sevilla - cádiz

¿Hermandad a la vista?

El derbi andaluz de este miércoles en Nervión lleva al cadismo a ponerse en manos del sevillismo

Primer bolo derribado (1-0)

La afición del Cádiz en un reciente desplazamiento a Sevilla,

Alfonso Carbonell

#Juanmaloharía sería un gran slogan para vender el cartel del partido de este miércoles en el Ramón Sánchez Pizjuán entre cadistas y sevillistas. El cartel, que duda cabe sería presentado por los segundos, esos que deben ir a la capital andaluza con la firme intención de hacer amigos, pasar una jornada de convivencia y, a poder ser, ver desde la grada como el conjunto local se enternece ante el equipo vecino. Todo el que vaya con la equivocada y torpe intención de crispar el ambiente con viejos y trasnochados cánticos de rivalidad autonómica puede salir de Cádiz por el puente Carranza. Y que se ponga la radio.

Este miércoles el Cádiz se la juega ante uno de sus eternos rivales en Primera División, pero como esto del fútbol ha cambiado una barbaridad para qué demonios se van a poner a dirimir antiguos y desfasados debates si lo mejor del mundo es llevarse bien con el vecino, que siempre lo ha sido y siempre lo será. Si Cádiz deja sus playas, como Sevilla no se va a dejar algo por el camino, hombre.

A tres jornadas para el final el club hispalense no se juega nada. En contra de que se tome el encuentro como se lo ha tomado recientemente el Getafe en Carranza está su última derrota ante el Villarreal, esa por la que necesariamente su afición y su escudo exigirán a sus jugadores que no vale otra cosa que la victoria ante uno de los peores equipos de un campeonato ya de por sí malísimo. Quique se juega su futuro y está más que comprobado que no va con él eso de tomarse un partido a guasa.

Sin embargo, y al igual que los jugadores del Getafe lo vieron durante la primera parte de Carranza, el que debe exponer y poner toda la carne en el asador no es otro club que es el Cádiz, que para eso es el único que se va a jugar la vida en el Sánchez Pizjuán. Por todo ello, sobre la balanza de Nervión deberá pesar mucho más la necesidad y la imperiosa obligación de ganar de los amarillos que la placidez con la que el Sevilla puede tomarse esta aburrida recta final de temporada.

Y claro que sí, claro que Juanma (Moreno Bonilla) lo haría. Y lo haría como presidente de los andaluces, esos que si Pellegrino y sus hombres (y unos cuantos resultados más) no lo impiden verán como desaparecerán de la elite del fútbol español tres equipos de la región andaluza de golpe y porrazo.

Muchas veces se ha hablando de la absurda rivalidad entre equipos andaluces a diferencia de la hermandad que rezuman por el norte, donde aficiones de uno y otro equipo brindaban en las gradas mientras sus equipos hacían el paripé en el campo. De aquellos tiempos han pasado ya mucho tiempo, o no tanto, pero daba lugar a entender esa rivalidad de la mejor manera posible cuando había uno de los dos más necesitados que otro con el visto bueno de la afición.

Un partido en el recuerdo

No obstante, en todos lados se han dado partidos más cómodos para los equipos que se juegan la permanencia cuando se ven la cara con otros que ya tienen todo el pescado vendido. De hecho, y entre andaluces, ya se dio un encuentro que si no sospechoso, sí que fue de lo más placentero para un Granada que llegaba al Sánchez Pizjuán jugándose la vida y ganó fácilmente 1-4 estando Emery en el banquillo local y el gaditano Jose González en el granadinista, por cierto, un Jose González que bien le podría haber dado a este Cádiz toda la vida que hasta el momento le ha quitado Pellegrino. Era la penúltima jornada y el Granada presidido por Quique Pina se jugaba el descenso, un lugar del que salió gracias a una goleada que le daba la permanencia de manera matemática ante un Sevilla que previamente ya tenía asegurada su clasificación a Europa. Indudablemente, el conjunto nazarí no se permitió errores y jugó un encuentro serio y contundente ante un rival ya de vacaciones. Y eso, o algo muy parecido, lo que deberá hacer un Cádiz que no podrá venirse abajo como hizo en la segunda parte ante el Getafe ya que el Sevilla, en su campo y con su gente, le puede ganar casi que sin querer.

Por supuesto, siempre se ha hablado de las buenas relaciones que desde hace tiempo, antes incluso de la etapa de Vizcaíno, han mantenido de manera institucional Cádiz y Sevilla. Un factor del que nunca hay que fiarse dado que los que juegan son los de abajo, pero que no puede pasar desapercibido para nadie. De sobra es conocida el lazo de amistad que une al presidente sevillano del Cádiz con la familia de José María del Nido, un abogado que mantiene su idea de regresar al palco del Sánchez Pizjuán.

Andalucía se juega una plaza en Primera este miércoles y habrá que ver si el Cádiz sale vivo de Sevilla o si por el contrario le da la puntilla el vecino. Desde luego, una cosa está clara, #Juanmaloharía.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios