Cádiz cf
¿En qué ha cambiado el Cádiz CF de Sergio?
El actual equipo amarillo ha perdido fútbol, talento y a pesar de tener mejor plantilla sobre el papel está dejando mucho que desear tanto a nivel de resultados como de sensaciones
![Sergio, desangelado, durante el Getafe - Cádiz del pasado lunes.](https://s1.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/canal-amarillo/2023/11/07/sergio-desolad-Rmlm6ziWrALNy8ndCd5NcaI-1200x840@abc.jpg)
Del Cádiz CF que cogió Sergio González de las manos de Cervera al actual han cambiado muchas cosas, entre ellas, la calidad. Y eso que sorprendentemente, al actual se le presupone tenerla superior al resto. Es más, hasta no hace mucho la opinión generalizada en el cadismo es que la plantilla 23/24 era la mejor de las que se han tenido desde que se ascendió a Primera con el señor de las gafas que han mandado a por pipas en Oviedo.
Otra cosa ya es que hayan venido los jugadores y los perfiles deseados por un entrenador que a las primeras de cambio se quedaba sin Fede San Emeterio en el centro del campo y sin recambio natural. Sin contar con José Mari y Álex, al técnico catalán solo le queda apostar por un gran jugador como Kouamé que, sin embargo, se sale de lo que estratégicamente marcaba el entrenador.
Pero vayamos desglosando el por qué este Cádiz CF ha perdido fútbol, talento, alegría, resultados y ha pasado de despertar buenas sensaciones a todo lo contrario.
Chris Ramos
El delantero gaditano ha irrumpido con fuerza este año en el equipo titular; ya el pasado marcó en el Villamarín y ofrecía su casta y velocidad en las segundas partes. La diferencia es que este año se juega para él y anteriormente era un recurso salido desde el banquillo. De ahí que ahora el conjunto de Sergio se vuelque más en el fútbol directo basado en balones largos al espigado ariete que llegó del Lugo. Eso tiene un inconveniente fácilmente detectable: el Cádiz CF ha pasado de asociarse y de intentar jugar en corto a hacerlo en largo y sin mayores complicaciones para unos defensas encantados de cumplir con el jefe haciendo lo que es más fácil, quitarse el balón de encima con patadón y tentetieso.
Muchas interrupciones
Si caer en la agresividad y antideportividad a la que no pocas veces recurre el Getafe, el Cádiz CF de Sergio ha ido poco a poco ensuciando su fútbol. Si antes procuraba ser vistoso, animado para su público y hasta cierto punto alegre y un pelín suicida, ahora todo eso lo ha omitido a favor de la seriedad con las que jugó los primeros encuentros de Liga, o directamente la falta de fútbol en la que ha caído en los últimos duelos. De hecho, no hace mucho salió una estadística que ponía al Cádiz CF en los puestos altos de los equipos que menos hacen rodar el balón en sus partidos por culpa de faltas, parones, idas al VAR, discusiones con el árbitro, cambios a mansalva, tarjetas, expulsiones, en definitiva, de todo lo que no gusta al aficionado y le hace aburrirse. De hecho, el clima de Carranza es muy distinto al que se respiró tanto en la primera temporada con Sergio tras el cese de Cervera como en la pasada. En ambas se consiguió la permanencia en la última jornada, sí, pero qué manera de sufrir más bonita. Así pues, emponzoñar los partidos se ha vuelto en algo recurrente en unos segundos tiempos que para colmo no están dando buenos resultados.
El cansancio y la falta de actitud en los suplentes
De una estadística a otra. El Cádiz CF estaría en puestos de Champions si solo se contasen las primeras partes y, en cambio, estaría en descenso si se puntuase solo lo conseguido en las segundas mitades. La lectura puede ser compleja pero invita a pensar que el once de Sergio se cae tras el descanso, que los cambios no son los más acertados y que los que salen no lo hacen con la misma actitud que los titulares. La forma física, y ahora las lesiones, también, están convirtiéndose también en una lacra.
La falta de atención
Se está jugando sin el agua al cuello gracias al mal comienzo de rivales peores en la clasificación como los ahora metidos en puestos de descenso Celta, Granada y Almería. Sonará raro, pero a este Cádiz CF de Sergio -con Cervera también pasaba- le viene viene bien jugar sobre el alambre, jugarse las papas cada jornada, verse con la soga al cuelo y resurgir. Un ejemplo de esta relajación se puede ver en las expulsiones que ha sufrido el equipo de Sergio, todas ellas por roja directa, producto de una desconexión intolerable. San Emeterio, Escalante, Machis y Navarro se fueron a la calle por entradas que no fueron controladas y eso en Primera división es injustificable. Como lo es la falta de concentración en errores que cuestan goles; el último, el que costó los tres puntos el Getafe tras un saque de esquina en el que Mayoral remata completamente solo en el segundo palo. Eso antes no pasaba. O al menos, con tanta regularidad como ahora.
Mejor plantilla, peor equipo
Cuando a un entrenador le traen lo que no ha pedido suele ocurrir estas cosas, es decir, que el Cádiz CF pierda la identidad. A Sergio le han traído muy buenos jugadores pero que pueden desestabilizar el juego de inicio de un equipo que hasta este año si no tenía la pelota, sí al menos la discutía. Ya no la quiere. Puede que por Chris Ramos o porque ahora pese demasiado, pero cada vez este once tiene más tintes cerveristas de lo que nunca tuvo con Sergio, que lo primero que hizo cuando llegó fue confiar en un centro del campo y una defensa con gusto por el balón. Y si Ramos ha podido variar un tanto el ahora previsible ataque cadista, otro que ya tiene varias muescas en su revólver con otros entrenadores es el irregular Machis, un jugador que suele salirse en uno de cada diez partidos y ser intrascendente en los demás. Además, lo que más coraje da, es que su calidad y su desequilibrio es indiscutible, tan indiscutible como que nunca fue jugador titular indiscutible ni en Granada, ni en Valladolid; solo lo fue en el Cádiz CF de Cervera, donde se cargó por completo el bloque del ídolo cadista. No puede decirse que Sergio se haya echado atrás o sea más conservador que antes, no. El equipo de Sergio intenta presionar en área contraria y sus equipos no tienen un talante muy defensivo, no obstante, lo que más preocupa es que de la seriedad aburrida de los primeros encuentros ligueros en los que se consiguieron más puntos se ha pasado a un descontrol mayúsculo en el que el entrenador no está teniendo toda la ayuda necesaria de sus jugadores. Y es que si se compara la enorme implicación de las dos anteriores temporadas a esta actual, la cosa invita a ponerse a investigar.