Cádiz CF

Cádiz CF-Las Palmas (Previa) Un duro test en casa para confirmar el nivel

Los de Cervera reciben a un equipo con plantilla de Primera aunque en momentos de dudas

Alfonso Carbonell

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Manu Vallejo encara a Marcos Mauro en un entrenamiento celebrado en El Rosal.

El cadismo vive una de esos momentos en los que da gusto no solo ir al estadio, sino también hablar del equipo. Los hombres de Cervera, como quedó el pasado domingo de manifiesta sobre el césped del estadio del Córdoba, se han acostumbrado a ganar y ya lo hacen casi que hasta sin querer.

Por eso mismo, nada ni nadie atemoriza a la parroquia cadista, que acude hoy a Carranza con la ilusión de sumar tres nuevos puntos y auparse a los puestos de ‘play off’ de ascenso, esos por los que debe luchar una plantilla hecha para no pasar apuros en la categoría.

La euforia es lógica después de cuatro partidos seguidos ganados y un quinto si se suma el 2-1 en Carranza ante el Espanyol en la Copa del Rey que para comienzos de diciembre espera. La suerte que tiene este Cádiz CF es, además, un entrenador que no solo frena el optimismo desmesurado sino que incluso advierte que a pesar del 1-3 engañoso en el Nuevo Arcángel atisbó grietas en el funcionamiento de su engranaje. Por eso mismo, más que halagos, lo que esta semana han recibido los pupilos de Cervera han sido correcciones sobre el encuentro disputado ante un Córdoba que mereció más que un Cádiz CF que cuando más pedía la hora para firmar el empate se encontró con dos goles que vinieron a confirmar que la suerte ha comenzado a dar la cara a un equipo que se la venía trabajando durante unas jornadas aciagas.

El fútbol es cuestión de rachas y de estados de ánimo. Y eso, ahora mismo, es lo que tiene que explotar por todos los medios un Cádiz CF al que todo le sonríe. Le sonríen los resultados, le sonríe la salud –tan solo tiene a Servando lesionado–, le sonríe la puntería y le sonríe la fortuna. Buena prueba de ello fue el encuentro ganado en Córdoba, donde desde el orden se desarboló a un equipo que le perdió las formas a otro que hace de los espacios su forma de vida.

Hoy llega a Carranza un señor equipo en horas bajas. Bueno, o dicen desde Canarias que vienen en horas bajas ya que suman dos puntos más que los gaditanos y se encuentran en puestos de ‘play off’. Pero lo cierto es que no andan las aguas muy calmadas en un club que el año pasado estaba en Primera División. Las Palmas acaba de despedir al entrenador que comenzó la temporada y ha fichado a otro con el que ascendió a Primera en la temporada 2014/15. Manolo Jiménez ha dejado su cargo en manos del veterano Paco Herrera, que ha cambiado por completo la filosofía de juego. El gusto por el balón, tras la testadura efectividad que perseguía Jiménez más allá del ‘tiquitaca’, es lo que impera ahora en un conjunto canario que llegará a Carranza con las ganas de comenzar a reaccionar para no alejarse de lo que es el objetivo marcado por la directiva: el ascenso directo.

Malos números fuera de la isla

Pero de la noche a la mañana no cambia nadie, y menos un equipo. Y si algo se ha cargado la etapa de Jiménez en el banquillo ‘pío pío’ ha sido los pésimos números que tenía como visitante. Los grancanarios no ganan fuera de su isla desde el 16 de septiembre que lo hicieron en el campo del, qué sorpresa, peor local, el Extremadura. De los seis primeros clasificados, Las Palmas es el peor de ellos como vistante tras sumar solo una victoria, tres empates (en Zaragoza, Mallorca y Elche) y dos derrotas (en Gijón y Almería).

Las estadísticas son lo que son. Y ya si se le mete un entrenador nuevo, pues quedan en nada. Cervera lo sabe y ni se le ha ocurrido relajarse. Sabedor de que llega un equipo con jugadores de Primera y con el orgullo herido es consciente de que la derrota podría ser una realidad. Movido por el buen comportamiento que tuvo el once de la segunda parte ante el Elche y en el partido ante el Reus, lo más probable es que pueda repetir el once que tan mal jugó en Córdoba durante la primera mitad. Con Manu Vallejo en estado de gracia y un Lekic muy motivado, el técnico espera que con Jairo y Salvi valga para vacunar a una defensa canaria que llega con muchas dudas. Estos atacantes tendrán atrás la artillería pesada, la guardia pretoriana y el secreto de la reacción amarillo. Con Brian por banda, con el empuje de Sergio Sánchez desde atrás y conla seguridad por bandera de Garrido y José Mari, este Cádiz CF no quiere hoy otra cosa que seguir endulzando un año más un mes de noviembre del que se ha vivido en los dos últimos cursos.

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