Un guerrero que vuelve con la rodilla «a tope»

Es un futbolista que todos quieren en su plantilla. No va a ser protagonista de regates maradonianos ni de pases filtrados al más puro estilo Guti, pero todos los quieren por su voluntad, su brega, su trabajo y su sentido del colectivo. Fede San Emeterio ya está de vuelta en el Cádiz Club de Fútbol y afición y cuerpo técnico sonríen por la noticia.

Y es que con el centrocampista cántabro empezó todo. Fue el primer refuerzo del mercado de invierno, aún con Álvaro Cervera en el banquillo. Vivió como cadista la transición entre el ecuatoguineano y Sergio González , un técnico que apostó por él desde el minuto cero. Fede, como sabe hacer, respondió sobre el césped a base de coraje y lucha.

Ante Espanyol y Levante, rivales en sus dos primeros encuentros, el cántabro achuchó de lo lindo en el doble pivote y, a base de recuperaciones, nacieron 3 de los 4 goles anotados en sendos encuentros. La influencia del centrocampista comenzaba a ser capital en una posición donde el Cádiz había flaqueado hasta su llegada.

Como amarillo, Fede San Emeterio disputó 13 partidos, uno de ellos en Copa del Rey. En el campeonato liguero disfrutó de 836 minutos, y, a causa de unos problemas en la rodilla perdió continuidad en las últimas jornadas. De hecho, no pudo estar disponible para Sergio González en los choques ante el Elche, Real Sociedad, Real Madrid y Deportivo Alavés.

Y es que la rodilla de Fede fue su gran hándicap. Sin embargo, todo eso parece haber quedado atrás para el cántabro. En la rueda de prensa de presentación celebrada en el día de hoy, afirmaba que «me encuentro bien de la rodilla. El año pasado tuve problemas que me impidieron estar con el equipo. Ahora llego a tope y cada vez me encuentro mejor».

Así zanjaba el centrocampista su situación con la lesión de rodilla. Sin duda, una gran noticia para un futbolista que firma por cuatro temporadas con el Cádiz. Potencia, brega, lucha, coraje, trabajo, sencillez con balón, inteligencia táctica y, en definitiva, un perfil de jugador en extinción al primar lo colectivo. De esos que solo valoran los entrenadores mientras los demás aplaudimos los goles.