Cádiz CF

Chris Ramos y el gol, su mejor aliado

El gaditano se sigue teniendo que ganar la titularidad partido a partido a pesar de ser el único delantero de la plantilla que ve puerta con facilidad

Garitano se deja animar

Chris Ramos. ccfC

Alfonso Carbonell

Cádiz

Lleva nueve goles, solo uno menos que el idolatrado Javier Ontiveros, un brillante jugador que en cuanto se hace con el balón provoca en el aficionado pipero que haga un paréntesis en su comilona y centre sus cinco sentidos en lo que vaya a hacer con la pelota cosida a los pies. Todo lo contrario que le pasa al delantero gaditano, que en cuanto toca la pelota levanta las sospechas no solo del pipero, también de la inmensa mayoría que tiene afecto por el balón.

Los casos de los dos máximos anotadores del Cádiz CF son curiosos porque mientras uno amasa los elogios de todos, el otro tiene que ir recolectándolos carrera a carrera, choque a choque, presión a presión, falta a falta, penalti a penalti, gol a gol. Uno es de Marbella y el otro de Cádiz, pero así es el fútbol y así son las cosas. Oferta y demanda. No hay más.

No es capricho que no guste a buena parte de la afición. No es ojeriza, no es manía, no es un porque no. Para nada. Chris Ramos tampoco gusta de entrada a todos y cada uno de los entrenadores que ha tenido en el Cádiz CF. A pesar de convertirse en el pichichi de la aciaga temporada pasada, no siempre tuvo la confianza ni de Sergio, primero, ni después con Pellegrino. Hombres ya pasados de años y sin continuidad como Roger Martí, o sin la regularidad anotadora de Sergi Guardiola o incluso un ciego para el gol como Maxi Gómez se veían de buenas a primeras como titular a pesar de que el niño de La Laguna batía todos los récords puestos a su alcance. Pero nada, que no era titular indiscutible. Todo eso no le hico arrojar la toalla sino lo contrario. Eso sí, el Cádiz CF acabó descendiendo y con un fútbol infumable, como el que todavía arrastra.

Llega el verano y firma Paco López, un entrenador de toque, de posición, de asociación. Roger va a ser su hombre y lo tiene claro pero el de Torrent se lesiona a las primeras de cambio y, mientras Carlos Fernández recupera tono físico, Chris Ramos vuelve al rescate para convertirse en el parche salvador del entrenador de Silla, que si no es por los goles del gaditano y las asistencias de Alejo se hubiera pasado por las oficinas del INEM mucho antes de lo que lo hizo. Efectivamente, tampoco para Paco López Chris Ramos era el favorito, simplemente acudía a él por la tozudez de las estadísticas, esas que dejan a la competencia del ariete gaditano a la altura del betún.

Los números de Chris Ramos son incontestables. El ex del Lugo está a un gol de sumar diez, pero no se queda ahí porque su influencia en el pobre juego del equipo amarillo es notable. Hasta seis penaltis ha provocado, de los que solo ha tirado uno para escarnio de su figura. Fue en el primer encuentro de Garitano como entrenador cadista y ante el Albacete, donde fue suplente. Daba igual. Él salió del banquillo enrabietado y producto de esa rabia provocó un penalti que él mismo materializó por la escuadra tras haber oído un sonoro 'nooooooooooooooo' que se extendió por la grada cuando se hizo con el balón por delante de la estrella Ontiveros.

Hoy por hoy, y tras su último gol ante el Granada que le ha valido al Cádiz CF para sumar tres nuevos puntos claves, puede considerarse titular, algo que sabe que es temporal porque en cuanto tenga una mala tarde se volverá a ir al banquillo para tener que salir al tiempo y volver a rescatar al entrenador de marras. Es su papel, el de un jugador que tiene como mejor aliado al gol. Quizás, su único y verdadero aliado.

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