cádiz - tenerife

Dos presidentes unidos por la guerra contra el insulto

Manuel Vizcaíno recibe este fin de semana a Paulino Rivero, otro colega empeñado en perseguir los ataques personales en el entorno

Paulino Rivero, presidente del CD Tenerife. L. V.

Alfonso Carbonell

Andan las aguas revueltas en dos históricos del fútbol español que este sábado se ven las caras en Segunda División y en el estadio Carranza como escenario. Al frente de ambas instituciones se encuentran dos personas que están llevando a cabo una persecución a toda persona que se dedica a insultar tanto en persona como a través de las redes sociales. Si en Cádiz se ha vivido recientemente el capítulo de los burofaxes, en las islas afortunadas andan de manera similar en la busca y captura del agresor verbal.Sin ir más lejos, este lunes pasado por la noche, el máximo mandatario cadista participaba en Radio Marca para insistir en que no tolerará insultos de ningún tipo tal y como se ha preocupado de repetir durante todo el verano pidiendo incluso la implicación de los medios de comunicación en la erradicación de este problema. Conocidas son sus comparaciones con Vinicius, al que, según él, atacan por su raza y no por sus actuaciones en el campo al igual que a él se le critica por su procedencia y no por su gestión. O algo así. El caso es que el exdirectivo sevillista no va a consentir, y hace bien, ningún tipo de insulto personal ni a él ni a nadie de su club mientras él pueda. Por eso mismo, desde el club que preside se ha comenzado una persecución del lícita tanto por redes sociales como por burofaxes para dar con aquellos que insultan de manera delictiva tanto dentro del estadio como fuera.Algo parecido está ocurriendo en Tenerife, donde el mismísimo presidente del club se dirigió a la afición para avisar en el mismo sentido que su colega en Cádiz. Así, Paulino Rivero publicaba una carta para mostrar su preocupación y la del club que dirige por «las situaciones desagradables en el entorno del tinerfeñismo que se han dado en los últimos tiempos en determinados escenarios digitales», en clara alusión a las críticas tanto firmadas como anónimas que está recibiendo su directiva.

Al hilo de esa catarata de reproches, Rivero añadía que en base a dichos acontecimientos había solicitado a los servicios jurídicos y tecnológicos del club «que investiguen estos indeseados comportamientos con el fin de actuar judicialmente, si procede, ante cualquier ante cualquier posible vinculación entre determinadas cuentas en la red social X y nuestra institución. Un club centenario, respetado y que representa unos valores que no vamos a permitir que se vulneren bajo ningún concepto».

Y es que entre esta gran marejada se han dado episodios en el entorno del club chicharrero muy similares a los que circulan en el cadista ya sea cuentas falsas para criticar la gestión del club como para alabarla, no exentas de insultos ninguna de ellas. ¡Es la guerra de los fakes, papá!

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