Barcelona - Cádiz

(1-1) Honores para los enterrados

Los de Cervera empatan ante el Barça para ganar confianza y salir de un estado depresivo que preocupaba

álex marcó el gol del empate en el primer penalti de la liga a favor del cadiz. agencias

Alfonso Carbonell

Ese muerto estaba muy vivo y dio señales de ello desde el mismo momento en el que no se vino abajo en cuanto recibió el primer revés. El 'adn' de este Cádiz sigue inquebrantable en su camino a la permanencia a pesar de los desastrosos encuentros anteriores. Para ello, Cervera y su equipo hicieron propósito de enmienda durante la semana y volvió a creer en el catecismo de su entrenador, el que les recordó estos días que hay que seguir creyendo con el resultado a favor, pero más importante es hacerlo con el resultado en contra. Eso te permite vivir, y cuando este Cádiz tiene vida, tiene esperanza.

Daba miedo mirar los onces de los dos equipos. El uno, por su inevitable inferioridad; el otro, por la oportunidad de redimirse que le ofrecía su entrenador. Cervera giraba la tuerca y le daba a su equipo algo de frescor en ataque con Sobrino en detrimento de Lozano y dejaba un centro del campo sorprendente con Perea y Garrido y dos ardillas por las bandas, Salvi y Jairo. Por su parte, Koeman repetía el mismo equipo que era goleado por el PSG en clara señal de prueba de confianza en los que él cree que ahora mismo son sus mejores hombres. Lógicamente, la balanza se vencía claramente para un lado.

Como estaba establecido y casi sellado por Cervera, desde la primera jugada el Barcelona metió en su área al Cádiz CF , replegado y hundido en su propia portería y con Fali como líder de la zaga semanas después. Conscientes los amarillos de que esa no podía ser la tónica habitual, a los cinco minutos tiraron la línea al centro del campo para respirar un poquito. Gracias a ello, y tras un saque en largo de Ledesma con el que lanzó a Salvi llegó la primera incursión peligrosa en el área del Cádiz tras un centro chut del sanluqueño que resolvió Ter Stegen.

El partido, en el mejor de los casos, se le iba a hacer muy largo al Cádiz. Eso sí, si eso se daba, Cervera se vería obligado a dejar de pensar en el Betis para sacar a sus vacas sagradas, que comenzaron en el banquillo. Aguantaba el Cádiz el primer cuarto de hora, lo que ya era visto por su parroquia como un pequeño paso de los suyos. Messi no aparecía mucho y esa era la mejor noticia dentro del consabido dominio culé. Había garra, concentración, intensidad y ganas. Las mejores de las cartas salían a relucir y de eso se saba cuenta Koeman, que comenzó a inquietarse.

Ledesma comenzaba a tener trabajo . Valiente, forzó un córner al desviar el balón tras un centro peligroso que buscaba a De Jong. Ese lance dio lugar al primer disparo peligroso del Barça por mediación de Jordi Alba, aunque su zurdazo se fue a la publicidad. Minutos después Messi tenía la primera, pero en su carrera con Fali llegó muy forzado en el mano a mano con Ledesma y envió el balón fuera.

Fali amte Messi.

Veinte minutos ya y seguía el empate . Lo peor es que a pesar de que el Barcelona parecía incómodo, cada vez atacaba más cerca del área. La prueba de que el Cádiz no podía adelantar su defensa fueron las dos primeras ocasions claras del Barça, propiciadas por dos pérdidas (Jairo y Negredo) que acabaron con dos contras mal finalizadas por Messi y Griezmann.

Se iba cumpliendo la media hora de partido cuando Messi, cansado de tantas piernas amarillas, se salía un poco del ataque para recibir un balón algo más alejado y probar fortuna con una rosca que buscaba la escuadra y a la que contestó a la perfección Ledesma.

Penalti y gol de Messi a la media hora

Sin terminar de crear ocasiones claras, el Barcelona tocaba muy cerca del área cadista, por lo que toda acción entrañaba peligro para los gditanos, que se vieron por detrás del marcador después de una pérdida de Sobrino cerca del área que fue a parar a los pies de Pedri, que con olfato tocó lo suficiente para que entre Salvi y finalmente Iza lo derribasen dentro del área para que Messi batiera a Ledesma desde los once metros.

Encajaba el primero el Cádiz pero los de Cervera se mantuvieron enteros, no como en otras tardes. Tan enteros que por poco logran el empate al minuto después de un gran centro de Salvi al que no pudo llegar de una manera coordinada Sobrino, que remató como pudo con el muslo cuando entraba completamente solo.

Tan centrado seguía el Cádiz CF que su defensa salía a la perfección para dejar en 'offside' a De Jong , que veía como le anulaban un gol tras un pase entre líneas de Griezmann. También se lo anularían a dos minutos del descanso a Pedri por otro fuera de juego de Griezmann. Y así, con una mínima ventaja, concedida por un penalti facilitado y desgraciado, se iba el Barcelona al descanso.

Lo decía Cervera en la previa del encuentro y daba en la clave. Lo que le molestaba de su equipo no eran las derrotas, sino que cambiase inconscientemente su forma de jugar en cuanto recibían un revés. Y fue eso precisamente lo que le mantuvo firme en el Nou Camp, su concentración y atención constante de no salirse de los renglones pactados. Que se pierde, pues no pasa nada si sigue defendiendo a muerte, sin perder la compostura y creyendo en esa oportunidad que suele traer el destino al trabajo honrado y bien hecho.

Iza y Messi.

Fue por eso por lo que el Cádiz salió aún con vida a la segunda parte a diferencia de Anoeta, Wanda, Balaídos o Pizjuán o el lunes pasado ante el Athletic. Y asi, ordenadito y concenrado reaparecía el Cádiz, que avisaba al Barça a los tres minutos tras un balón parado y un disparo de Fali que se fue desviado en una jugada previamente anulada por falta, según el trencilla, de Marcos Mauro.

Messi, el mejor aliado

El Barcelona era dueño y señor del balón, aunque el Cádiz CF se mostraba tranquilo con su defensa acordeón, en parte, auxiliado por un Messi congelado y que fijaba tanto a la defensa como al estático ataque azulgrana , lo que, como en la ida en Carranza, beneficiaba a los intereses amarillos. Será la edad o el estado de ánimo, pero hoy por por hoy el argentino no hace más que contribuir a engordar las defensas amuralladas.

A media hora del final, Cervera sacaba su artillería. Sentaba a Garrido, Jairo y Negredo y entraban José Mari, Álex y el Choco Lozano. La apuesta estaba echada y cambiaba el 4-1-4-1 para reconvertirlo en un 4-3-3 de lo más ambicioso aunque amarrado atrás y al que se uniría rato después Alejo, que suplía a Salvi, con molestias.

Celebración del gol.

Movía de esta forma el árbol el propio Cervera, que se veía con opciones gracias a una mano salvadora de Ledesma, que le arrebató la pelota a Griezmann cuando el francés esperaba el pase de la muerte de Messi.

Quiso abrir el partido el Cádiz y pasó lo que suele ocurrir. Las llegadas del Barcelona eran más claras a la vez que el color amarillo avanzaba metros con el balón. Dembelé se topaba con el pie de Marcos Mauro, que evitaba el segundo después de que el francés se adentrase dentro del área. Al poco, de nuevo el galo pudo marcar , pero su disparo se fue desviado tras driblar al argentino.

Cerraba sus cambios Cervera a un cuarto de hora dándole más gasolina al equipo con Jonsson por Perea y dejando el dibujo en un claro 4-4-2 con el que buscar el campanazo.

Messi seguía en su burbuja y desde ahí también puede hacer daño, aunque no lo hizo con un disparo lejano que se le fue alto. Respiraba y tomaba oxígeno el once amarillo, que afrontaba con fe la recta final del duelo.

A cinco del final, el Cádiz tocó a rebato y se fue a por el empate, lo que pudo costarle el peaje del 2-0 definitivo, pero Riqui Puig no sentenciaba con todo para él tras una contra bien llevada por Messi.

Álex tras marcar el empate, junto a Iza y José Mari.

Y llegó. ¡Vamos que si llegó! El Cádiz se adentraba en campo azulgrana y en una de esas enviaba un balón al área para que Sobrino, listo como él solo, fuese ligeranente deribado por Lenglet, torpe como él solo. El penalti fue materializado con maestría por Álex para empatar el encuentro.

Había que defender las tablas y eso hizo el Cádiz , que se quejó de una falta que no le pitaban a Álex, impedido por Puig, en una jugada que siguió para comprobar la conexión permanente de Ledesma, que salió a muerte a tapar a Piqué en una acción invalidada.

El empate le vuelve a dar vida a un equipo que parecía enterrado, pero no ha hecho más que salir de las tinieblas para golpear la tabla y gritar a los cuatro vientos que no hay mejor receta para reaccionar que le den por muertos.

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