Cádiz - Racing de Santander
Fali se inmola
El defensa central jugó otro mal partido y respondió con un feo desplante a los pitos pateando un balón hacia la grada de tribuna
No estaba la cosa para levantar la cabeza y eso estaban haciendo prácticamente todos los jugadores del Cádiz CF menos uno, el que desde hace ya un tiempo levanta más suspicacias y alabanzas debido a sus continuas lesiones que merman al equipo. Son tantas que algunas resultan no del todo muy creíbles. Por eso, cuando el Racing se adelantó en el marcador y se vio solo a él gesticular animando a un equipo con brazos en jarra en clara señal de decadencia tampoco resultaba muy creíble esa interpretación de liderazgo del defensa valenciano. Son tantas tus funciones que muchos achacan su vehemencia e intensidad en el campo a esa parte de teatro que tan bien ha hecho en cantidad de ocasiones defendiendo la camiseta del Cádiz CF.
Y eso que Fali era una de las novedades de Paco López, que sentaba a Glauder tras su error ante el Málaga y volvía a confiar en el titán, que en los primeros minutos de partido marcó territorio ante los atacantes racinguistas como carta de presentación de un equipo que iba a volver a hacer muchas más faltas y patadas de lo necesario.
Transcurrió el partido con dominio cántabro, que se adelantó en el marcador abriendo la caja de los truenos en una grada que pese a lo que estaba viendo estuvo en todo momento con su equipo salvo en puntuales jugadas donde se evidenciaba la falta de ideas y de calidad de un equipo en ruinas. Hasta que terminó el partido y llegó la esperada y atronadora pitada.
La mayoría de los jugadores amarillos acudieron al borde del área de fondo sur para recibir las merecidas críticas de una afición hastiada. Estaban todos menos uno, Fali, que nada más escuchar el pitido final enfiló el camino al túnel de vestuario de mala gana para tomar una decisión que ya le está ocasionando muchísimas críticas de la afición. El valenciano cogió un balón y con el rostro altivo y dirigido a la grada de tribuna, donde se abroncaba al equipo, lo pateó bombeado (sin intención alguna de hacer daño ni de impactar de manera violenta en nadie) hacia la misma multiplicando el enfado de una afición que vio a uno de sus jugadores inmolarse.