Cádiz - Alavés
Cádiz llenó de ilusión y ganas el templo del cadismo
Espectacular ambiente el vivido en Carranza en la primera jornada liguera
La grada estuvo con su equipo hasta los últimos instantes en inferioridad numérica.
Carranza es el templo. Acudían los fieles al estreno, al comienzo de una nueva peregrinación que arrancaba en un día caluroso de agosto, en medio de este puente veraniego que marca el principio del ocaso del estío.
De amarillo se teñían las calles. Se llenaba de gente ese barrio de la Laguna que alberga al cadismo en las buenas y las malas ocasiones. La riada de elásticas cadistas tomaba los aledaños del templo. La emoción se apoderaba de esa afición que aguardaba un nuevo debut en esta máxima categoría del fútbol español.
Niños y niñas, madres, padres, abuelos y abuelas. Esta creencia cadista se hereda. Se inculca, se vive y se contagia porque con esta fe es difícil que suceda lo contrario.
Cádiz ha vuelto a su templo , al de las gradas azules y amarillas, con el mismo ímpetu con el que se afrontan los nuevos comienzos. Nervios, ilusión, dudas, tensión… mil sensaciones se fundían a la vez que se entonaba con fuerza el himno del cadismo. Rugía el estadio a ritmo de 3x4 para recodarnos esa eterna esencia cadista sufridora y luchadora hasta el final.
Tronaban aplausos en un templo amarillo que explotaba de alegría con ese primer gol de Fede San Emeterio cuando en las gradas algunos aún saludaban a esos compañeros con los que un año más compartirán comentarios, anécdotas, análisis, alegrías y penas.
Más de 19.000 almas vibraban y saltaban de júbilo. Elevaban los brazos al cielo azul rematado por el reflejo amarillo del sol que lo presidía. Con esa ventaja en el marcador el ánimo no decaía.
Tras el descanso, más cánticos, más empuje y más aliento desde la grada. Incansable la parroquia , motivado el equipo, transcurría el estreno en casa en esta temporada. Tres puntos y felicidad máxima. Primer objetivo cumplido.
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