Cádiz CF
El Cádiz CF se abona al resultado que le da el 4-2-3-1
En los cinco años y medio con Cervera al frente, el once amarillo maneja unas estadísticas que dan para sacar conclusiones por el éxito o fracaso de las mismas
El 41,56% de las ocasiones en las que el Cádiz CF ha arrancado en formación 4-2-3-1 ha terminado en victoria para el equipo. Es lo que concluye el último estudio de la guía de apuestas Kelbet tras analizar las alineaciones de las últimas cinco temporadas. Los gaditanos han comenzado con esta formación en un 75,12% de ocasiones durante los últimos años.
Menos suerte tiene el submarino cuando empieza a jugar con una distribución 4-4-2 , ya que en este caso han perdido el 41,86% de los encuentros. Por otro lado, la formación 4-1-4-1 les reporta el mayor índice de empates: un 66,67% de las veces que arrancan con esta distribución acaba en tablas.
El estudio de Kelbet concluye también que las formaciones más elegidas por el Cádiz CF para empezar un partido son 4-2-3-1, 4-4-2 y 4-1-4-1.
El 4-4-2 sigue reinando en Primera
Que el 30,91% de las estrategias se inicie en 4-4-2 no es casual, ya que posibilita realizar cambios puntuales sin revolucionar el esquema de juego. Es, por tanto, un punto de partida versátil. Además, la responsabilidad del juego se reparte mucho más entre los futbolistas, que no necesitan ser maestros en una determinada posición para encauzar el partido. Es una alineación inicial algo conservadora y que en principio comporta menos riesgos sin sacrificar el ataque.
Las estadísticas indican que el 37,60% de los equipos que arranca con una configuración 4-4-2 logra una victoria. El 33,69% pierde y el 28,71%, empata. La diferencia de triunfos es notable si añadimos como variable el factor campo, ya que jugar como local en 4-4-2 reporta un rendimiento del 45,19% de victorias. Este porcentaje es de 29,14% cuando se juega fuera de casa.
4-3-3, la alineación con mejor rendimiento y la tercera más utilizada (14,56%)
El 49,62% de equipos que arranca en 4-3-3 gana el encuentro (el 27,74% pierde y el 22,64% empata). En victorias hay una diferencia de 12 puntos porcentuales respecto al 4-4-2, un índice nada desdeñable que se dispara especialmente al jugar en casa (57,86% de locales que empiezan en 4-3-3 gana el partido). Al jugar fuera, el índice de éxito se reduce al 40,40%, pero sigue siendo mayor que la misma estadística en 4-4-2.
El porqué de que el 4-3-3 se utilice menos, a pesar de su mayor eficacia, lo podemos encontrar en el centro del campo. Un error en ataque y una contra rival inmediata puede ser fatal con un centro del campo más desprotegido. Eso sí, todo el riesgo que se puede correr puede traducirse también en una gran oportunidad al tener más presencia al atacar.
Otras alineaciones populares de Primera División
La segunda formación más popular de La Liga es el 4-2-3-1 (se utiliza en un 22,99% de ocasiones) pero, a pesar de ser más recurrida que el 4-3-3 y según las estadísticas, su ratio de victorias es de 32,14%, la más baja entre las más utilizadas.
Digna de mención es también la formación 4-1-4-1, utilizada un 7,34% de veces y con una ratio de victorias de 32,58%. Eso sí, esta configuración ostenta el índice de empates más elevado de las alineaciones más populares, ya que el 29,59% de ocasiones en que se opta por esta opción se termina en tablas.
Por último, encontramos la oveja negra de esta peculiar clasificación: el 3-4-3. Elegida en un 4,48% de ocasiones, la formación 3-4-3 registra un 43,56% de derrotas, la tasa más alta de fracasos entre las alineaciones más habituales.
Alineaciones rarísimas para visionarios de la estrategia
Si abrimos el espectro y echamos un vistazo a absolutamente todas las distribuciones que se han utilizado en Primera durante los últimos cinco años, podemos encontrar hasta 31 opciones distintas. Aquí reina la creatividad y el riesgo que cada míster quiera o pueda correr en cada circunstancia, así que listarlas todas es poco útil para un lector de la prensa deportiva. Eso sí, podemos encontrar ejemplos de configuraciones tan poco habituales como 3-1-4-1-1, 3-2-1-2-2, 3-2-2-3 o 4-1-2-3, todas ellas utilizadas una sola vez pero con victoria para el equipo que recurrió a ellas. Ejemplos de que el riesgo, en ocasiones, tiene su recompensa.
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