CÁDIZ CF

José Mari y su último adiós: «He jugado en el mejor club del mundo»

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Rodeado de su familia, compañeros, el presidente, y hasta Álvaro Cervera, el roteño deja palabras de emoción en su despedida: «He preferido sufrir en el Cádiz a disfrutar en otro club»

La despedida de José Mari del Cádiz CF, en imágenes

José Mari, el adiós del gran capitán

Rubén López

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Hay futbolistas que dejan una huella siempre especial. Su carisma, aportación dentro y fuera del campo y el hecho de formar parte de uno de los mejores Cádiz CF que se recuerdan en los últimos años hacen el resto para que el legado de José Marí Martín Bejarano sea el de un roteño que cumplió «el sueño de jugar en el mejor club del mundo».

José Mari cuelga las bota a sus 36 años. Las lesiones le han privado de una carrera más duradera pero el adiós nunca es malo si se hace rodeado de tanto cariño. Una sala de prensa abarrotada de familiares, entre ellos sus dos hijos cadistas, compañeros del equipo actual, el presidente Manuel Vizcaíno a su lado, miembros del club y una inesperada presencia, Álvaro Cervera. Porque el entrenador más importante del club tenía que estar cerca de uno sus jugadores fetiches. «Le debo mucho, sobre todo su confianza», dice el eterno capitán cadista en referencia a un Cervera sentado al fondo de la sala de prensa evitando ser protagonista.

Un adiós con las palabras del presidente. «Merecídisima despedida a José Mari. Ha jugado 166 partidos en el Cádiz, 123 de ellos como titular. Con José Mari y Garrido el campo el Cádiz no ha perdido ni el 20% de los partidos», reconocía Vizcaíno. «José Mari ha sido todo entrega y estoy eternamente agradecido a todo lo que lo que ha dado a la familia del Cádiz CF», añade el presidente que deja su mensaje también para el que fuera su entrenador. «Agradezo la presencia de Álvaro Cervera que ha aceptado la invitación del club«.

Y llega el momento de que hable el eterno capitán cadista. Llegó en 2016 tras el ascenso en Alicante y casi siempre ha sido una referencia dentro del equipo cadista. Tanto es así que cuando a finales de 2017 se lesionó en Zaragoza para el resto de la temporada su ausencia lo notó un equipo que vivía de su capacidad en el centro del campo.

«Tenía palabras preparadas pero es mejor que hable mi corazón», comenzaba a decir José Mari. «Si he tratado toda mi carrera es ser yo y que hable mi corazón. Hoy podría ser un día triste porque dejo de hacer lo que llevo haciendo desde pequeño. Mi sueño era ser futbolista y lo conseguí. Me quedo con todo lo bonito que me ha dejado el fútbol. Compañeros, experiencias y muchas amistadas. Me quedo también con el Cádiz porque el sueño de José Mari era jugar en Primera y en el Cádiz. Las lesiones me han privado de jugar menos de lo que me hubiera gustado. Prefiero sufrir en mi equipo que disfrutar en otro. Ese sentimiento de pertenencia y disfrutar de nuestro club es algo que me voy a llevar siempre conmigo«.

El roteño daba sus agradecimientos personales. «Me gustaría dar las gracias a todo aquel que me ha ayudado a ser profesional. Me gustaría empezar por mis padres, mis pilares, que han dejado todo para que yo fuera profesional. Hemos pasado momentos difíciles, sufriendo impagos pero siempre han estado alli como colchón de seguridad. Estoy orgulloso de ser vuestro hijo», decía en referencia a sus padres.

José Mari tenía también palabras para Rota. «Mi mujer lo dejó todo para acompañarme en mi camino. Mi pueblo, Rota. Soy un afortunado por ser roteño y haber salido de la UD Roteña. Agradezo al Cádiz, la directiva y mis compañeros por haberme aguantado todos estos años. Puede que me haya equivocado, lo he intentado hacer bien siempre. Agradecer también a Álvaro Cervera por contar conmigo siempre y haber dado una enorme confianza«.

«Me quedo con la salvación agónica en Vitoria»

Una cifra de 166 encuentros en los que «he tenido la suerte de jugar en el mejor club del mundo. He intentado siempre ser un jugador honrado y dejarlo todo sobre el terreno de juego. Llevo al Cádiz en mi corazón».

Palabras también para los periodistas a los que agradece su trato. «Todo lo que me ha dicho la prensa ha sido con respeto. Es lógico que se hable de los jugadores, es lo normal. Quiero seguir formándome, me gustaría seguir vinculado al Cádiz en los años venideros pero necesito tener la formación necesaría y ganarme el hecho de estar en el club».

Y si hay un momento con el que quedarse, José Mari tiene para repartir y regalar. Desde aquel gol en Soria que daba medio ascenso a Primera, a lo vivido en el primer 'play off' de ascenso, pasando por sus encuentros en la máxima categoría. «Desde Tenerife, aquel momento con lágrimas de orgullo. El año de la lesión, el del ascenso y si me quedo con algo es la salvación en Vitoria a la heróica. Lloviendo, en el fondo. Se construyó algo precioso en esa época que nació de un equipo muy humilde y que con mucho sacrificio fue llevado por todos y logró entrar en la historia del club. Me siento terriblemente orgulloso de haber sido partícipe de esta etapa tan bonita del club. Ha sido algo muy bonito«.

Un emotivo vídeo ponía fin a las palabras de José Mari. Palabras de antiguos compañeros que rememoran a un Cádiz ilusionante y de ensueño. Melancolía para José Mari y también para todo el cadismo viendo como los Garrido, Marcos Mauro, Álvaro García, Pacha Espino y compañía tenían palabras para el ya exjugador roteño. Porque esos futbolistas formaron junto al propio José Mari el último gran Cádiz que se recuerda con Álvaro Cervera como entrenador.

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