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Entre las dudas sobre el entrenador y la tranquilidad del presidente

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Aunque la inquietud, lógica, en torno al equipo comienza a aflorar por los resultados y el rendimiento, Manuel Vizcaíno trata de mandar un mensaje de calma para «no equivocarme más»

El Cádiz hace aguas

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Paco López da instrucciones en un partido l.v.
Rubén López

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Ha transcurrido prácticamente un cuarto de la temporada regular en Segunda División. Nueve jornadas de las 42, lo que supone casi un 25% del total de encuentros de la categoría de plata. Se han disputado 27 puntos, de los que el Cádiz solo ha sido capaz de sumar 10, lo cual no llega ni al 50%. Guarismos muy lejanos a lo que se espera de un equipo con aspiraciones mucho más importantes estas temporada.

Con solo un punto de margen con el descenso, y aunque el 'play off' no está lejos por la igualdad del campeonato, los problemas del Cádiz se centran más en el rendimiento y el juego del equipo que otra cosa. Un cuadro gaditano que sufre una barbaridad para ganar encuentros y que tras cinco choques en Carranza aún no sabe lo que es sacar los tres puntos de una tajada en su estadio. Una estadística sencillamente lamentable para un equipo que no termina de mejorar, por más que su entrenador, Paco López, insista en que el equipo se encuentra en un «proceso».

Los números hablan del pésimo rendimiento como local pero también muestran que el Cádiz es el segundo equipo más goleado de la categoría con 16 tantos, solo por detrás de los 18 que ha recibido el Almería. Asimismo, el cuadro cadista ha encajado en todos los encuentros salvo el empate en casa frente al Racing de Ferrol. Todo, sumido actualmente en una dinámica de tres jornadas consecutivas en las que solo ha sido capaz de sumar un punto.

Y a todo lo anterior hay que unir el juego y el rendimiento colectivo e individual. Jugadores que están a años luz de su mejor momento, otros que están dando continuidad a la mala campaña pasada, futbolistas que cometen errores una y otra vez y un rendimiento del cuadro cadista en líneas generales que deja mucho que desear. El equipo aún no se ha enterado de la categoría en la que está, comprobando cómo su juego no da para ganar partidos en Segunda División.

Así las cosas, y como suele pasar en este deporte, todo se resume en la figura del entrenador. Si un equipo va mal es por muchas razones que finalmente confluyen en una sola, el entrenador se está equivocando. Así de justo o seguramente injusto será el fútbol, dónde centrarlo todo en una persona es mucho más sencillo que hacerlo en veinte.

Paco López está cambiando jugadores, modificando el sistema, tratando de dar con la tecla pero no termina de conseguirlo. El entrenador asume buena parte de la situación, aunque sean también los jugadores los grandes responsables de la actual situación de un equipo que no encuentra el norte.

Es por todo ello que las dudas están comenzando aflorar tanto dentro como fuera del equipo cadista. La plantilla no termina de ver el resultado a lo que su entrenador pide y eso genera inquietud. Cuestión que pasa en cualquier equipo, cuando un entrenador nuevo propone un estilo o forma de juego y no se traduce en victorias son los propios jugadores los que comienzan a ponerlo todo en solfa. Ya lo dejaba en caer en su día el propio Álvaro Cervera cuando entendía que su estilo tenía resultado si se ganaban partidos, sus exigencias a los futbolistas tenían recompensa si llegaban los triunfos. Es por ello por lo que la manera de jugar del exentrenador cadista cuajó, porque fueron años en los que se ganaron más partidos de los que se perdieron, consiguiendo dos ascensos y una permanencia en Primera. La injusta pero lógica ley del fútbol que antepone finalmente el resultado a todo lo demás, por más que algún entrenador de la élite se desgañite en un vestuario diciendo que no le importa que le eliminen si lo hace jugando bien al fútbol.

Dudas e inquietud que por supuesto convive fuera del Estadio Carranza. La afición se está mostrando decepcionada con todo, pero sobre todo con un entrenador en el que había muchas esperanzas de hacer una buena temporada. Ese consenso generalizado del verano ha dado paso a un desencanto brutal de una hinchada que ya ni pita cuando acaba los partidos. Parece que la indiferencia, la peor consejera en cualquier ámbito de la vida, se ha instalado en cada rincón y cada escalón de Carranza.

¿Se la juega Paco López?

Y con todos estos argumentos, ¿se la juega Paco López? La sensación y el sentido común dicen que no. Más aún teniendo en cuenta que si con alguien ha dado el entrenador cadista es con un presidente que confía mucho en los proyectos que encabeza. Manuel Vizcaíno ha demostrado que no es de gatillo fácil, no lo es. Aguantó a Álvaro Cervera todo lo que pudo, y más aún con Sergio que estuvo hasta 20 partidos si ganar. Incluso de sobra es conocido que el presidente ha repetido en más de una ocasión que se equivocó y se arrepintió de echar al entrenador catalán.

El presidente confía en Paco, sabe que es uno de los entrenadores más codiciados de la categoría. Le ha dado dos años de contrato y entiende que la temporada es muy larga. Huelga decir que entiende que la situación es muy mejorable, solo faltaría, pero pensar que Vizcaíno va a poner en un brete a su entrenador es estar lejos de una realidad que Paco conocía antes de fichar, sabiendo que uno de sus motivos para aterrizar en Cádiz era la confianza que se da en los banquillos.

Un día antes del choque ante el Málaga, el propio Manuel Vizcaíno manifestaba en palabras su confianza en Paco López, sin mencionar al técnico. «Soy el máximo responsable del descenso del equipo, ha descendido por mis errores», decía en referencia a la temporada pasada, dejando un recado para la actual en el acto de la Peña 4 Gatos. «Hay que aprender de los errores. En este momento en el que estamos, no complicado pero sí con la incertidumbre de los resultados, estoy más tranquilo que nunca».

Al respecto, el entrenador amarillo deja caer que no a tomar decisiones drásticas. «En los momentos en los que no lo he estado tranquilo me he equivocado. Cada vez que no he aguantado el tirón me he equivocado, cada vez que no he estado quitando piedras confiando en lo que se está haciendo me he equivocado y ya no me voy a equivocar más», sentenciaba.

Que nadie espere situaciónes límite. Paco López tiene crédito, entendiendo que la situación debe cambiar cuanto antes y conforme pasen las jornadas y el equipo no reaccione el momento será aún peor. La ley del fútbol es implacable en cualquier equipo, aunque en Cádiz sea menos dura que en otros lugares.

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