CÁDIZ CF

Sergio González, un entrenador camaleónico

Ir adaptando la fórmula para lograr las necesitadas victorias no es un problema para el técnico catalán, que ya ha sorprendido positivamente con algunas de sus alineaciones

La hora de Arzamendia

Sergio observa atentamente una sesión de entrenamiento en el Nuevo Mirandilla CCF

Pablo Vallejo

Sergio González ha mejorado notablemente al Cádiz – ayudado por las buenas incorporaciones del mercado de invierno – y no reconocerlo sería negar lo evidente. Desde su aterrizaje, el Cádiz ha mostrado mejor juego, y la puntuación, a pesar de que se resisten las victorias y el escándalo arbitral sufrido en Son Moix, entra dentro de los números necesarios para lograr la permanencia. El problema es que el conjunto amarillo navega a contracorriente y debe recuperar los puntos que se quedaron en el camino.

Cada partido es una nueva oportunidad para sumar de tres y bien lo sabe Sergio, que ha demostrado que es un entrenador estudioso y metódico y, con la ayuda de su cuerpo técnico, amolda su equipo según las características del rival. A su llegada, el sistema se fijó en el 1-4-4-2, y la idea no era otra que reforzar el protagonismo ofensivo de Álvaro Negredo, gozar de unas bandas verticales y un bloque ordenado y que latiese con rigor sobre el césped. En principio, parecía que Álex Fernández iba a gozar de un papel vital en la creación de juego, pero nada más lejos de la realidad. Los fichajes de Fede y Alcaraz, sobre todo este último por su rol, han terminado de eclipsar al futbolista nacido en Alcalá de Henares.

Pero ese 1-4-4-2 de Sergio ha tenido varios matices, que se han acentuado con el paso de las jornadas, entendiéndose así que el nuevo técnico ya había tenido sesiones de entrenamiento previas para ir amoldando al equipo a sus intereses técnico-tácticos, y, tras consolidar la base heredada por Cervera, añadir matices según lo que busque en cada momento y del rival que tenga enfrente. Es el caso del planteamiento elegido en el duelo ante el Celta de Vigo. La semana anterior, la medular del Cádiz había sido ampliamente superada por los jugadores de calidad con los que cuenta el RCD Mallorca, y ante los gallegos había que corregir. Es por eso que, en lugar de Álex, Alcaraz estuvo acompañado por otro centrocampista de un corte más corrector y equilibrado como es Tomás Alarcón. El plan no salió a la perfección en lo ofensivo, pero dotó al bloque de mayor serenidad y garantías a la hora de evitar peligro sobre la portería de Ledesma.

La sorpresa mayúscula vino en el último encuentro , el que enfrentó a Cádiz y Getafe en el Nuevo Mirandilla. Sergio González viró tras estudiar al cuadro de Quique Sánchez Flores y apostó por el 5-2-3, un dibujo que permite colocar a los tres mayores referentes ofensivos del equipo: Lozano, Negredo y Lucas Pérez, que cuajó un gran partido. “Este sistema nos daba más equilibrio por su forma de jugar. La figura de 3 para 2 en defensa nos daba solidez. El mediapunta nos daba ventaja a la hora de superar líneas. También así igualábamos en el balón parado. Con el sistema teníamos igualdad”, manifestaba en la rueda de prensa posterior, explicando así la decisión del esquema.

El encuentro fue dominado por el Cádiz, que mereció ganar pero no encontró el premio. Por lo tanto, Sergio acertó. El técnico demuestra que va a ir adaptando el sistema y los jugadores empleados según el partido futuro que imagine en su cabeza. Hay jugadores como Alarcón, Idrissi o Alejo que están teniendo una participación intermitente, pues no todos los partidos estarían diseñados para ellos según el técnico. Otros, sin embargo, son esenciales y todo girará en torno a sus figuras. Lo cierto es que el trabajo de Sergio está siendo muy bueno y pase lo que pase a final de temporada, no se podrá decir que no buscó la fórmula perfecta hasta la saciedad. Ante el Granada, una nueva oportunidad para sorprender.

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