Cádiz CF

Reincidente

El Pacha Espino volvió a cometer un penalti en el tiempo extra y no es la primera vez que saca sus manos a pasear dentro del área

El Pacha Espino volvió a cometer un penalti en el descuento esta temporada. CCF

Alfonso Carbonell

Como prohibir el paso o restringir la entrada dentro del área a un defensa sería peor remedio que enfermedad, el problema lo tiene únicamente el jugador, que acabó abatido el pasado viernes tras volver a conceder un penalti al rival en el tiempo extra. Era tal el desconsuelo del Pacha Espino que hasta recibió de un adversario las primeras palmaditas de ánimo una vez que Hernández Hernández señaló el punto de penalti. No era la primera vez que pasaba.

El Pacha Espino, a veces, se convierte en el peor peligro en el área para los intereses del Cádiz CF . Lo fue en la jornada novena, en Montilivi, en aquel encuentro en el que se produjo el primer descuento de leyenda en contra del conjunto gaditano, que llegaba al minuto 90 ganando 0-1 con gol de Álex a pase de Negredo y veía como el cartelón del árbitro se iba a los once minutos de descuento. El añadido lo fue pasando más o menos bien el Cádiz CF, pero llegando al minuto 112, que ya es decir, llegó una jugada dentro del área tras un saque de esquina. El tumulto dentro del área de Ledesma es tremendo y tras un rechace aparece el balón suelto en dirección a un atacante gerundense. Esto lo ve Espino, que echa a correr como un caballo desbocado y se lleva por delante con una entrada casi que de kárate propia de la desesperación y el miedo a perder lo conseguido. Penalti de libro y empate del Girona.

Sí, el descuento fue de juzgado de guardia, casi como la entrada del bravo lateral cadista, que apunta por primera vez un borrón en su brillante expediente académico. Porque Espino es lo que es, el mejor lateral del equipo, precisamente por eso, por esa bravura y desconcierto que genera en los rivales. Sin embargo, al ser un potro indómito hay veces que ni las riendas de Cervera ni las que le trata de poner Sergio vale. Anularlo sería contraproducente.

Lo cierto es que en Montilivi el penalti sí fue fruto de su pundonor y coraje. Desatado, al Pacha se vio en esa acción como lo que es, todo corazón. Pero, ay, cuántas veces se equivoca el corazón.

Más criticable son dos acciones que Espino ha cometido con las manos. La primera ocurrió en la última jornada de Liga del curso pasado y de haber por Vitoria un Hernández Hernández ahora mismo posiblemente este artículo versaría sobre el Mirandés, Zaragoza, Ibiza y más equipos de Segunda. Corrían los últimos minutos del encuentro entre el Alavés y el Cádiz CF y los de Sergio ganaban con el gol salvador del Choco Lozano a pase de Iza que, con permiso del Granada, le daba la salvación agónica a los amarillos. Pues bien, un balón colgado del equipo vitoriano acabó dando en las manos de Espino de manera involuntaria. Tan involuntarias que el VAR entonó un 'jueguen, jueguen' que sonó a gloria en el cadismo. Y claro, el Pacha suspiró lo que no había en los escritos. Y con él, todos.

Las manos de Espino las ha sacado a pasear no pocas las veces. Las últimas, este último viernes en el último segundo -o quien sabe qué tendría pensado añadir más el canario Hernández Hernández- del descuento ante el Getafe. De nuevo, un balón a la olla del Getafe parecía salir de fondo hasta que en el segundo palo y cubriendo a su hombre aparecía de nuevo el uruguayo, al que el balón le daba en la mano para tragedia en Carranza. Llaman al árbitro para que se vaya al monitor mientras el Pacha agacha la cabeza. Reincidente.

Fuera de lugar está las manos que se están pitando en este fútbol moderno, pero eso no quita para que un profesional como Espino se centre de una vez por todas en esconder sus brazos cuando un balón aéreo o centrado se aproxime al área de Ledesma .

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