Cádiz CF
A un cuarto de hora de engancharse
El empate de Álex a quince minutos del final generó una esperanza que quedó sepultada por un Tenerife al que se le permitió todo lo que otros equipos candidatos al ascenso no
Vértigo en Tenerife

Olvidado el lamentable primer tiempo, lo cierto es que algo pasó en el vestuario visitante del Heliodoro Rodríguez López durante el descanso del Tenerife - Cádiz porque los amarillos salieron en la reanudación con una intensidad y un compromiso muy distinto al que mostraron durante los primeros 45 minutos. La cosa era extraña porque salieron por primera vez al verde canario con la posibilidad de acercarse a cuatro puntos del play off tras la derrota del Oviedo en Granada. Y a pesar de esa gran oportunidad no dieron la talla por lo que no hay otra que pensar que, como en Albacete, los muchachos de Garitano sufren de mal de altura o vértigo. En definitiva, que no están capacitados para cotas más altas que no sea la permanencia.
Pero el caso es que sí hubo una reacción en la segunda mitad y coincidiendo con la entrada al campo desde el vestuario de Melendo. Además, el Tenerife también dio ese bajón en su juego tal y como viene acostumbrado en esta temporada. Sin ir más lejos, al comienzo de Liga, y con Óscar Cano en el banquillo, los chicharreros se pusieron 0-2 en Carranza para dejarse empatar a dos en una segunda mitad en la que casi fueron remontados.
Poco a poco, el Cádiz CF inclinó el campo hacia portería contraria y fue así como Ontiveros forzó un penalti dentro del área local que Álex aprovechaba para poner el empate en el minuto 78. El guion cambiaba y la deriva de la lógica hacía pensar que el conjunto gaditano se iría con los tres puntos en el bolsillo dado el paso atrás y la falta de ideas que presentaba un Tenerife nuevamente herido y camino de ahogarse en la orilla como en tantas otras jornadas.
Pero no. Por mucho que el sentido de la práctica se impusiera en todas las cabezas presentes, el caso es que el Tenerife de Cervera salió de su trinchera y, como el toro bravo que se crece en el tercio de varas, se fue a por su agresor y le dio la voltereta que nadie podía imaginar. Y no, el 2-1 de Enric Gallego no fue producto de la fortuna porque antes Waldo, Cantero o el propio Enric Gallego avisaron al cadismo de lo que le podría ocurrir y le ocurrió.
Quince minutos tuvo el Cádiz CF para rematar a un animal herido y lo dejó avivarse tanto que acabó siendo engullido. A los de Garitano le faltó la maldad que sí tuvieron equipos como Elche o Racing de Santander, que sí supieron aprovechar la debilidad de un Tenerife que contra el Cádiz CF supo venirse arriba porque se lo permitió un equipo que no supo, no quiso o no pudo engancharse a algo que es inalcanzable por su condición.