Barcelona - Cádiz
Rivalidad deportiva y política a partes iguales
Sergio y Xavi se ven las caras con un pasado lleno de choques frontales por la condición de 'perico' de uno y culé del otro además de por opinar sobre los incidentes del 1 de octubre en Barcelona de 2019 de manera muy diferente
Este lunes se ven las caras dos entrenadores con un pasado lleno de rivalidad y una manera distinta de ver la vida. Y el fútbol.Ambos son exfutbolistas de similar edad. El cadista tiene 45 años mientras que el barcelonista pertenece a la cosecha del 80. Ambos son barceloneses. El uno, Xavi, de Terrassa. El otro, Sergio, de Hospitalet de Llobregat , extrarradio de la capital. Ni que decir tiene que el inquilino del banquillo de Carranza es perico 100% mientras que el que ocupa el del Nou Camp es culé a más no poder.
Hasta ahí las diferencias por naturaleza y por defecto de dos jugadores que como futbolistas se enfrentaron en cantidad de ocasiones y que ahora se miden por primera vez como entrenadores de dos clubes muy distintos en cuanto a historia y palmarés. Aquí, tanto en edad como en experiencia en la liga española, tiene más el cadista, pero no mucha más dada la juventud del exfutbolista del Deportivo y Levante, entre otros clubes en el que destaca el Espanyol. Sergio ya ha entrenado en Primera al Valladolid además de pasar por el propio Espanyol, donde empezó en el filial. Como dato curioso, el actual preparador del equipo amarillo es el seleccionador catalán de fútbol para los encuentros amistosos u oficiosos que desde su Federación se le haga jugar.
Por su parte, ya se sabe que el salto de Xavi a la Liga no ha podido ser más grande ya que apenas había entrenado antes en Catar, concretamente en al Al-Saad, equipo en el que colgó las botas antes de coger la pizarra.
Han sido casi siempre rivales, pero también compañeros . Tanto en la selección española como en la catalana cuando ambos estaban en activo, pero la rivalidad les viene de siempre debido a sus enfrentamientos desde las canteras de Espanyol y Barça hasta el fútbol ya profesional. Y hasta hoy, donde ya son colegas pero obviamenta volverán a ser adversarios para siempre.
Ya en el fútbol, que lo es lo que con seguridad le gustará hablar a los dos también en las dos próximas ruedas de prensa previa al encuentro del lunes, también se distancian . Por un lado está la obsesión por el balón de Xavi, que al estilo de Guardiola confía en un fútbol de dominio con balón y muy horizontal, a veces, hasta el sopor. Por su parte, Sergio es más vertical y no le da tanta importancia al control del juego como al equilibrio entre defensa y ataque. En definitiva, dos entrenadores que han cambiado esta temporada la cara de dos equipos que estaban muertos en las manos de Cervera y Koeman.
Política
Pero las diferencias entre uno y otro no se quedan en el campo de fútbol; también se encuentran en la política, donde es habitual que Xavi, como su maestro Guardiola, se meta para opinar acerca de la independencia de Cataluña y su rencor a España. Esto dijo en Catar, donde difícilmente se puede ver el rostro a una mujer. «No vivo en un país democrático, pero creo que el sistema de aquí funciona mejor que el de allí».
No eran la primera vez que pisaba un charco el actual entrenador blaugranda, que se mojaba en la forma de ser de los futbolistas catalanes con el tema de la independencia. «Entiendo que el jugador quiera estar más pendiente del fútbol, pero hay gente que se ha mojado. Yo lo he hecho a favor del derecho a decidir. En un estado democrático, como se supone que es España, la gente tiene derecho a decidir. ¿Por qué no dejan hacerlo? Y no digo si soy independentista o no. Lo que digo es que es una injusticia que haya presos políticos».
Los graves incidentes que generó 1 de octubre de 2019 en Barcelona no gustaron a Sergio, que se mojó a su manera cuando era entrenador del Valladolid. «Es una frustración, produce tristeza y pena lo que estoy viendo», dijo. Y concretó cuando le recordaron los periodistas las palabras a favor de las manifestaciones ilegales que hicieron Xavi y Guardiola. «Les diría que fueran un poco más comedidos porque son personajes públicos y deben medir lo que puede decir. Les diría que expresaran sus opiniones en el ámbito en el que deben hacerlo, no en un conducto que está hecho para hablar de deporte y no de su opinión. A partir de ahí el máximo respeto a lo que piense cada uno».
Este lunes se verán las caras en los banquillos del Nou Camp. Lo que se espera es un fuerte apretón de manos entre dos personas con ideas diferentes, tanto en el fútbol como en la vida. Y es que lo que siempre les unirá será el balón al margen de los colores y de las banderas.
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