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Sin catapultas la guerra hiere más

La baja de Luis Hernández ha mermado notablemente el ataque y la defensa de un Cádiz que cuenta los días para su regreso

Luis Hernández, ante el Almería. l. v.

Alfonso Carbonell

El Cádiz CF había comenzado de gran categoría la temporada; y no sólo en lo estrictamente deportivo hablando sino que también se felicitaba por la ausencia de lesionados más allá de los que ya lo estaban tras pasar por el quirófano al final de la temporada pasada como eran los casos de Brian Ocampo y Víctor Chust. No entraba en esta ecuación el central Luis Hernández, que se había operado en el pasado mes de junio, una vez finalizada la temporada.

El madrileño se sometió a una artroscopia para reparar una lesión del menisco de su rodilla derecha, unas dolencias que llevaba arrastrando desde hacía tiempo y que no por ello dejó de jugar el curso pasado con la finalidad de salvar la categoría tal y como al final se consiguió por segundo año consecutivo siendo él también clave en dicho objetivo La operación salió bien, tan bien que Luis Hernández comenzó la Liga siendo titular indiscutible en el eje de la zaga junto a Fali.

El central fue fijo en las alineaciones titulares de Sergio en las primeras cinco jornadas hasta que llegó el encuentro ante el Betis en el Benito Villamarín, donde Sergio no tiene otra que poner de inicio en el centro de la defensa a Jorge Meré junto a Fali debido a que Luis Hernández ha comenzado a sentir molestias durante la semana anterior al encuentro. A pesar de ello, juega unos minutos al final del encuentro saliendo desde el banquillo por normas del guión.

Algo parecía ir mal, pero a pesar de ello, Luis Hernández recupera la titularidad la jornada siguiente en casa ante el Rayo Vallecano. Fue después de dicho encuentro cuando los dolores dan la cara de nuevo y Joaquín Acedo, tras hablar con el jugador, decide que tiene que parar si las cosas no se quieren que vayan a peor. El responsable del alto rendimiento del club cadista informa al cuadro técnico de una noticia que ha partido por la mitad a la zaga amarilla.

Solo hay que echar un pequeño vistazo a los resultados y a las sensaciones que da el equipo sin la aportación de Luis Hernández para evaluar los costes de una lesión que está siendo muy mal llevada por sus compañeros. La rodilla le está dando la tabarra a un futbolista recién renovado hasta 2025 a sus 35 años que confía en estar cuanto antes a disposición de su entrenador.

En los seis partidos en los que ha tomado partido desde inicio el ex del Málaga, entre otros, el Cádiz CF ha sumado su gran flujo de puntos. Ocho puntos se han conseguido con Luis Hernández sobre el campo y un nueve si se cuenta esos minutos sobre el césped del Villamarín en el que Ledesma salvó de la derrota en la segunda parte. En cambio, los números sin el madrileño en el centro de la defensa son desoladores ya que el Cádiz CF, sin su presencia, tan solo ha sumado el punto conseguido en el derbi ante el Sevilla en Carranza.

Las cifras no engañan y de los cinco partidos en los que se ha ausentado Luis Hernández, se han perdido cuatro (ante Atlético de Madrid, Girona, Valencia y Getafe) y solo se ha empatado uno.

No solo aporta en defensa

Como cualquier aficionado al equipo amarillo podrá darse cuenta en los últimos encuentros en los que Luis Hernández ha sido baja, la aportación del espigado central no solo se deja notar en la unidad y seguridad defensiva que suma sino que también se ha perdido sin su presencia muchísimos recursos de los pocos que cuenta el Cádiz CF para crear peligro.

Efectivamente, sus catapultas en los saque de banda no solo se añoran desde lo que viene siendo una ocasión de gol, no. También se extrañan en lo que es la defensa puesto que un saque de banda de Luis Hernández significa casi que anular por completo los contragolpes de los equipos rivales, que atemorizados por la creación de peligro tras el saque de banda es raro el equipo que no amontona a todos sus hombres en área propia o cercana a ella.

Por tanto, al Cádiz CF le está pesando una barbaridad la losa de no poder contar con un jugador que a pesar de hacer un juego oscuro, sobrio y práctico se está viendo que es determinante para que la base no se descomponga, y con ella el equipo entero.

Ante el secretismo que impera en los servicios médicos del club, lo mejor será que aquel que quiera, sepa y pueda se ponga a rezar para que el defensa madrileño vuelva cuanto antes por sus fueros. Su equipo, su afición, y muy especialmente su entrenador Sergio González, se lo agradecerán.

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