el que se la acabaron los extintores de apagar tanto fuego

gonzalo escalante adelantó a los amarillos. nacho frade

Alfonso Carbonell

Para respirar este Cádiz va a tener que sufrir, pero ay cómo sufren estos guerreros de Sergio. Los amarillos encarrilaron de la mejor manera posible un partido que terminó por complicarse por culpa de un error garrafal de Ledesma, que más tarde lo arreglaría pero ya era tarde para salir del acoso al que sometió un Valencia al que el once amarillo vuelve a adelantar en la tabla con una victoria vital

Cayó el once como cae una lluvia esperada pero con un granizo entre medias que fue la sensación de no ver a Iza y en su lugar a Parra debido a un error de bulto del club. Pero no todo fueron malas noticias porque Fali y Escalante volvían al once tras superar sus lesiones; además, saltaba como titular también Alejo, muy bien en los dos últmos encuentros y con mayor calado defensivo que Bongonda. Y eso, sin Iza y con Parra y con la temible banda zurda che con Lino al aparato, debió ser el motivo principal de su irrupción en el once en sustitución del talentoso Bongonda.

Con un estadio en órbita , el Cádiz comenzó dejando al Valencia hacerse con el ritmo de un encuentro en el que primero avisó fue Chris Ramos, que corrió como un galgo hacia delante tras una patada a seguir de Ledesma para acabar chutando sin ángulo al exterior de la red defendida por Mamardashvili.

Pasaban los primeros minutos con los nervios lógicos de dos equipos que no querían cometer ningún tipo de error y las consecuencias no eran otras que un duelo atropellado, con interrupciones y con mucho miramiento. A pesar de ello, Alejo -siempre tan incisivo- aparecía el que más para meter un centro a Chris Ramos que Diahkaby despejaba con apuro. Poco después, de nuevo el pucelano forzaba una falta que botó el Pacha para que fuera otra vez el central francés el que alejase el peligro. Esas dos internadas del extremo motivaron que la cuesta cambiase de dirección, porque pasado el cuarto de hora ya era el Cádiz el que comenzaba a tomar las riendas de un encuentro que partió desbocado y sin control alguno.

Producto de ese empuje llegaría una oportunidad magnífica tras una catapulta de Luis Hernández que acabó cabeceando Alejo para que Guardiola, de espuela, casi sosprendiese al meta che, que ya vencido vio como otra vez Diahkaby, sobre la línea de gol, evitaba el remate a placer de Escalante. Sería un aviso serio.

Sobrepasado el 20' de partido, era el Cádiz el que más se adueñaba aunque no por ello desapareció el Valencia, que por medio de Musah se colaba en el área cadista para ceder al punto de penalti a Lino, que disparó encontrándose con un salvador Parra en su camino. El rechace fue para Ledesma no sin chocar con Lato, que llegaba con la misma fuerza que el arquero argentino. Alejo, para variar, quiso calentar un poquito más el duelo cuando precisamente fue el jugador el peor parado.

Pasaba la media hora cuando el Cádiz comenzó a pagar un poco del desgaste realizado a cambio de muy poco y se dio una tregua que aprovechó el Valencia para recuperar protagonismo. Los de Baraja alargaban sus posiciones para amargura de una parroquia local que se mordía las lenguas cada vez que el balón rondaba el área de Ledesma, que lo hacía a menudo pero sin profundidad. Pero ay cómo se sufría en las gradas.

Para salir de esos agobios, los amarillos volvían a pararse en Alejo, que tras irse maravillosamente de Lato cantó victoria antes de tiempo y regaló un centro fácil de despejar en el primer palo por Diahkaby, que estaba en todos lados, incluso en los pitos de una afición que no olvida. También apareció para rebañarle un balón al que llegaba Chris Ramos tras un despeje-pase de Alejo.

Catapulta y gol de Escalante

No jugaba a nada el Cádiz pero jugaba con todo. Y por tierra y aire. Y ese esfuerzo fue recompensado tras un saque de banda bombardeado por Luis Hernández, que conectó con Sobrino en la línea de fondo para que el manchego prolongase con maestría regalándole un testarazo de gol a placer a Escalante, que leyó a la perfección el desenlace de la jugada para hacer tronar a Carranza con el 1-0 merecido.

La locura de Carranza se apoderó de Ledesma, que con tanto entusiasmo como le pone la pifió en una salida por alto que no hubo que lamentar gracias al tumulto creado en su área. Se fue al descanso el cadismo ganando pero con el susto en el cuerpo después de un córner concedido por Parra y que acabó en un posible penalti de Alejo sobre Foulquier si no es por las manos anteriores del jugador che se hubiera llevado a algún corazón por delante.

La segunda parte empezó con goles

No pudo empezar mejor la cosa para el Cádiz en la segunda parte y si empezó así fue porque se lo mereció. Le echó todas las ganas y energías que el Valencia se dejaría en los vestuarios y para exponerlo qué mejor que una bestia indómita como el Pacha Espino, que fue lanzado por su carril por un taconazo de Chris Ramos del que el charrúa sacó petróleo tras llegar hasta la línea de fondo, pararse y sentar a su par, levantar la carita y mandarle con un lacito a Guardiola el segundo del equipo para felicidad extrema de la hinchada.

Se vivía una fiesta adelantada en Carranza y de eso se contagió Ledesma, que le regaló a Lino el primero del Valencia tras controlar demasiado en largo una cesión fácil de Luis Hernández que el extremo brasileño no dudó en aprovechar. Y lo que son las cosas. En un minuto todo cambió. Todo.

La dinámica cambió del blanco al negro en apenas un minuto. Y en el 55' ambos banquillos comenzaron a moverse y Sergio introducía a Bongonda y Meré (por Alejo y Fali) para tratar de volver a la senda de la que le sacó el fallo de Ledesma.

No consiguió variar el nuevo decorado Sergio, que veía como ahora era su equipo el que estaba preso de los nervios y concedía ocasiones a un Valencia que avisaba con un lanzamiento duro y desviado de Moriba y poco después con un cabezazo de Diahkaby que no atrapaba con seguridad Ledesma.

Visto que con fútbol no conseguía frenar al Valencia, el Cádz comenzó a emponzoñar el encuentro con parones que no terminaban de enganchar a una grada que también se le veía desubicada y atenazada con el nuevo resultado. Tuvo que ser Bongonda el que animase un poco el cotarro venido abajo, pero su zurdazo fue repelido a córner por el arquero che.

Al 66' de partido, Sergio sacaba a Chris Ramos y Parra y daba entrada a Momo Mbaye y Alcaraz para tratar de tener más el balón en el centro del campo y meter más centímetros en la zaga. Y lo primero que tuvo que hacer Meré fue estar crucial al corte despejando un balón de gol que había enviado Diego López, que le había hecho un traje a Espino.

Tomaba oxígeno el cadismo como podía para volver a un encuentro que se iba apoderando el Valencia, que pudo empatar tras un error de Escalante que dejaba vendido a Ledesma, quien esta vez sí estuvo oportuni saliendo de su área para despejar un balón que habría dejado con respiración artificial a medio estadio.

A falta de veinte minutos, lo cierto es que nada habia claro. Bueno sí, Guardiola no podía ni con su sombra y pedía el cambio para que se redimiera el Choco Lozano . Pero no solo era Guardiola el más cansado, los calambres comenzaban a dejarse notar con un mundo por delante y un sol que apretaba también de lo suyo sobre el horno de Carranza, que quemaba de solo ver lo que había en juego.

El Valencia parecía mucho más entero que un Cádiz encerrado atrás y a la espera de aire que encontraba en faltas realizadas por sus rivales. Después vendría el descuento con sus rebajas...

Si antes era el Cádiz el que se llevaba todos los balones divididos por convicción, motivación y fuerza, desde el gol de Lino eran los valencianistas los más enchufados. La superioridad era preocupante. Lo que hace un gol, oiga.

Para colmo, el Choco Lozano no daba ese aire que debería dar y cada balón que le llegaba apenas lo combatía. Consciente del momento, en el 79' de partido, Carranza se volvió a hacer presente para arengar a los suyos, que no lo pasaban nada bien sobre el verde.

Y lo que tiene todo un Valencia es que a diez para el final te saca a Cavani, que no marcaba desde el pasado 31 de diciembre , para buscar como fuera el empate. Y casi lo consigue, pero no el uruguayo, sino Diego López, que de espaldas conectó un testarazo que se iba a la escuadre de no ser por el vuelo de Ledesma, que se suspendió en el aire para sacar con sus yema de los dedos lo que iba siendo el 2-2.

Se le encogían las piernas a los defensores amarillos, que por el miedo a no hacer penalti tardaban una eternidad en achicar balones. Eso lo aprovechó Moriba, que con un zurdazo cerca estuvo de encontrar el arco de Ledesma.

Ya en el descuento, la volvió a tener el Valencia tras un error en la salida de balón que terminó en el área de Ledesma, que fue el que se hizo on el balón después de hasta que en dos ocasiones le salvaran las castañas Momo, primero, y el Pacha, después, bajo la línea de gol.

Le volvía a faltar oficio a los de Sergio, que les quemaba el balón en los pies y no se cansaban de regalárselo a sus rivales, que por medio de Hugo Duro volvían a acercarse al empate pero su cabezazo se fue al exterior de la red de Ledesma, al que ya no le quedaban extintores apagar tanto fuego. Pudo apagarlo del todo el Choco si no es por el fuera de juego en el que incurrió Bongonda para matar un partido que mató el pitido final del árbitro con el que explotaba de júbilo Carranza, que rema fuerte hacia la permanencia.

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