«El bueno es Antonio Blanco»

Antonio Valimaña

18/08/2022 a las 19:04h.

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El Cádiz CF ya tiene en sus filas a Antonio Blanco, otra de las perlas de La Fábrica. Llega cedido por una temporada y tras ampliar su vinculación con el Real Madrid.

Nacido en Montalban de Córdoba en el año 2000, el centrocampista es uno de los jugadores más prometedores del balompié nacional. La mejor prueba de ello es que el Real Madrid se ha encargado de renovar su contrato antes de enviarlo cedido a La Tacita de Plata.

La historia de Antonio Blanco es la de un futbolista andaluz que empezó dando sus primeros pasos en el mundo del balompié desde la campiña sur cordobesa. Lo hizo en una pequeña población de poco más de 4.000 habitantes donde los ajos son muy populares, cercana a Montilla y que está situada a algo menos de 40 kilómetros de la capital cordobesa. Lugar este último en el que recaló para continuar con su formación en el Séneca, uno de los clubes históricos del fútbol base en Andalucía.

Sus inicios tuvieron lugar en el Nuevo Calvario, el campo de fútbol de Montalbán de Córdoba. Fue hace poco menos de dos décadas y desde un entorno humilde. A fin de cuentas, su padre Alfonso se ha ganado el sueldo como vendedor ambulante de legumbres.

«Son momentos muy bonitos, pero también los hubo muy difíciles y por eso es hora de agradecerle a todo el mundo que nos ayudó porque hemos pasado momentos muy difíciles», apuntaba el padre de Antonio sobre su hijo menor a ABC hace prácticamente un año y medio, cuando Blanco empezó a ser convocado por el Real Madrid. Lo hacía en una entrevista firmada por Fernando López.

Ese viaje a 400 kilómetros de su pueblo natal estaba dando resultado. Sobre todo desde que debutó en Primera. Así lo recordaba su padre entonces: «Personalmente lo viví con muchos nervios, pero luego le vimos lo tranquilo que estaba y eso nos hizo a todos estar algo más tranquilos también». A ese subidón le añadió unos días más tarde su primera titularidad. Sumó 90 minutos en Cádiz y una victoria: «Ese día le vimos mucha personalidad en el campo y la verdad es que disfrutamos mucho».

¿Cómo es Antonio Blanco? Alfonso Blanco lo define como «cariñoso, agradable, humilde y entregado a los suyos; se lo digo porque es así y no porque sea mi hijo». Y destaca: «Venimos de una familia humilde y pobre, y todo lo que ha conseguido ha sido por trabajo y él sabe que nunca puede levantar los pies de la tierra».

Seis años más que Antonio tiene su hermano Juan, quien también ha jugado al fútbol y quien finalizó la carrera de magisterio. Ahora se agarra a empleos que van saliendo. Tiene la misma pasión por el balompié y la misma timidez que su hermano, pero se deshace también en elogios hacia Antonio en esa entrevista publicada por ABC: «Ver a mi hermano jugar con el Madrid en Primera es todo un orgullo; es algo que se ha ganado con mucho trabajo, mucha constancia y mucho esfuerzo». Ahora inicia una nueva experiencia en tierras gaditanas. La relación, pese a la distancia, además es diaria: «Hablo todas las noches con él, me comenta sus sensaciones».

Más allá de su familia de sangre, Antonio Blanco tiene su familia futbolística. Ahí están personas como Salva Ruz, quien entonces era su entrenador y ahora es el presidente del CD Montalbeño. «No ha cambiado su forma de ser, es la misma persona que jugaba aquí de benjamín», apuntaba. Y añade: «Me mandó un mensaje de agradecimiento cuando debutó con el Real Madrid en el que me dijo que yo también tenía parte de culpa de su éxito».

O como Manolín Cuesta, presidente del Séneca y su descubridor e impulsor hacia el Real Madrid. «Antonio es todo sacrificio, tenía que venir tres y cuatro días a Córdoba y no faltó nunca a entrenar», destacaba en la entrevista.

Además, Cuesta lo recuerda como «un niño disciplinado, modélico, calladito y muy respetuoso». El mismo niño que «ha sido inteligente porque estuvo firmado por el Villarreal casi pero escuchó, supo esperar un año más y luego marcharse al Real Madrid».

Isaac Cuesta es coordinador de las categorías inferiores del Séneca. Como entrenador tuvo tres años a Blanco. Entró como benjamín de primer año en el club y salió hacia el Real Madrid en edad infantil.«Ya de pequeño se le veía con condiciones. Era inteligente, trabajador y humilde. Técnicamente no era un prodigio, pero era correcto y asociativo. Su mayor virtud siempre fue la mentalidad competitiva. Es un trabajador nato».

Han pasado los años y Blanco sigue siendo el mismo chaval que le contesta de inmediato a los mensajes. «Ni cinco minutos tarda en responder», aclara Isaac. Y es que «se ha criado en un buen entorno. Su familia es gente muy humilde y trabajadora. El trato siempre fue genial con ellos, nunca tuvieron quejas y siempre ayudaban y aportaban. Está muy bien arropado y muy bien educado».

Isaac Cuesta recuerda que de esa generación de futbolistas fue muy buena. «Él coincidió con Baeza (que pasó del Castilla al Celta), el guardameta Alfonso Pastor (portero cedido por el Sevilla FC al Castellón), Antonio Casas (Córdoba), Antonio Blanco (Cádiz CF)... Cuatro o cinco jugadores muy buenos. Él era el menos vistoso por demarcación, pero el que entendía de fútbol sabía que era diferente. No era espectacular, pero defendía y atacaba bien, hacía las cosas bien con y sin balón, tenía un buen entorno, su mentalidad era brutal», relata. Y añade: «Miguel Baeza estaba sobrado en acciones técnicas. Desde el club se decía: Miguel es muy bueno, pero Antonio es mejor».

«Era una época en la que el Séneca tenía contrato de colaboración con el Real Madrid. Pero Blanco pudo incluso ir al Villarreal. «Había un captador de Córdoba que no tenía claro que Blanco fuera al Madrid. Los informes eran positivos, pero el captador de Córdoba no se atrevía a dar el paso. No tenía representante, lo llevaba el padre con nuestra ayuda. Entonces salió la oferta del Villarreal y dudaron. Hasta fueron a Villarreal, pero les aconsejamos que aguantaran un poco más y acertaron».

¿Le irá bien en Cádiz? Isaac Cuesta apuesta en positivo: «Antonio tiene el perfil del estilo del Cádiz CF, del juego que propone el equipo. Es un jugador rocoso, ordenado tácticamente, agresivo en los duelos, cuenta con un gran sentido colectivo. Defensivamente se adapta y ofensivamente da un plus. Es una buena decisión por ambas partes».

Y deja una anécdota: «Jugábamos una final de Copa contra el Córdoba y recuerdo ir al descanso ganando 4-0, estábamos todos contentos y él llegó al vestuario llorando porque decía que había fallado dos pases, y eso era algo que no se podía permitir porque iban a meternos gol y se metían en el encuentro. Se exige muchísimo».

Historias que ahora tendrán su continuidad en el Cádiz CF porque Antonio Blanco llega para dejar huella y progresar. Sabe que es su momento y no quiere desaprovechar la oportunidad.

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