Buenas noticias que ocultan malas

dataxxx. El cadismo tiene tan poco que celebrar en este penoso arranque liguero que el pasado sábado batió las palmas con intensidad con tres pequeñas excusas que bien revelan lo mal que se encuentra el club en estos momentos.

La primera gran ovación se la llevó un exfutbolista como Mágico González. Fue lo más exultante de la negra tarde que se avecinaba para un cadismo que había entrado con toda la ilusión del mundo en un día en el que tanto el Paseo Marítimo como los aledaños del estadio se vistieron de gala para atender a un partido que bien lo merecía. Pasará lo que pasará sobre el verde, pero si algo tiene bien aprendido el cadismo es que estos días se deben disfrutar como cuando los grandes juegan una final de lo que sea.

La segunda ovación del día se la llevó un debutante, Momo M’baye. El central cumplía el expediente aunque, como todo el equipo, fue de más a menos. Dicho eso, el senegalés estuvo expeditivo y rápido al cruce y las palmas de la afición recompensaron de alguna manera un debut gris por el resultado.

La tercera ovación, la segunda en decibelios muy cerquita de la primera , fue la entrada al campo de Rubén Alcaraz . Coincidiendo en que se trata del jugador que en la actualidad más necesita el Cádiz, no deja de ser dramático que Carranza recibiese al central catalán como si se tratase de un crack mundial.

Todas estas tres buenas noticias esconden tres pésimas noticias. Para empezar, el Mago, un futbolista que cada vez que viene rebaja el recuerdo de quienes lo conocieron como el astro que fue.

Por otra parte, la titularidad de Momo encierra una más que preocupante situación de una línea en la que de golpe y porrazo los Cala, Fali o Chust han quedado en la sombra. Igualmente, que en la jornada quinta se necesite como el comer a un jugador que llevaba lesionado desde mayo deja en evidencia a una pésima planificación deportiva y un inexistente fondo de armario.