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Un detalle convertido en almohadilla
El Cádiz repartió chubasqueros a sus aficionados para la lluvia antes del encuentro y tuvo que recogerlos sobre el césped después
Desoladora imagen la del final del encuentro.
Al Cádiz CF le tiraron el detalle a al cara. Literal. Y eso que la intención del club presidido por Manuel Vizcaíno fue de lo más loable con una afición castigada por los horarios de una Liga que piensa en todo menos en el aficionado. Y es que el cadista tuvo que acudir a animar al equipo el mismo día que la final del Falla y con un tiempo infernal. Agua y viento y, para colmo, un equipo que da pena.
Por todo ello, el detalle del club se convirtió en la mejor arma arrojadiza para confirmar al club el gran enfado que hay con la plantilla que ha acabado por arruinar las ilusiones de una afición que esperaba el mes de enero como agua de mayor para fortalecer un equipo que parece debilitado incluso tras los fichajes y la salida de jugadores cruciales en otras temporadas.
La imagen que dejó el final del encuentro es el vivo retrato de un club que por mucho que se empeñe en agradar con medidas plausibles (regalar botellines de agua para el calor y chubasqueros para la lluvia), parecen más que insuficientes dado que no hay resultados en el campo. Como a los toreros le tiran almohadillas tras una mala faena, a los futbolistas le arrojaron estos chubasqueros convertidos en el peor castigo.
Tanto fueron los chubasqueros que cayeron al terreno de juego que el árbitro De Burgos Bengoetxea optó por abreviar un descuento sin importancia dado que comenzaba a no poderse jugar de la cantidad que había sobre el verde. Había tantos que parecían bolsas de basura tras un botellón. Toda una imagen que vale más que mil palabras.
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