Cádiz CF
José Mari vuelve a tomar la batuta
El capitán del Cádiz ha vuelto y su partido en el Pizjuán lo confirma a las claras
Don José María Martín-Bejarano Serrano ha vuelto. Y esta vez todo indica que para quedarse. Ya volvió en el encuentro ante el Barcelona, pero su vuelta al banquillo con ocasión del encuentro reservado para los titulares ante el Athletic lo hacía verse aún como una posibilidad, una alternativa, una simple opción, un parche. Pero la baja de Rubén Alcaraz está cubierta. Y de qué manera, oiga. José Mari ha recuperado la batuta que sólo perdió debido a una lesión que aún maldice Álvaro Cervera, ese entrenador que tenía en el roteño a su extenxión en el campo. Sin el capitán cuajó sus peores promedios en Liga y sin el capitán fue como selló su capítulo final en su etapa en el Cádiz CF.
El veterano jugador, renovado este año mientras andaba recuperándose de una lesión que sufrió en el Trofeo, fue el santo y seña del Cádiz CF que mejor fútbol hizo con el señor de las gafas en el banquillo. Ya sin él, el once se aplomó, se hizo espeso y acabó oliendo a muerto. Su recuperación casi coincide en el tiempo con la destitución de Cervera y la llegada de Sergio, un entrenador que le dio sus tiempos a José Mari sin obsesionarse con su regreso. Entre otras cosas, porque con San Emeterio y Alcaraz bien frescos poco le importaba el que estuviera en segunda línea. Al menos, en su primer mes como entrenador del Cádiz CF.
Pero la competición es larga, incluso para los que la comienzan en enero como era el caso del nuevo entrenador del Cádiz CF. Y se quiera o no, siempre hay que tener un fondo de armario que responda con eficiencia a las inclemencias de las lesiones.
Y José Mari, aún sin la condición física total como para completar 90 minutos a ‘full’, le ha aparecido a Sergio como agua de mayo. Tuvo su primera intervención ante el Rayo, pero su labor fue testimonial. No así en la segunda que tuvo en Carranza, donde entró en el partido en un momento en el que el Villarreal se hizo con el control. El roteño aportó su equilibrio y calma a un Cádiz CF que acabó consiguiendo el triunfo en los minutos finales. ¿Había vuelto? Eso parecía, pero su mal papel en Mestalla, donde se fue expulsado por llegar tarde a dos balones, volvió a enterrar su figura a base de paladas de dudas.
Eclosión en el Nou Camp
Pero llegó Barcelona y el gran encuentro de un equipo hecho un bloque compacto desde su unión en el centro del campo, donde Jonsson y José Mari pegaron las líneas como ya hicieron a la perfección la temporada pasada defendiendo los postulados de Cervera.
Llegó su descanso ante el Athletic y de nuevo al césped desde el inicio para suplir a Alcaraz mientras el danés sentaba en el banco a San Emeterio. Y otra vez, el roteño culminó una actuación incomensurable. Arropó como pudo al Cádiz CF en sus peores momentos y lo sacó de sus tinieblas hasta tutearlo y sacarle un punto, que quien sabe pudieron ser tres de seguir en el campo, pero su inactividad prolongada durante tanto tiempo hizo que Sergio lo refrescase por San Emeterio a pesar de que Jonsson estaba amonestado.
La conclusión es clara y tranquilizadora para el cadismo, que hace una semana rezaba tras ver caer lesionado a Alcaraz.José Mari ha vuelto y vuelve a ser en el campo ese nexo de unión con un entrenador que, a diferencia del anterior, le hace echarse el equipo a la espalda en la búsqueda de un ataque claro y diáfano, como el que construyó en la primera mitad para crear la primera gran ocasión de su equipo. La batuta vuelve a tener dueño. José Mari va a más definitivamente y el equipo agradece el tempo y la cadencia que a veces necesita un equipo tan eléctrico como nervioso. Solo a veces.
Noticias relacionadas
Ver comentarios