Cádiz CF

Ha llegado la hora de Carranza

El Cádiz afronta la segunda vuelta con la obligación de hacerse fuerte en casa

Alfonso Carbonell

Oye, ¿y Carranza, qué? Va siendo hora de ir haciéndose esta pregunta. Vale que el equipo hasta el momento, quitando tal vez las primeras jornadas ilusionantes, no ha dado motivos para engancharse en ningún momento. Es cierto que el juego de los hombres hasta hace poco entrenados por Cervera no daba rienda suelta al entusiasmo y que ya era meritorio el mero hecho de acudir al estadio, pero no estaría de más recordar que pocas veces el Cádiz CF ha tenido la oportunidad de saborear la elite como para que ahora se desaparezca de la misma sin lucharlo ni en el campo ni en la grada. Una grada que, por cierto, ha llevado en volandas al equipo en categorías tan ingratas como la innombrable Segunda B, ya desaparecida.

Queda toda una segunda vuelta que ha comenzado de la peor manera posible, con la derrota y posterior destitución de Álvaro Cervera, el mejor entrenador en la historia del club. Quedan 18 jornadas, un mundo por delante para salvar la categoría a la espera de que el equipo se refuerce con la llegada de hombres que le den al equipo mayor empaque, calidad, experiencia y sobre todo, más puntos.

Carranza no ha sido lo que siempre tiene que ser el estadio de un equipo que lucha por la permanencia. Pero no ya en puntos, en ambiente,

El juego soporífero de los de Cervera ha terminado lastrando la grada de un estadio que debe ponerse el chip cuanto antes para arrimar el hombro de un equipo que, con este o con el anterior entrenador, nunca ha negociado la lucha. Puede que haya dudado de lo que se le pedía, pero los Alejo, Cala, Negredo y compañía saben bien que están dejándose hasta la última gota de sudor.

No dan para más y para eso está la afición. Carranza debe ser una olla a presión. Guste o no, por el estadio gaditano pasa buena parte de una permanencia que ni se ve en el horizonte dado el pesimismo que ha invadido al entorno de un equipo que quiere creer pero ni sabe en qué.

Sergio González ha cambiado la cara de los suyos. Tal vez todavía no lo haya conseguido en el campo, pero en El Rosal ya se respira otro aire vinculado al cambio de entrenador. En sus tres comparecencias públicas ha mostrado un carácter serio pero alegre a la vez. Optimista y confiado en lo que tiene que venir por delante.

La clasificación a cuartos de final de la Copa del Rey obtenida en El Molinón de Gijón, tras 120 minutos de un quiero y no puedo, le han dado una pizca más de fe a un conjunto de jugadores que necesita victorias como el comer. Una victoria que se resiste en su propio estadio. Y así, no se puede. Por eso es obligatorioa que esta dinámica cambie a la voz de ya. Lo más cercano que se tiene es este martes frente al Espanyol, un equipo que de recién ascendido solo tiene eso, que acaba de ascender tras estar solo un añito en Segunda.

Última victoria en mayo

Para salvar la categoría el Cádiz CF no tiene otra que hacerse fuerte en su estadio. De hecho, el equipo amarillo no ha ganado durante este curso. De los diez partidos que ha disputado esta temporada en su feudo no ha vencido en ninguno, ha empatado cinco y ha perdido otros tantos.

Es preocupante que para recordar su última victoria en Carranza haya que remontarse al curso pasado, concretamente al 8 de mayo frente alHuesca en el que los de Álvaro Cervera ganaron 2-1 en un encuentro en el que solo le faltaba un punto para conseguir la permanencia de forma matemática a tres jornadas para el final. Los goles del conjunto gaditano fueron logrados por Marcos Mauro de cabeza y por Gastón Silva en su propia portería. El del once oscense lo logró Rafa Mir con un golazo al coger ligeramente adelantado a Ledesma.

De ruina. Así le ha ido al Cádiz CF en su feudo. De hecho, las dos únicas victorias gaditanas en Liga se han conseguido lejos de su estadio. La primera llegó en Balaídos (1-2) y la segunda en San Mamés (0-1). Y si está en los cuartos de final de la Copa es posible que haya sido porque ha jugado sin la presión de una grada que le espera pero sin las ganas y la fe de otro año.

Por todo ello, ese ambiente tiene que cambiar.Por descontado que se debe dar por hecho que el cadismo, una vez norado y homenajeado ‘por siempre amén’ el añorado Cervera, se ha de unir de una manera total en pos del equipo de Sergio, que debe recoger los abrazos y los aplausos de una afición que haría mal en dividirse en un momento tan delicado de la temporada. Y así serán todos los momentos que esperan en el caso de que los hombres de amarillo comiencen a fraguarse una guerra que debe acabar allá por el mes de mayo.

Ya lo dijo el ahora discutido presidente Manuel Vizcaíno. No es hora de pitos ni de bronca, al menos, durante los 90 minutos del partido. Ha llegado la hora de Carranza, de la grada.

Los de Sergio disputarán nueve encuentros en su feudo y el deber es sacar no menos de doce puntos para intentar salvarse

El club debe responder en forma de fichajes y el equipo ha de dar un paso hacia delante respaldado por una afición que está loca por entregarse siempre y cuando tenga la recompensa de un equipo decidido y con las ideas más claras de las que ha tenido a lo largo de una primera vuelta que ha sepultado las esperanzas de muchos aficionados quieren creer que se puede creer. Este martes vuelve la Liga. Se estrena un entrenador que viene a escribir su libro. Y qué mejor para que esa obra que ha comenzado en Gijón pueda leerse en sus primeros capítulos que Carranza volvió a ser Carranza.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios