Cádiz - Almería

(1-1) Especular, embarrar y empatar

Los de Sergio se dejan dos puntos que tenían en el bolsillo tras olvidarse del balón y centrarse en una cuenta atrás mal gestionada

Javi Hernández volvió a ser clave en el gol del cádiz. Laliga

Alfonso Carbonell

Estaba siendo otra vez muy fácil y algo chirriaba. ¿De verdad que el Cádiz iba a sumar su segunda victoria consecutiva en casa casi sin despeinarse? ¿De verdad que el nivel de los rivales es el de este Almería o el otro Alavés? ¿De verdad que a medio gas el Cádiz podía sumar seis de seis en casa y haber estado cerca de pescar en el campo del campeón la semana pasada? Muchas verdades relativas para ser cierto, pero la verdad es que de no ser por la caraja final, los cadistas hubieran visto acabar la jornada a su club en la mitad alta de una clasificación que escupe a equipos mediocres por doquier.

El empate deja mal cuerpo a los de Sergio. No es para menos. A falta de cuatro minutos para el final y con un jugador más no es de recibo que te puedan empatar. Pero es lo que tiene cuando no se hacen bien los cambios, el equipo contemporiza y para colmo se dedica a perder el tiempo de una manera lamentable. El karma o la justicia se encargaron de hacerle ver a los de Sergio que el camino debe ser otro.

Queda bastante margen de mejora y este traspiés debe servir para aprender de los errores. No hay que llevarse las manos a la cabeza porque el equipo, a poco que se engrase, invita a la confianza. Además, los rivales parecen también algo varados en un comienzo de Liga aletargado. Eso lo sabía Sergio, que desde que vio el calendario es sabedor de que hay que sumar ahora que vienen rectas porque cuando lleguen las cuestas todo puede ir a peor.

Para qué esperar si en cualquier momento las cosas se pueden torcer. ¿Que está el jugador? Pues a jugar. Pero desde ya. Da igual que se esté en la tercera jornada que en la última. Los puntos valen igual en agosto que en mayo y mucho más si son ante un rival que se antoja puede ser directo. ¿Directo para qué? Pues ya se verá, pero de momento iba último a su visita a Carranza y se le podía meter seis de ventaja en las tres primeras fechas. Y por eso y por muchas más cosas, Sergio tiró de Escalante , el jugador providencial en la recta final de la temporada pasada. Recuperado de sus molestias tras descansar en Barcelona por sanción, el argentino se aupaba al once que sigue estando en construcción a pesar de que el personal ya se lo sabe de memoria. Escalante era la única novedad de un Cádiz que con el argentino sobre el verde y San Emeterio en banquillo daba ese pasito adelante más que se le va a pedir este año. Mínimo, en su casa.

Se agradeció el retraso del encuentro, sí, pero sobre todo el cambio de temperatura. De hecho, el sábado se nubló desde por la mañana y a medida que se acercaban las siete de la tarde se envalentonó un viento que hizo danzar de lo lindo a los papelillos que acompañaron a la salida de los dos equipos. Carranza era una bombonera deliciosa después de tanto calor estival. Eso no hizo que el Cádiz saliese como un torbelino. No, de hecho, fueron los almerienses los primeros en acercarse al área gaditana aunque sin muchos agobios para Ledesma. El primer córner forzado por los indálicos espoleó a los amarillos, que por mediación de una contra liderada por Alcaraz acechó a Maximiniano, que respiró aliviado trsa ver hacer falta a Chris Ramos para anular el disparo posterior de Roger, que no ve puerta ni aunque se lo vayan a anular.

Pasaron los primeros diez minutos con dos centros sin mayor consecuencia en cada una de las áreas. Sí que pudo tener mayor consecuencia un balón que empaló a la primera Roger tras un centro de Luis Hernández, pero la volea del de Torrent se fue ligeramente por encima de la cruceta.

Pasado los primeros veinte minutos, los de Sergio adelantaron sus líneas ahogando la salida de los almerienses. Eso provocó dos tímidos disparos de Machis y un par de llegadas más por el flanco derecho de Alejo desaprovechadas por un Roger que ya debe sentir el aliento de Maxi Gómez.

Apenas le duraba el balón en los pies a los de Vicente Moreno y sabedor de ello el Cádiz avanzaba y avanzaba en su idea de acometer los dominios de Maximiniano. Así estaban las cosas hasta que el árbitro paró el encuentro para la pausa de la hidratación, algo que le sentó fatal a la dinámica del once amarillo, que a la vuelta del tiempo muerto retransmitido salió más parado. Tan embobados salieron los locales que nada más reiniciar el partido cedieron un córner que al ser sacado, de estar más afinado Embarba, hubieran visto como el Almería se hubiera adelantado en el marcador gracias a una jugada de pizarra en raso que facilitó la dormida defensa gaditana.

Y así, con un Cádiz de más a menos, a mucho menos, se llegaba al final de unos primeros 45 minutos donde los de Sergio no le hincaron el diente al Almería cuando debieron. Conscientes de ello, los cadistas salieron decididos a ir a por un rival que se mostraba inferior y al que en menos de un minuto ya habían metido otra vez en su área gracias a una serie de rebotes que no acabaron en disparo.

Expulsión de Edgar

No llegaba el gol pero sí una gran noticia, la expulsión por doble amonestación al central Edgar, que entraba al bulto de Chris Ramos, que con gran maestría se iba al suelo sabedor de que estaba amonestado su perseguidor. Con más de cuarenta minutos por delante, la grada de Carranza se frotaba las manos con el nuevo escenario.

No tardó en presentarse en el área rival el Cádiz. Lo hizo a través de Machis, que mandó un centro a media altura que peinó Javi Hernández para que Chris Ramos llegase en plancha a la prolongación pero sin cabecear entre los tres palos.

Más suerte iba a haber en el 58' de partido tras una falta clara de Ramazani sobre Machis que fue botado por Javi Hernández pasado y al segundo palo, donde apareció Escalante para asistir a Luis Hernández, que adelantaba al equipo amarillo ante un insulso Almería.

Se las prometía felices el cadismo que, eso sí, respiraba hondo tras una falta centrada por Embarba y cabeceada alta y con Ledesma ya batido por el colombiano Luis Suárez.

Al 68' de partido Sergio repartió galones y quitaba del campo a Chris Ramos y Machis para dar entrada a Maxi Gómez y Sobrino. Refrescaba la banda izquierda porque en la derecha Alejo seguía corriendo como el que más mientras se divertía haciendo autopases para centrar un balón a Roger que de nuevo el pistolero no supo muy bien qué hacer con él antes de hacer falta al arquero Maximiniano.

A falta de un cuarto de hora más el añadido, el principal enemigo del Cádiz era él mismo. Por eso, Sergio llamaba la atención a los suyos para que no se relajasen y, por supuesto, no perdieran balones innecesarios que diera vida a un moribundo Almería. Y no, la verdad es que no se relajaron, pero dejaron de hacer lo que estaban haciendo tan bien y durante la primera media hora de la segunda parte.

De pronto, con los cambios, el Cádiz comenzó a conservar y a jugar al otro fútbol. Fali se olvidaba por momentos de defender y se centraba en hacer teatro para sacarle la roja a un compañero del equipo rival. Mal. El tiempo pasaba pero el árbitro, lo paraba. Así hasta que llegó el 94' de los siete que había dado. Un balón colgado desde el centro del campo por el arquero visitante era mal despejado por una defensa desenchufada. Esto lo aprovechó el central Kaiky, que con una rosca maravillosa ponía el balón lejos del alcance de Ledesma para empatar el encuentro.

Desquiciado el Cádiz, San Emeterio veía la roja por una entrada peligrosa y chivada por el VAR. Y pudo ser peor de no ser por Ledesma, que se lucía para sacar de la escuadra un libre directo de Robertone.

El empate final dejaba a los amarillos con cara de lelos después de haber tenido la victoria a un pasito y haberla dejado escapar a base de especular con el resultado siendo un jugador más y embarrar un encuentro para regocijo del Almería, que supo moverse mejor en el barro que puso Fali y compañía.

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