Cádiz CF
La grada vuelve a sonreír de verdad un año después
Mucho tiempo después la afición cadista aplaude con ganas la victoria de un equipo sobre un rival real
Ya era hora. Había que remontarse prácticamente a un año para que la afición cadista más madura festejase una victoria real de su equipo. En efecto, la última con todos sus avíos fue la que se dio en la cuarta jornada de la temporada pasada ante el Villarreal por obra y gracia de un Machis exultante aquel día en el que el otro submarino aplanó el camino al jugar con uno menos por expulsión de Pedraza en el primer tiempo. Después vendrían otras, sí, pero allá ya cada cual la credibilidad que le diera a ellas.
Lo cierto es que la visita a Castalia de este lunes pasado ha servido para dotar al cadismo, y sobre todo a los pupilos de Paco López, que puede volver a ganarse con todo derecho. Es verdad que la aparición estelar de Chris Ramos en siete minutos puede verse como un oasis en el desierto, sí, pero hay agua y con eso debe quedarse el aficionado.
Y es que la masa social cadista ha llegado a Segunda después de ver a su equipo netamente inferior a muchos de sus rivales a los que nunca pudo doblegar a excepción de un Atlético de Madrid lastrado por su festival en Champions frente al Inter, o al Granada medio descendido y con un Sandoval sin apenas dotes de mando en el banquillo; por no hablar de las victorias últimas ante Sevilla y Getafe, rivales ambos que solo se jugaban la gasolina para llegar a Carranza.
Por todos esos antecedentes, la victoria en Castellón ofrece por fin al cadismo un hilo de esperanza del que no se debe ya parar de tirar. Los tres puntos llegaron con ausencia de fútbol y con un índice de posesión que no responde a los cánones del nuevo entrenador, pero también llegaron ante un oponente que puso, como el Cádiz CF, toda la carne en el asador. Cierto que era un recién ascendido en la categoría que jugó, como es normal, con una mayoría de futbolistas que el curso pasado eran de Primera RFEF en contra de los amarillos, donde la mayoría viene de Primera División.
La victoria en Castellón vuelve a unir a la grada con un equipo que estaba pidiendo a gritos darse una pequeña alegría de verdad, y no forzada por las circunstancias, con una afición que está deseosa de darle normalidad a una dinámica ganadora tras el fiasco del curso pasado.