Deportivo - Cádiz
Esto es insoportable (1-0)
El Cádiz vuelve a toparse con su dura realidad y pierde ante un equipo con las mismas o ningunas ganas de batallar
Así lo vivimos
Iza, en un lance del juego
Ponerse a ver un partido del Cádiz a estas alturas de la película es para vérselo. Para ver los planes de uno, porque los del Cádiz ya se saben cuáles son. Así, a bote pronto, todo aquel que entre sus planes entre eso de ver a los de amarillo debería repasar su agenda, sus amigos, su vida, sus horas libres. Es droga dura el tema este de ver esto. Valga un consejo, míreselo.
El tema es que para los que (aún) trabajamos en la prensa tenemos que ver estas cosas. Ni pasión, ni ideas, ni nada de nada. Así, de entrada, ver un Deportivo - Cádiz del 2025 es ponerse a ver un auténtico bodrio que se ve venir desde que acaba el último encuentro, esto es, el del Eibar en Carranza delpasado lunes.
A uno que ha visto un Coruña - Cádiz con Uralde y Manolito mientras 'Dorremifasoleando' cantaba en el Falla se le cae el alma a los pies cuando ve mejor césped y peores circunstancias. Esto de hoy no es lo de ayer. Y que lo coja quien lo quiera. Pero como hay que hablar de esto, habrá que decir que empezó el Cádiz con mayor ambición que los anfitriones. Bueno, ambición por decir algo, aunque solo sea un dominio territorial. Duró poco eso porque en cuanto el conjunto deportivista se vio algo controlado ante su afición aunque solo fuera por vergüenza levanto los brazos y, al menos, censuró a los de Garitano, que en cuanto se vieron frenados estuvieron como locos por ser frenados.
Más allá de los ilusionados comentarios y pamplinas de los compañeros que comentan el partido de fútbol de marras, esos que quieren vender lo que jamás comprarían, el encuentro era un auténtico tostón desde queel balón comenzó a rodar. Además, la clasificación hablaba por sí sola. Dos equipos empatados a puntos, en mitad de la tabla de una categoría insufrible, dejaba a las claras lo que se sabía desde hace días. Y, en efecto, desde que el choque comenzó a jugarse toda fue un despropósito, un auténtico rollo.
No hacía falta entender mucho de este deporte para saber que ponerse a ver un partido entre Cádiz y Deportivo a estas alturas de la película era como ponerse a ver una película de terror para uno que no le guste el miedo. Y en cuanto el encuentro empezó se vio.
A pesar de todo, y por vergüenza torera, fue Diakite el que cerca de la media hora se aproximó al área contraria pero sin mucha efusividad. Fue esa ocasión la que valió al Deportivo paras sentirse dolido en su orgullo para decirle a su rival que no, que ante su afición no se iba a dejar someter con un solo suspiro. Fue por eso que Mella llegó a inquietar a David Gil pero con tan poca fortuna como el mediocentro cadista.
Por descontado que de fútbol ni se hablaba ni se veía ni se aspiraba, El choque era un bodrio propio de la categoría y solo la animada afición local le ponía algo de salsa a un combinado que daba pereza de ver desde hace días y que se confirmaba mediante iban pasando lo minutos.
El Cádiz ni hacía fútbol ni dejaba hacerlo. Y es normal. ¿Por qué? Porque al frente del equipo hay un entrenador que trabaja para salvar del descenso a un equipo que poco le falta para ganarse el derecho a descender porque da miedo de verlo jugar desde hace ya más de un año.
Garitano sabe lo que tiene entre manos y lo que tiene es un equipo al que debe seguir espabilando para no dar un disgusto mayor del que se merece una afición anestesiada. Por eso, el pasado viernes dijo que están tan lejos del ascenso como del descenso, pero a sabiendas de que lo que debe seguir luchando es por la permanencia porque este equipo no da para nada más
Reanudación
Con tablas en el marcador se llegó aldescanso y tras él, los locales salieron con mayor decisión que un Cádiz que si no es en Carranza no tiene la intensidad necesaria para nada.
Precisamente por ello, por eso de estar en casa, el Dépor salió con algo más de pureza que un Cádiz que da lástima solo de verlo andar. Así, poco a poco, los de Óscar Gilsanz fueron cenándose a los pupilos de un Garitano que va dándose cuenta de donde se ha metido a pesar de que tiene un año más por delante de contrato.
Porque lo peor de todo es que el conjunto herculino fue imponiéndose al Cádis casi que sin quererlo, sin saberlo. Fue solo por eso por lo que llegó el gol de Mario Soriano a diez minutos del 90' tras un error dentro del área desprotegida por David Gil y todos sus compinches.
Tras ese gol el Cádiz ni preguntó la hora. Es tal la pereza que da que exhibe las maneras de un ejército derrotado, que da pena, tristeza. En ningún momento se pensó que los de Garitano podían levantar siquiera la mirada, no el resultado, ojo.
Y claro, fueron pasando los minutos y el que casi llega es el segundo de los gallegos, que no el empate de un equipo gaditano destruido por dentro.
Al Cádiz le queda por delante ocho partidos y que no juegue con fuego, entre otras cosas, porque no sabría jugar. Al frente del equipo hay un entrenador que sabe lo que tiene y el cadismo más responsable debe estar tranquilo. No, este equipo no se va a caer porque Garitano los va a mantener a raya. Eso sí, que no se relajen. Entre otras cosas porque ni deben hacerlo ni pueden hacerlo.
Aún queda por remar para llegar a esos 50, 51 puntos que deben dar la permanencia. Paco López hizo lo peor con la firma y el consentimiento deun presidente que sigue escondido. Y eso es lo mejor que puede hacer porque salir a la palestra para defender o intentar defender esto sería contraproducente. Garitano es el único que sabe que esto no ha acabado y debe seguir peleando.
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