Cádiz CF

Los platos se rompen en la cocina

La sangría de goles sufrida por la defensa amarilla tienen en David Gil como principal damnificado

La crónica del Cádiz - Elche

david gil, en el rosal. a. v.

Alfonso Carbonell

En el pasado queda ya sus buenas interveciones en la Copa del Rey, en cambio, el presente azota a David Gil . Tres partidos en Liga disputados y sus números no son nada halagüeños.

Forma parte del pasado el primero de los que jugó. Y fue la sorpresa de Cervera en aquel once con que el Cádiz CF levantaba el telón del campeonato liguero ante Osasuna en Carranza en la primera jornada que dejó a muchos (y con razón) cabilando con preocupación de lo que le esperaba a ese conjunto que en su primer día se mostró desnudo, esquelético.

En aquel once figuraban hombres tales como el canterano Sergio González u otros que después apenas han tenido protagonismo como pudieron ser los casos de Alejo, Pombo o Malbasic. Y allí, bajo palos, David Gil, que le robaba la titularidad al entonces capitán Alberto Cifuentes antes de que se firmase al argentino Ledesma, que debutaría para quedarse tres jornadas después en San Mamés.

De aquel partido que venció el Osasuna con autoridad por cero goles a dos se recuerda un Cádiz CF novato y cogido por alfileres. Desde la portería al ataque. El resultado mandó a varios al banquillo a la semana siguiente en Huesca y uno de los que se sentó para no volverse a levantar de él hasta las últimas jornadas fue David Gil, que veía como Cifuentes era titular antes de jubilarse por decreto presidencial ante Huesca y Sevilla.

Pasó la Copa (Ribadumia, Pontevedra y Girona) y a David Gil le tocó trabajar a la sombra de Conan hasta que hace dos jornadas Cervera volvió a acordarse de él para rematar la Liga ya con el equipo salvado. Y no le han ido muy bien las cosas al canterano porque en dos partidos ha recogido hasta en seis ocasiones en balón del fondo de la red. Cierto es que sería injusto responsabilizarle de todo lo que su defensa y equipo está dejando pasar. En Pamplona, Budimir hizo doblete gracias a la fragilidad de Alcalá, que ante el Elche tampoco estuvo muy fino en su presión dentro del área a Fidel, que sentenció el choque.

A David Gil le resta un encuentro para al menos tapar la portería, pero este viernes en Valencia ante el Levante mucho tendrán que cambiar las cosas para que mejore unas estadísticas que no brillan demasiado. Ocho goles en tres partidos son bastantes.

No está sacando a sus mejores hombres para hacer el mejor catering y Cervera lo sabe, por eso asume que los platos se rompan en la cocina, allí donde trabaja como puede su camarero más atormentado con todo lo que está pasando.

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