Cádiz CF

La desesperación de Carlos Fernández

El delantero sevillano lleva hasta tres ocasiones marradas bajo palos en lo que va de Liga

Carlos Fernández se lamenta tras una ocasión fallada en Anduva l. v.

Alfonso Carbonell

Cádiz

Carlos Fernández llegó a finales del mercado de verano de aquella manera. El delantero sevillano, sin sitio en la Real Sociedad y en ninguna plantilla de Primera debido al gran lastre que sufre con las lesiones, desembarcaba en Cádiz lesionado pero con la motivación de recuperar esa chispa que ya mostraba en las categorías inferiores del Sevilla, donde se enfrentó no pocas veces en Segunda B a un Cádiz CF que siempre anhelo tener entre los suyos a este futbolista que ahora viste el '23' de los amarillos.

Como era esperado, ha entrado a formar parte de los planes de su entrenador una vez ya iniciada una temporada que, para colmo, ha empezado muy cuesta arriba para los hombres de Paco López. Concretamente, hizo su debut con el Cádiz CF en Carranza y ante el Eldense el 28 de septiembre, coincidiendo con la séptima jornada. No fue un estreno soñado, pero sí que dejó al menos un cabezazo que se fue al travesaño tras tocar el balón el meta alicantino dejando de primeras la impronta del delantero que fue y que aspira a volver a construirlo.

Como se sabe, ese Cádiz - Eldense acabó con victoria de 1-2 para los visitantes, pero el delantero sevillano se quedaba con sus sensaciones, por las que era preguntado al final del encuentro. Así contestaba en cuanto fue preguntado por las sensaciones de la rodilla. «Todo olvidado y superado. A nivel físico también muy bien. La posición ha sido lo de menos porque estábamos buscando el gol», dijo refiriéndose a que su entrenador le hizo entrar por la banda derecha en la búsqueda del empate.

Olvidado y superado. Eso dijo sobre su rodilla, la cual siempre aparece vendada tanto en los entrenamientos en la ciudad deportiva del Rosal como en los partidos oficiales. Lo cierto es que, poco a poco, Carlos Fernández fue sumando minutos desde aquel primer encuentro; primero, desde el banquillo, y segundo, ya como titular.

Pero lo cierto es que, para cualquiera que lo haya visto jugar antes de sus lesiones, el rendimiento de Carlos Fernández aún está muy lejos del que puede llegar a dar si Dios quiere deja los miedos atrás y la rodilla operada le responde de forma fiable. Como es normal, el temor a una recaída es muy complicado de sacarlo de la cabeza y de ahí que al de Castilleja de Guzmán aún se le note inseguro en sus carreras, falto de confianza en su pierna de apoyo e impotente en según qué carreras o jugadas pegar. Es normal porque es humano. Poco a poco.

Con todo y con eso, ver lo poco que está enseñando ya ayuda a que el ataque del Cádiz CF sea más diáfano, más claro, mejor. Sobra decir que si no hay un equipo trabajado a nivel ofensivo, los balones que le llegan o son pocos o muy sucios, por lo que la labor de Carlos Fernández, Chris Ramos o Roger se hace aún mucho más difícil.

Sin embargo, Carlos Fernández está demostrando dos cosas: olfato de gol y mala suerte. Olfato, porque no hay partido en la que no disfrute de una oportunidad clara de gol, lo que habla muy bien de su forma de moverse y de entender las jugadas. Solo así está en ellas para poder fallarlas. En cuanto a la mala suerte, que muchos podrán considerar también escaso de puntería, hay tres claros ejemplos.

El primero de ellos ocurrió dos jornadas del que fue su debut. El Cádiz CF recibía al Málaga y lo hacía ya con Carlos Fernández como titular. Pues bien, ya en la segunda parte y con 2-1 se produce un lío en el área malacitana y el balón cae en el pie izquierdo del sevillano para que remate a bocajarro, pero la oposición crucial de hasta dos centrales hace que su chut a puerta se vaya a saque de esquina sin poder finiquitar un encuentro que después empataron los de Pellicer para lamento del cadismo.

A la jornada siguiente, la cosa fue peor. Esta vez el Racing de Santander era el visitante que se llevó los tres puntos con un gol en la segunda mitad a la salida de un córner. Pero antes, con 0-0 en el electrónico, Brian Ocampo protagoniza una internada hasta la línea de fondo para meter un pase atrás a Carlos Fernández, que completamente se solo y con su zurda de nuevo chuta a puerta vacía sin percatarse de la llegada del lateral Mario García, que bajo palos y como una semana antes la defensa malagueña deja sin la salsa del gol a un ariete ya desesperado.

A pesar de su falta de acierto, Carlos Fernández no ha tirado la toalla y no afloja en su intento de conseguir su primer gol con la elástica amarilla. La última vez que lo pudo conseguir fue el pasado sábado en Anduva, donde ya en la primera parte advirtió con un zurdazo que fue cogiendo altura hasta irse a la grada después de pasar cerca de la escuadra de Raúl Fernández. Más clara la tendría en la segunda mitad y después de un embrollo en el área jabata en la que entró Alejo para asistirle con la cabeza y que rematase en plancha. Esta vez no fue ningún defensa el que repelió el remate del sevillano, sino el propio portero del equipo de Anduva. Eso sí, menos mal que lo detuvo porque lo más probable es que de haber entrado el gol hubiese quedado anulado por posición ilegal de Alejo.

Cero goles para un jugador que lleva ya en sus piernas ocho partidos, de ellos cinco como titular. Sin duda, la dinámica del equipo no le está ayudando a ir cogiendo esa confianza tan necesaria para un goleador que no ve puerta a pesar de buscarla con insistencia.

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