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El dilema de Chris Ramos

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Gaditano y cadista por los cuatro costados, el delantero quiere quedarse de amarillo pero a la par es consciente que no puede cerrarse ninguna puerta importante

Chris Ramos, sobre sus errores de cara a gol: «No me han quitado el sueño»

Chris Ramos en un partido con el Cádiz l.v.
Rubén López

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No es fácil tomar en ocasiones decisiones en la vida. Cambiar de situación, de momento y de lugar planea una alteración en la denominada zona de confort, ese sitio que ya está controlado y en el que puedes seguir creciendo a todos los niveles, frente la posibilidad de algo más deconocido pero quizás más atractivo y quien sabe si a la postre de mayor relevancia.

Es en parte el dilema al que se puede enfrentar el gaditano Chris Ramos. Tiene contrato con el Cádiz y su idea es seguir de amarillo pero nadie sabe qué podría pasar si a su puerta o la del club llega alguién poniendo una cantidad de dinero importante (10 millones de euros es su claúsula) que hicieran dudar tanto al futbolista como al propio Cádiz.

No hay que olvidar que Ramos cuenta con 27 años y que tras su primera gran experiencia en Primera División más de un club se ha fijado en él. Lo que puede progresar en el fútbol es mucho aún y eso es algo atractivo para un posible comprador.

Con todo, el delantero ha sido el mejor dentro de la mediocridad del Cádiz CF esta temporada. Sus cinco goles le han hecho ser el máximo goleador, rol que no debió asumir el ariete pero que recaló en él ante la inoperancia de muchos de sus compañeros.

El de La Laguna llegó hace temporada y media al equipo de su tierra. Lo hizo en pleno mercado invernal junto a otros delanteros como Roger y Sergi Guardiola, y aunque su aportación goleadora la pasada temporada se redujo al tanto del Benito Villamarín, todo lo que se vio en el terreno de juego del futbolista fue clave.

Aportación que esta temporada ha ido a más, y que quizás le ha jugado una mala pasada. Y es que el Cádiz de Sergio cambió su forma de jugar para tratar de que Chris Ramos fuera el delantero goleador que nunca ha sido realmente. Balones en largo, a la espalda de la defensa y a correr. A veces salía y otras no. Fue poner todas las manzanas en la misma cesta mientras que los que realmente debían tener la presión y la importancia de sacar las castañas del fuego estaban en el banquillo o en el verde sin aportar nada.

En un equipo con Maxi Gómez, Guardiola, Roger, Negredo y el propio Chris, el gaditano es el único delantero que ha hecho un papel más que digno esta temporada. Es cierto que en el caso de Roger se ha visto afectado por las lesiones, igual que Guardiola, pero cuando ambos han estado bien no han terminado de ser decisivos. Negredo por su parte apenas tuvo oportunidades en la primera vuelta en la que estuvo y respecto a Maxi poco más se puede añadir. Un delantero que ha hecho goles siempre y que se ha ido del Cádiz sin saber cómo los celebra. El gran fiasco a todas luces de la temporada.

Y con ese panorama Chris ha sido el jugador que ha tenido que bregar, luchar y pelear para convertirse en un referente goleador. En esa tarea el fubolista ha errado ocasiones, más de la que él creía pues algunas fueron muy claras, pero el delantero siempre se ha mostrado crítico consigo mismo y responsabilizado. «Siempre que se espera algo bueno de ti es bueno que haya esa exigencia; si eres futbolista debes estar acostumbrado a esa presión y debes saber recibirla y yo encantado de ello», ha dicho el jugador recientemente en COPE.

El delantero ha trabajado hasta la saciedad para tener una mayor eficacia goleadora que por desgracia no ha llegado. Aun así, su temporada ha demostrado que ha dado todo lo que tenía, que poco más se le podía pedir a un futbolista que la temporada pasada jugaba en el Lugo en Segunda División y que sobre todo, y más improtante, tiene un margen de mejora muy amplio. «Tengo la conciencia tranquila porque lo he dado todo. Soy un jugador que se ha creado esas ocasiones y con ese trabajo (que hace en la ciudad deportiva) seguro que acabará entrando», apuntaba el jugador cadista.

Presente o futuro

Dicho todo lo anterior, y a expensas de lo que pueda pasar, el jugador ha dejado claro que su primera intención es seguir en el equipo de su ciudad. «Me gusta vivir el presente; soy cadista y estoy la mar de feliz, soy el más feliz del mundo y cada día que pase vistiendo esta camiseta lo voy a ser, tanto con la vida que tengo en Cádiz como siendo jugador, pero lo que tenga que pasar que pase».

Esa última frase del delantero deja abierta la puerta, siendo consciente que en verano todo puede pasar y que no hay que descartar que llegue alguna oferta irrechazable. El presidente, Manuel Vizcaíno, decía hace días que «rezaba» para que no llegaran esas ofertas, siendo consciente el dirigente que a determinadas operaciones es muy difícil decirle que no, más aún en un club en el que las ventas jugosas siempre se han publicitado como una manera de crecer, como así debe ser.

Con estas premisas, el dilema de Chris se mueve en quedarse en el Cádiz en Segunda División y convertirse en piedra angular del conjunto gaditano o buscar una experiencia fuera del Cádiz, quién sabe si en un club de categoría superior. Lo que está claro es que si sale será por una cantidad más que interesante para las arcas amarillas y que en lo personal para Chris sería un paso adelante, si saber lo que puede traer ese cambio de aires.

Ramos es hoy por hoy en Cádiz uno de los futbolistas más queridos por la afición. Con trabajo por delante para ser profeta en su tierra, el cadista ha cuidado esta temporada al gaditano, por más que en momento más de uno le haya criticado por su ocasiones erradas. Quedarse en su club y formar parte de un proyecto que pueda culminar con un ascenso sería un paso adelante en todos los sentidos para un jugador que tiene recorrido, mucho, en el equipo de su tierra.

Tanto con un micrófono delante como fuera del mismo, el delantero transmite sinceridad y confianza. Feliz en Cádiz, con ganas de conseguir algo importante de amarillo, pero sabiendo que esto es fútbol y que el presente es mucho más corto que el futuro, de ahí que el gaditano entienda que no debe especular con su futuro y que lo que tenga que llegar llegará.

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