Atlético - Cádiz

El descuento se perdió en el banquillo

Hasta dos expulsiones a miembros del cuerpo técnico de Sergio impidieron que el Cádiz encontrase fluidez en sus ataques finales

sergio habla con el asistente.

Alfonso Carbonell

Hay un dicho que viene a decir que 'cuando no se puede aportar nada, al menos, no molestes'. Pues bien, esto que parece tan fácil no lo es cuando las pulsaciones van a mil por horas y el equipo se la está jugando en el verde.

Cinco minutos de añadido concedió González Fuertes y de los cuales apenas se jugarían sobre el terreno de juego un minuto y medio y poco más. Ya se ve que en el arte de la marrullería, el Cholo y sus discípulos se sabe mover como nadie y los cadistas picaron el anzuelo. Y bien. Muy bien, para lamento de un equipo que necesitaba toda la tranquilidad y claridad que desde su banquillo no había.

Desde el 87', el Cádiz jugaba con uno más por expulsión del canterano Serrano, que pagaba los platos antes rotos por su compañero Reinildo, que se libró hasta en tres ocasiones de la segunda amarilla.

El Atlético estaba contra las cuerdas en el descuento y fue entonces cuando los aleccionados recogepelotas del Cholo comenzaron a jugar también. Así, se pudo ver como echaban dos balones a la vez al campo. Un juego animado por Luis Suárez, el mayor andideportista que se puede echar uno a la cara. El delantero charrúa, a su edad y con su prestigio, amagaba con devolver el balón fuera pero no lo hacía para sonrojo de un aficionado neutral y escarnio del educado.

Y claro, estas cositas molestaron y mucho en el banquillo gaditano, donde tampoco se supo estar remando a favor del equipo. Por mucho que razón tuvieran. Estando las cosas así, en el 92' de partido González Fuertes se dirigió al banquillo visitante para expulsar a Sergio Dorado Cabello, preparador físico del Cádiz CF por «abandonar el área técnica de forma deliberada y exaltada encarándose con uno de los recogepelotas». Primera parada en el juego favorable a los intereses colchoneros.

Minutos después fue expulsado también, previa detención del juego, el preparador de porteros Lolo Bocardo , en esta ocasión por «dar una patada a un balón con fuerza hacia el área técnica del banquillo del equipo local».

Con todo esto, fue complicado que el Cádiz le diera fluidez a su juego , ya de por sí anárquico en los minutos finales.

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