Cádiz CF

El análisis: Notó el salto de categoría

Garrido ya no fue el jugador indiscutible de temporadas anteriores, pero el centrocampista vasco fue clave en la unión del vestuario

Garrido durante la visita del Cádiz CF a Ribadumia en la Copa del Rey. LOF

Antonio Valimaña

Jon Ander Garrido representa mejor que nadie, con el permiso de su compañero Salvi, el salto de las catacumbas de la Segunda B a la gloria eterna de la Primera.

Sin lugar a dudas, el vasco es uno de los jugadores que tiran del carro en el vestuario pero no se puede negar que las categorías existen en el fútbol por alguna razón. La labor de Garrido en el Cádiz CF ha sido extraordinaria en línes generales durante estos años. Si bien es cierto que no pudo celebrar el ascenso a Segunda al estar cedido en el Racing de Ferrol, sí lo es que en Segunda se convirtió en un auténtico puntal en el centro del campo del equipo entrenado por Álvaro Cervera.

Sin embargo, Garrido ha sido uno de los que más ha notado el salto cualitativo a Primera. En la máxima categoría el ritmo de juego es más alto y las decisiones tienen que tomarse en el menor tiempo posible. Eso ha pasado factura a un futbolista como el norteño que siempre lo da todo sobre el rectángulo de juego.

Garrido celebró por todo lo alto la victoria en San Mamés. LA LIGA

Un antes y un después tras su cesión

Fue en el mercado de invierno de la temporada 2013/2014 (todavía no estaba Álvaro Cervera en el Cádiz CF) cuando llegó procedente del Barakaldo. Le tocó vivir momentos duros ante L'Hospitalet, Oviedo y Bilbao Athletic, aunque fue una oportunidad de oro para poder vivir del fútbol. Si es verdad que al principio no terminó de aprovecharla, con la comentada cesión al Racing de Ferrol incluida, también lo es que Garrido recogió el guante del entonces director deportivo Juan Carlos Cordero para hacerse fuerte. Y dio resultado el aviso.

Superada la treintena de edad, el centrocampista vizcaíno apenas ha sido titular en diez encuentros entre Liga y Copa del Rey, donde pudo celebrar su único gol del curso ante el Ribadumia. Lo hizo con un buen testarazo marca de la casa.

El resto de sus actuaciones fueron como recambio para los habituales en esa posición. Y es que la dupla formada por Jens Jonsson y José Mari fue indiscutible este curso mientras las lesiones y sanciones no aparecieron. E incluso Fali y Álex también probaron fortuna por la medular.

A fin de cuentas, no fue el curso idílico para Garrido pero se queda con muchos recuerdos inolvidables: debutar en Primera con victoria en San Mamés, conseguir la permanencia y seguir haciendo historia vestido de amarillo.

¿El futuro? El futuro ya se verá.

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