Cádiz cf

Conan llama a la unidad en mitad de la división

El arquero argentino se inviste de capitán para aplacar el ruido y la división en una situación crítica para el cadismo

Ledesma, un capitán que comienza a sobresalir. ccf

P. V. / A. C.

Son momentos muy delicados los que se llevan viviendo desde hace varias semanas en el vestuario cadista. La afición anda desorientada y se echa de menos las palabras de un líder, de alguien que quiera tomar el testigo, de futbolistas con personalidad, con jerarquía. A la vista está que el presidente tampoco está erigiéndose en esa figura. Y casi mejor que ni lo haga a juzgar por la cantidad de cánticos en su contra que se pudieron escuchar en la grada durante la segunda parte frente al Betis. A los coros de 'Vizcaíno dimisión' o 'Veta para Sevilla' se unieron cantidad de improperios que también llegaron a una afición cansada y muy cabreada. Pero, ¿es el momento para airear todo con el club en puestos de descenso?

No hay líder, no hay discurso, no hay patrón. Y claro, los marineros comienzan a hacer la guerra por su cuenta tal y como se pudo comprobar en la fea imagen de Kouamé despreciando la mano de un compañero que tampoco es el que era. De hecho, cómo no estarán las cosas en ese vestuario para que un advenedizo como el jugador africano ose ignorar saludar al futbolista que la temporada pasada se vistió de capitán para sacar a flote a un equipo desconocido este ejercicio.

Manuel Vizcaíno tuvo la oportunidad de dirigirse a su afición y a sus jugadores de manera pública en los prolegómenos del encuentro ante el Betis y ante las cámaras de Dazn, pero antes que animar al personal prefirió viralizarse con unas declaraciones a Pedro Sánchez sobre una SuperLiga que en estos momentos al cadismo se la trae al pairo.

En vista de que tampoco Pellegrino acaba de llegar y no se siente lógicamente con el respaldo moral como para convertirse de buenas a primeras en ese líder, hay que seguir rebuscando dentro de un vestuario del que acaban de salir dos jugadores a los que Vizcaíno eligió para que, llegados el caso, tirasen del barco, Negredo y José Mari. Pero tampoco están. Al primero lo despidieron en el último día de mercado con una carta y al segundo le dieron la baja por una lesión crónica.

El vestuario, sobre decir, anda desnortado y no parece que nadie pueda coger la batuta para hacerlo más sencillo a un entrenador que, para colmo, ve como hay compañeros de equipo que no pueden ni verse.

Así las cosas, tuvo que salir a la palestra un jugador que adquiere protagonismo con su sola presencia y que hasta el momento en Cádiz, afortunadamente, no ha dicho una palabra más alta que otra. Hasta este viernes. Conan Ledesma, que si bien recibió las criticas de muchos aficionados por perderse el último encuentro del año para irse a casarse a su tierra, ha sido, como capitán, el que ha intentado coger el toro por los cuernos en un día negro para todo el cadismo. Y se agradecerá por muchos aficionados. Eso sí, desde el respeto y con unos argumentos intachables, el de Pergamino dio un pequeño tirón de las orejas a su propia afición abriendo un debate más que interesante. Es lo que tienen los líderes, que no se callan y que sueltan por su boca lo que sienten, lo que les duele, lo que es mejor también para el colectivo.

Conan Jeremías Ledesma no es nuevo en estas lides. De hecho, en su exequipo, Rosario Central, es una leyenda y portó con noble orgullo el brazalete de capitán que sin duda se mereció tanto en el campo como en el vestuario. Tiene personalidad y don de mando y en Cádiz puede que haya esperado al momento oportuno para descubrirse como lo que es, un líder.

Ledesma ha sabido esperar su momento hasta que en su cuarta temporada en el club y viendo la carencia de personalidad que se está viendo en el equipo ha decidido elevar el nivel y ha empezado a hacer valer el brazalete que porta. Antes tenía a compañeros que sabían perfectamente cuál eran los papeles. Cala, Negredo, José Mari o el mismo Pacha Espino eran jugadores con personalidad arrolladora para interpretar un papel que urge en un equipo desolado. A Conan le ha llegado el turno y ha comenzado mandando un mensaje de unidad en tiempos de división. Y no es fácil.

Para empezar, al argentino se le notaba dolido. Y no solo por la derrota, no. Al arquero se le notaba enfadado por lo que vio en su casa. «Estamos tristes y dolidos, no solo por la derrota sino por todo lo que llevamos cargando. No queda otra que salir trabajando para salir lo más rápido de esta posición», comenzó diciendo el capitán en la zona mixta del estadio gaditano.

Sus primeras palabras más reveladoras quiso que fuesen para esa afición que increpó a los jugadores durante el final del encuentro -'¡Que salga el Cádiz B' o 'Esa camiseta no la merecéis'- y después, donde proliferaron insultos de mayor calado. «Es duro porque el esfuerzo es de todos. A veces no salen las cosas, esa es la realidad. Muchos de estos jugadores de este grupo han mantenido al equipo tres años en Primera», quiso recordar a todos poniendo el pecho por todos sus compañeros.

Dicho eso, y de qué manera, Ledesma atajaba las críticas, las asumía y, por supuesto, las entendía. Eso sí, quiso englobar en el problema lo que es de todos, es decir, el aficionado debe estar con el equipo en las peores circunstancias como las que han llegado ahora. «Somos duros y estuvimos en muchas de estas posiciones y el hincha también. Se ve que no ganar repercute más, nos hacemos cargo de los insultos y de las cosas que puedan pasar. Tenemos que hacernos fuertes nosotros como grupo. La permanencia es posible, y el hincha lo tiene que entender así», manifestaba con una altura de miras importante.

De toda esta situación sacaba de la ecuación a Mauricio Pellegrino, un recién llegado que no está teniendo el viento a favor. Por eso mismo, Ledesma unificó el discursó con su compatriota. «Todos pensamos parecido al míster; tenemos que animarnos y atrevernos, hacer los goles, que nos está costando. Tenemos que dar ese plus para poder sacarnos esa espina y esa mochila y poder hilvanar dos o tres triunfos consecutivos».

Esa división afición-equipo parece también haber llegado a la caseta si se aprecia la imagen de Kouamé ignorando la mano de Escalante, un hecho que Ledesma desconocía en el momento de la entrevista. Sí que estaba al tanto de la discusión al término del encuentro de Álex con un compañero y a la que le restó importancia con suma lógica. «No hay mal rollo. Son momentos y calenturas del partido. No vi lo de Escalante, desconozco y tendré que verlo. Lo de Álex sí y son discusiones normales del momento. Somos un grupo unido, siempre se dijo que el Cádiz era una familia. Estos momentos hacen que se mueva el edificio, pero los cimientos están firmes y eso es lo más importante», manifestó para dar la cara por un equipo en donde como es lógico, como en todas las familias, hay discusiones. Eso sí, lo de Kouamé no tiene nombre y seguramente este pujante capitán le pondrá nombre.

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