Cádiz CF

Intensidad reactivada

Gaizka Garitano sacude al equipo tras la indolencia mostrada en Albacete y pone de nuevo en órbita a sus jugadores

El Cádiz pierde crédito en el derbi

Garitano ha activado al grupo. CCF

Alfonso Carbonell

Cádiz

La goleada encajada en Albacete hizo saltar todas las alarmas en ese cadismo que no se acomoda y que ya ha vivido muchas penurias en Segunda con caminito la Segunda B. Efectivamente, la distancia con el descenso ayuda a que el equipo se relaje en no pocos encuentros, si bien, la victoria del Eldense en Zaragoza antes de que el Cádiz CF saltase al césped de La Rosaleda metía presión a los amarillos, que antes del derbi estaban a cuatro puntos del abismo.

Sin embargo, la imagen del conjunto que entrena Garitano fue más que correcta, seria. No se permitía el fallo y así salieron de concentrados los gaditanos, que en circunstancias normales iban derechos a firmar un punto tras un empate sin goles en un partido de lo más soso que, eso sí, devolvió la tranquilidad a los aficionados cadistas.

Seriedad y responsabilidad. Bajo esas premisas jugó el once amarillo, que planteó un encuentro aburrido, largo y que propició que en la recta final del mismo el Málaga, por aquello de ser el anfitrión, se echase hacia arriba en la busca del gol que finalmente encontró el Cádiz CF y hasta en dos ocasiones.

La suma de los tres puntos devuelve la confianza a esos aficionados que podrían estar inquietos tras la pésima imagen de hace una semana en La Mancha, donde se pudo ver a un equipo demasiado calmoso, con desidia incluso. Independientemente de que Garitano asegurase que sus jugadores corrieron como siempre ante el Albacete, lo cierto y verdad es que los amarillos bajaron los brazos tan pronto como recibieron el primer gol y tras una dinámica de minutos en los que permitieron crecer al ex queso mecánico.

Tras ese rapapolvo en el Carlos Belmonte, Garitano ha sabido coger al toro por los cuernos y ha puesto en órbita a unos jugadores que ya saben que no podrán acomodarse por muy lejos que anda la frontera con el precipicio. Ha vuelto la intensidad.

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