Cádiz CF
Sergio se deja de concesiones y oportunidades
El entrenador del Cádiz exhibe toda los riesgos posibles a la hora de buscar el máximo rendimiento sin importarle los posibles factores adversos
No hay tiemmpo para pensarlo dos veces. Ni tiempo, ni ganas. Sergio González ha pasado ya su primer mes como entrenador y ese respetito que tenía a la hora de tomar una decisión se lo ha guardado para cuando vengan mejores tiempos. No hay tiempo para explicaciones. Los que están aptos y deben jugar, los lleva a la guerra. Sin pensárselo dos veces. Y los que no están aunque debieran estar, los manda a la reserva. Tajante.
Sólo así se explica el sorprendente once que sacó el pasado sábado ante el Getafe, un equipo de Quique le venía a Carranza proponiendo una defensa de cinco. Todo un reto para un equipo, el Cádiz CF, que le cuesta entrar muchísimo en el área rival.
Ante esto, muy claro lo supo Sergio. Le contrarrestaría con una delantera de tres hombres, tres. Los tres delanteros que tenía disponibles y sin importarle que en el banquillo se quedase sin balas de repuesto. Así, Lucas Pérez, Negredo y el Choco Lozano salían de inicio y los tres bien centrados en marcar goles. Lo normal, en otro tiempo, con otro entrenador quizás, sería que Sergio se hubiera planteado la posibilidad de sacar a dos delanteros únicamente con la lógica excusa de quedarse uno en la reserva por si tuviera que echar mano de él durante los 90 minutos. Negativo. Le hacía falta desde el primero minuto y a eso que fue desde el comienzo del choque. Tres delanteros, tres. Se dice pronto. El gol del empate le dio la razón ya que los tres tuvieron su protagonismo en la creación del mismo.
Y si con los delanteros se la jugó, qué decir con la columna vertebral del equipo , esa que tenía que sostener el ritmo y dar equilibrio a un Cádiz CF de vértigo. Tan pronto como los vio salir de la enfermería del Rosal a Fede San Emeterio y Fali fue contundente con ellos. 'Ponerse lo que os tengáis que poner, pero que sepáis que este sábado vais a la guerra'. Y a ella que fueron. El cántabro entrenó toda la semana con unos vendajes que le protegieran su rodilla y el ex del N'astic hizo lo propio con sus molestias. El soldado y el titán acudieron a la cita y no defraudaron. Lo dejaron todo y como estaba cantado acababaron en la enfermería. Ambos acusaron la inactividad y tuvieron que ser reemplazados en la segunda parte. Uno por recaída (Fali), otro por el esfuerzo físico que provocó que se le subieran los gemelos. Cumplieron con nota.
Se la jugó con ambos y la jugada le salió bien. Ahora habrá que esperar que puedan volver al lunes para la final en Granada. Si no llegan, mala suerte, pero no hay tiempo para reservas ni concesiones.
Y si no lo hay para las concesiones, menos aún hay las hay para las oportunidades. A Idrissi, tras dos titularidades decepcionantes , se le acabaron y ante el Getafe no jugó un solo minuto. El holandés no ha estado bien en los encuentros en los que Sergio le ha dado su margen de obligada confianza al ser un fichaje de invierno y ahora es uno más que deberá esperar que se vuelva a crear un hueco por detrás de Salvi o Alejo, ayer sacrificados por el sistema empleado por Sergio en el que renunció a los extremos.
Y si Idrissi no está, menos aún lo estarán dos hombres que han sido noticias por su futuro incierto. Ni Álex ni Jonsson jugaron ante el Getafe. El primero por unas molestias que le han aparecido aunque prácticamente ya desapareció del equipo en el enfrentamiento ante el Celta. Y el segundo ha visto como José Mari, recién recuperado, le ha comido la tostada y todo indica que ha sido por la implicación de un capitán antes que por la expectación generada por el danés y sus palabras de querer estar el año próximo en Valencia. De hecho, en cuanto el centrocampista vio salir al roteño al campo se fue directamente al vestuario diciendo muy poco de su compañerismo.
Lo dicho, Sergio valora ante todo el compromiso. Tanto ético como físico. Y con ese compromiso piensa morir en una Liga que no para.
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