Cádiz - Espanyol
Cádiz - Espanyol (Previa) Un debut con balas de verdad
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Sergio sabe más que nadie que casi antes que más que con sus jugadores necesita de la afición de Carranza para conseguir este complicadísimo objetivo en el que se ha embarcado. Es consciente de que su estadio debe parecerse a un fortín y para ello ha de darle al equipo algo más de mordiente. Por eso, el técnico catalán busca la vistosidad desde el pragmatismo. Su antecesor en el cargo le ha dejado mucho trabajo en la retaguardia, pero del centro del campo hacia delante el librito de sus chicos está inmaculado.
No es el estreno deseable para el nuevo técnico y su equipo. Y eso que para ellos será una fiesta el entrenar con el público a favor después de dos años sin hacerlo por culpa de la pandemia.
El movimiento se demuestra andando y Sergio quiere ir con pies de plomo en sus primeros días al frente de un equipo que tiembla con el balón en los pies. En Gijón ya enseñó un poco de la intención que tiene, pero en cuanto vio que el Sporting presionaba le dijo a los suyos que no se complicasen y recurriesen al patadón y tentetieso.
Busca el equilibrio, pero sobre todo el pragmatismo. A los suyos les ha dicho que se puede jugar cuando no sea una imprudencia y la verdad que no es mala idea para ir saliendo del corsé tallado por Álvaro Cervera.
Como todo entrenador nuevo, Sergio contará con el respaldo de una grada ávida de ver más ambición en los planes de su entrenador. Se quiera o no, cerverianos y no cerverianos, esta noche se va al estadio con más ganas que otras jornadas. Aunque sólo sea por la curiosidad, la sensación es la propia que se da tras un cambio en el banquillo.
El equipo es el mismo, apenas ha llegado un fichaje (Fede San Emeterio), que para colmo vino pedido por el anterior entrenador, y se sabe que no hay más cera que la que arde y arde bien poquito. Sólo hay un cambio sustancial y que ha sido aprobado por la mayoría neutral de una afición que comprobaba como el equipo, en manos de Cervera, había llegado a su cima.
Sergio ha venido como lo hace la gente respetuosa. Como es normal, quiere escribir su libro pero desde la misma base que construyó su iglesia su anterior colega en el cargo, el mejor que ha tenido el club en su historia. Sabe que apoyándose en esos cimientos todo será más fácil de ahora en adelante aunque tiene un auténtico derroche de trabajo por delante cuando se centre en organizar un ataque que hasta la fecha se ha visto es inexistente.
Más allá de que el presidente le puede traer algún jugador que desnivele la balanza en los metros de la verdad, lo que ahora tiene entre manos Sergio no es otra cosa que el mismo equipo que dejó Cervera y que él debe resucitar cuanto antes.
Lo peor de todo es que no tiene tiempo para nada. La practicidad es lo que ha inculcado en estos primeros días de master avanzado. Se toca y se juega donde se puede tocar y jugar, pero de ahí a hacer el cocacola sacando el balón desde atrás con más miedo que vergüenza ante una presión adelantada, ni mijita. Es así como Sergio quiere ganarse la confianza de sus muchachos, que se muestran ilusionados ante la pequeña libertad que el nuevo jefe pretende darles aunque sin cometer ningún tipo de locura.
Cuenta con bajas importantes en la medular para su debut en Carranza, que hará con Ledesma mandando una defensa formada por Iza, Fali, Cala y el Pacha. San Emeterio y Álex estarán en el doble pivote con Salvi y Perea en las bandas. Arriba recupera al Choco Lozano, lesionado desde el empate en el Bernabéu, y le dará plenos poderes a Negredo. En frente estará un recién ascendido con opciones de Europa. Todo un miura para un debut que busca la puerta grande y evitar la enfermería.
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