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La etapa del Cádiz CF en Primera: sueños cumplidos y mucho disfrute
Los cuatro años en la máxima categoría han traído logros importantes con victorias épicas, tres permanencias en la máxima categoría y momentos inolvidables
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Decía hace unos días el presidente del Cádiz CF Manuel Vizcaíno que «no hemos sabido disfrutar de estos cuatro años en Primera División, seguramente por culpa nuestra«. El dirigente cadista decía una frase que casi se convirtió en el titular de la rueda de prensa posterior al empate ante Las Palmas y por ende el descenso de categoría.
Frase que que ha generado su controversía y que el presidente explicaba así: «No sería malo que se mirara la botella medio llena porque después de diez años en los que se han cumplido el objetivo menos este hay críticas en las que esa reiteración pase lo que pase suena rara».
Para Vizcaíno las críticas en muchas ocasiones han sido excesivas, dejando entrever que ello ha impedido que se haya valorado o disfrutado de la exitosa etapa cadista en la máxima categoría. Críticas que no deben ocultar una auténtica realidad, más allá de lo que diga el presidente, la afición sí ha disfrutado, los cadistas sí han disfrutado y todo el entorno, en su gran e inmensa mayoría, ha valorado que el Cádiz ha estado viviendo una de las mejores etapas de su historia.
Porque una cosa nunca quitará la otra. Criticar y fiscalizar las decisiones del club, y analizar la situación deportiva no tienen porqué ir en contra de la propia realidad de un club con el mayor presupuesto de su historia y con un crecimiento nunca antes visto.
Pero volviendo al inicio, el no disfrute del que hablaba Vizcaíno, invita a echar una reflexión sobre estos cuatro años en Primera. Sueños logrados, momentos involvidable y victorias y goles, lo que más le importante a la gente. Porque han sido cuatro temporadas en las que la gente lo ha pasado bien, amén de esta campaña que ha sido un auténtico calvario y que pocos momentos buenos ha tenido.
El inicio prometedor de un Cádiz que soñaba con cotas mayores, la victoria ante el Atlético de Madrid en Carranza y el gol de Sergi Guardiola en Sevilla. Con poco más se puede quedar el cadista de esta campaña. Mala a todas luces pero en la que a pesar de todo ha tenido un final al menos emocionante y en el que el cadista ha vuelto a soñar con la épica.
Pero echar la mirada un poco atrás deja esos momentos de sufrimiento y alegría tan típicos del seguir cadista. Ese sudor hasta el último segundo que acaba con la mayor de las alegrías, como sucedió en el Cádiz 2-1 Valencia en el que el cuadro gaditano dio un paso adelante en la salvación. Aquel día, más de un seguidor salió trastocado, con dolor de cabeza del enorme sufrimiento de una segunda parte milagrosa pero todo se convirtió en alegría cuando el árbitro pitó el final. El mismo final de aquel viernes de noviembre ante el Valladolid con todo igualado, con mejoría visitante hasta que Bongonda se inventó un gol desde su casa. Delirio, felicidad, dormir plácidamente tras una larga noche de casi verano, levantarse al día siguiente y ver el gol cadista veinte veces y las que haga falta. Lucha hasta el final, alegría infinita.
A esos partidos se podrían unir el gol de Sobrino ante el Celta que prácticamente cerraba la permanencia, un bombo tocado por Escalante en la grada de Fondo Sur, otro tanto de Sobrino, al que tanto se ha denostado esta campaña, en el último segundo frente al Atlético mientras Simeone pide amargamente una mano inexistente. Negredo daba alas a su equipo con un tanto salvador en Valladolid que ponía el camino por delante.
Y si de echar la mirada más atrás se refiere habrá que ver, una campaña antes, como un tal Lucas Pérez se inventaba un golazo por la escuadra en Nervión, o como el mismo delantero gallego daba la primera victoria cadista en el Camp Nou. Dios aprieta, que no ahoga, pero esa extenuación el cadista casi siempre sale vivo. Momentos de hace dos temporadas que se mezclaron con el adiós a la leyenda de gafas, la desilusión de una etapa y el inicio de otra que tuvo un final feliz con aquella salvación épica en Vitoria. Sobrino en el último segundo sacaba del descenso al Cádiz ante el Villarreal para que semanas después Choco Lozano llevara al delirio con el fallo del Granada y la salvación. Disfrute máximo con Sergio resbalando en Mendizorra y cadistas llorando en la grada, pendientes de la radio y obrándose el milagro.
Etapa en Primera que arrancó en la campaña 20/21 con la mejor temporada del Cádiz en la máxima categoría, igualando la 12ª posición de Víctor Espárrago. Un año sin público en la grada pero con el cadista pegado a la tele y a la radio frotándose los ojos al comprobar cómo un equipo que venía de Segunda División era capaz de ganar la misma temporada el Real Madrid en su estadio y al Barcelona en Carranza.
Victorias no menos deslumbrantes que la lograda en San Mamés con nueve jugadores con el busto de Rafael Moreno 'Pichichi' como testigo de un triunfo increíble, repetido una temporada después en el mismo escenario, con público y con el gol de un hombre de la tierra, Salvi Sánchez. Puños y brazos arriba de Cervera en Granada alcanzando los famosos 40 puntos
En estos años el Cádiz ha sido capaz de romper estadísticas. Ganar por primera vez al Madrid como visitante, vencer en el Camp Nou, San Mamés y el Sánchez Pizjuán, recientemente. Ha logrado salvarse cuatro jornadas antes del final, sumar 44 puntos una misma campaña, llenar su estadio una semana si y la siguiente también, acumular cadismo por todos los campos de España y que incluso un gaditano como Chris Ramos haya marcado en Primera División muchos años después de su último paisano.
Una de las etapas más prolíficas en la historia cadista, con momentos inolvidables dejando siempre la impronta del cadismo por muchos lugares. ¿Se ha disfrutado de estos años en Primera? Y tanto que sí. Esperando que el disfrute siga, ya sea en Segunda División o donde sea, porque la ilusión nunca se pierde.