Cádiz CF
El orden vino con el juego
El equipo amarillo ha recuperado la sintonía con su ‘adn’ y lo ha hecho de una manera más atrevida de lo que se podía pensar
Las cosas parecen que marchan mejor. Los tres últimos partidos y medio han señalado el buen camino y a diferencia de otras temporadas ha llegado la luz a través del juego, que no del orden defensivo. O no exactamente, porque también el orden se ha presentado dentro un sistema que en esta ocasión y por primera vez en la etapa cerveriana no está reñido con el balón.
Otros años, Cervera claudicaba de vez en cuando tras varias jornadas en las que se gripaba el equipo. Las cosas no iban, el equipo no avanzaba y raras veces jugaba. El aburrimiento con resultados aburre menos, pero cuando no hay resultados ya es el colmo. A lo largo de la estancia de Cervera en el banquillo amarillo ha habido muchos procesos en el que el propio Cervera sabía que debía exigirse más en ataque en detrimento de su sistema.
Para el recuerdo quedan partidos en Getafe, donde se perdió 3-2, o en Lugo, donde se ganó 1-2 tras un segundo tiempo en el que el entrenador apostó por gente de toque como Aketxe y Álex en detrimento de la velocidad por bandas y la rigurosidad defensiva. A veces le salía, como en un 1-1 en Albacete en el que el Cádiz empataba con un buen gol de DaniRomera y con más hombres de asociación que de ruptura. Esos buenos minutos en dichos partidos calaban en la afición y en la crítica y como Cervera no suele enfrentarse a las obviedades solía dar continuidad a esos aires en los siguientes encuentros.
Porque Cervera ha demostrado no pocas veces que no es un entrenador cabezón . Más allá de preferencias con este o aquel jugador, el técnico del Cádiz CF ha sabido ceder cuando ante las circunstancias cuando estas se le presentaban. Lo hacía, pero tal como lo hacía y no salía, era el primero en recordar a todo el mundo, jugadores y afición, que ese no el camino. Volvía a su caparazón, se encerraba en él y, ojo, siempre acertaba. Volvía el sopor, pero con él los buenos resultados, que al fin y al cabo son los que dan de comer y hacen crecer al club.
En cambio, este año ha pasado algo que empieza a ser noticia y que está podiendo marcar un antes y un después en la filosofía cerveriana. Tras años y años de conservadurismo salpicado con alguna que otra aventura vanguardista , esta vez parece que sí, que Cervera por fin se ha dado cuenta que su equipo no sólo debe hacer algo más con las palabras, sino que también con los hechos.
Comenzó a ser consciente de ello en el segundo tiempo ante el Alavés. Sacó a Álex en el centro del campo y fue restándole protagonismo a Fali en la sala de máquinas, donde desde hace tres jornadas se ha consolidado Jens Jonsson. El rubio danés es el primero en presionar y no duda en colaborar en la creación de Álex Fernández, que a los años de llegar al Cádiz CF está comenzando a instalarse con cierta regularidad en el que era su hábitat natural, el centro del campo.
Sin Fali en el centro del campo ha vuelto el orden. Y lo ha hecho de la mano de dos hombres que ya llevan estudiados muy bien el libro del entrenador aunque con la diferencia de que uno tiene querencia total a estar más tiempo en contacto con el balón aunque sin perder la idea originaria. Álex lucha como el que más y su mono de trabajo domina sobre su frack, pero el mero hecho de darle la batuta ya siginifica mucho en el mundo del gafa.
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