Cádiz CF

A falta de ideas, ¿tanques?

La irrupción la pasada jornada de Paquito Mwepu y la manifiesta fragilidad defensiva podrían hacer cambiar las señas de identidad de un Paco López aún indefinible

Chris Ramos, a la cabeza del grupo, y Paquito Mwepu, a la cola, son de los que más miden del equipo. ccf

Alfonso Carbonell

A Paco López se le ha preguntado este viernes cuánto tiempo iba a pasar hasta ver al Cádiz que él quiere. Una pregunta a la que se enfrentaba de la siguiente manera. «Queremos obtener buenos resultados desde ya, pero los objetivos se empiezan a saber a final de temporada. Hay que ganar cada partido, pero teniendo los pies en el suelo y no yéndonos al ganar como sea, sino haciendo las cosas bien y para hacer las cosas bien hay que trabajar cada día», decía con acierto.

Nadie le va a explicar a él cómo va esto del fútbol. Sabe que el hoy ya es pasado y que si no consigue resultados su trabajo comenzará a correr peligro. También sabe que cuenta con una carta que no todos los entrenadores pueden tener, su presidente, Manuel Vizcaíno, que ya ha demostrado en no pocas ocasiones que se trata de un directivo que no suele perder la calma con los malos resultados a pesar de que el equipo vaya tropiezo tras tropiezo. Ya lo hizo con Cervera cuando una derrota en Almendralejo metió al equipo en descenso a Segunda B y también con Sergio, al que dejó estar muchas más de las jornadas que hubieran sido deseables a pesar de que con el tiempo se arrepintió de destituirlo.

Sin embargo, fútbol es fútbol y la presión de la grada aprieta por mucho que el máximo dirigente no se canse de repetir que «si hiciera caso a lo que piensa la gente el club podría estar en Tercera Federación». Con razón o sin ella, lo que puede darse por hecho es que Paco López tendrá el tiempo suficiente para conseguir el equipo y la idea de fútbol por el que ha sido fichado. Porque esa es su intención tal si se creen sus palabras. «Trataremos que el equipo que queremos se vea cuanto antes».

Pero el asunto del tiempo es importante por mucho que se diga que la Segunda es eterna. Lo es, en efecto, pero no es lo mismo comenzar a caminar con determinación y velocidad de crucero varias jornadas después de lo que ya lo ha hecho el pelotón de cabeza. Aunque Paco López se decanta por ir con pies de plomo y advierte: «Los resultados no tienen que marcarte el camino porque ahí es cuando nos vamos a confundir. Vamos sin prisa pero sin pausa, aunque cada partido es una final», confiesa un entrenador que quiere resultados, pero no a lo loco. Complicado teorema.

Y es complicado porque la Liga no se detiene y no puede esperar a que Paco López engrase la máquina y la comience a echar a rodar como él quiere y desea. Por eso, de momento, es de suponer que el técnico de Silla lo primero que esté pensando es en cerrar su portería mientras al mismo tiempo inventa algo con la que perforar la del contrario.

Hasta el momento, muy lejos debe estar de lo que quiere Paco López la forma en la que está jugando su equipo. De hecho, en lo que va de Liga poco o nada ha cambiado la manera de expresarse de este Cádiz CF, tan falto de ideas como los anteriores de Sergio y Pellegrino. Tanto es así quela afición coincide en señalar que lo que se está viviendo estas cuatro jornadas no es más que una prolongación de la anterior y catastrófica temporada en Primera.

Salvo la excepción de la primera parte ante el Levante, el resto de lo jugado por el equipo amarillo ha sido muy por debajo de lo esperado porque incluso la remontada ante el Tenerife debe verse como algo relativo y no producto de lo que se trabaja dado que el Cádiz CF se mete en el partido por un penalti cometido a Chris Ramos en mitad de un partido totalmente controlado por los tinerfeños. Además, los mejores minutos celebrados en el Ciutat de Valencia se llevaron a cabo con un sistema que no era el esperado en la primera jornada. La fila de cinco defensas (tres centrales y dos carrileros) era la receta para frenar la sangría de goles que abrió el Zaragoza y la cosa salió tan bien que la mantuvo en los primeros minutos ante el Tenerife hasta que saltaba por los aires con la lesión de Fali, que hacía al técnico remover el plan y dejarlo en el 4-4-2 que vuelve a valorar con ocasión de la irrupción el pasado sábado de Paquito Mwepu.

Se unen varias cosas para que en la balanza de Paco López pueda predominar la idea de salir con un 4-4-2 clásico. La primera es aprovechar la racha del canterano zambiano, que ya el año pasado acumuló varios goles consecutivos con el Sanluqueño hasta que se frenó en seco. Las ganas del africano y su ímpetu pueden venir muy bien a un equipo que a veces da la sensación de estar ahí como pintado, quieto, parado, sin sangre.

Y si hay otro jugador que no permite esa relajación es el gaditano Chris Ramos, que sería el encargado de compartir una delantera a prueba de bombas. No le viene bien a estos dos tanques la lesión de Alejo, el máximo responsable de llevar balones al corazón del área para las cabezas de dos delanteros de una potencia letal para los defensas rivales. Y es que, puestos a recordar el desequilibrio que sufre esta plantilla, el vallisoletano es el único extremo de ese perfil puesto que los Sobrino, Ocampo y compañía no se destacan por sus llegadas a línea de fondo para centrar.

A falta de ideas buenos son tanques, pero cuando el batallón es el que es, no habrá más remedio que seguir buscando soluciones lamentando al mismo tiempo la fuga temporal de cerebros como los lesionados Melendo y Ontiveros, duda para este lunes tras un reciente golpe en un entrenamiento.

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